Hay deseos que se ahogan en nuestra alma de mujer, sin que los revele más que un suspiro; ideas locas que cruzan por nuestra imaginación, sin que ose formularlas el labio, fenómenos incomprensibles de nuestra naturaleza misteriosa, que el hombre no puede ni aún concebir.

Hay deseos que se ahogan en nuestra alma de mujer, sin que los revele más que un suspiro; ideas locas que cruzan por nuestra imaginación, sin que ose formularlas el labio, fenómenos incomprensibles de nuestra naturaleza misteriosa, que el hombre no puede ni aún concebir.

Verdad que nosotras nos parecemos en eso; de nuestra casita á la iglesia, y de la iglesia á nuestra casita, sin cuidarnos de lo que se dice ó déjase de decir...

Verdad que nosotras nos parecemos en eso; de nuestra casita á la iglesia, y de la iglesia á nuestra casita, sin cuidarnos de lo que se dice ó déjase de decir...

noche hasta las estrellas invisibles, sólo porque no encontremos la raya en toda nuestra vida.

¿cree acaso que esa es una cruz santa como la del porche de nuestra iglesia?...

Os lo mando en el nombre de nuestra autoridad.

Ya se extendían los brazos del signo de nuestra redención, ya comenzaba á formarse la cabecera, cuando la diabólica y encendida masa se retorcía de nuevo como en una convulsión espantosa, y rodeándose al cuerpo de los desgraciados, que pugnaban por desasirse de sus brazos de muerte, se enroscaba en anillas como una culebra, ó se contraía en zigzag como un relámpago.

y sus nimbos de oro, como los de las tablas de los altares; allí, en fin, coronada de estrellas, vestida de luz, rodeada de todas las jerarquías celestes, y hermosa sobre toda ponderación, Nuestra Señora de Monserrat, la Madre de Dios, la Reina de los arcángeles, el amparo de los pecadores y el consuelo de los afligidos.

[Footnote 3: Nuestra Señora de Monserrat = 'Our Lady of Montserrat,' the Virgin as venerated in the famous monastery of this name.

Á su último señor, según cuentan, se le llevó el diablo; y como no tenía á nadie que le sucediese en el feudo, los condes soberanos hicieron donación de estas tierras á los religiosos de nuestra regla, que están aquí desde hará cosa de ciento á ciento veinte años.

Hasta que suspendíamos nuestra monótona charla para oir embebecidas las quejas del ruiseñor, que había escogido nuestro tronco por escabel.

Nuestra vida pasaba como un sueño de oro, del que no sospechábamos que se podría despertar.

] XXXI Nuestra pasión fué un trágico sainete En cuya absurda fábula Lo cómico y lo grave confundidos Risas y llanto arrancan.

Trajimos nuestra merienda en una cesta.

Qué crees que hizo nuestra chiquitina?

Maruja era la vaca de nuestra tía Ana.

Comeremos nuestra merienda aquí,dijo la Señora Pata.

Nuestra casa está en la hacienda.

Cogió la pluma de ave de nuestra abuela, y derramó la tinta. ¿

Las agallas están en ambos lados de nuestra cabeza.

Here on the Arroyo de Nuestra Señora de los Dolores, we will establish the mission to our Father San Francisco de Asis.

"Ayala, the captain of the 'San Carlos,' the first ship to enter the bay, named it from the large number of the birds he found on it, and the big island to the right that looks like a portion of the main land is Angel Island, abbreviated from Ayala's Isla de Nuestra Señora de los Angeles.

Lo que dice nuestra conductore.

Lo que dice nuestra conductore.