Porque antes de terminar la senda, me dijo con el tono más natural del mundo, tendríais que costear el precipicio á que cayó la maldita bruja que le da su nombre, y en el cual se cuenta que anda penando el alma que, después de dejar el cuerpo, ni Dios ni el diablo han querido para suya.

Eso dicen los señores de la ciudad, porque á ellos no les molestan; y fundados en que todo es puro cuento, echaron á presidio á algunos infelices que nos hicieron un bien de caridad á la gente del Somontano, despeñando á esa mala mujer.

Cuénteme usted como pasó eso, porque debe ser curioso, añadí, mostrando toda

Sin duda no traía el bote de sus endiablados untos, porque, á traerlo, seguro que habría atravesado al vuelo la cortadura, dejando á sus perseguidores burlados y jadeantes como lebreles que pierden la pista.

Porque yo creo que por muchos conjures que recitara la bruja

Cayó por un derrumbadero donde cualquiera otro á quien se le resbalase un pie no pararía hasta lo más hondo, y ella, sin embargo, tal vez porque el diablo le quitó el golpe ó porque los harapos de las sayas la enredaron en los zarzales, quedó suspendida de uno de los picos que erizan la cortadura, barajándose y retorciéndose allí como un reptil colgado por la cola, ¡Dios, como blasfemaba!

Cayó por un derrumbadero donde cualquiera otro á quien se le resbalase un pie no pararía hasta lo más hondo, y ella, sin embargo, tal vez porque el diablo le quitó el golpe ó porque los harapos de las sayas la enredaron en los zarzales, quedó suspendida de uno de los picos que erizan la cortadura, barajándose y retorciéndose allí como un reptil colgado por la cola, ¡Dios, como blasfemaba!

Porque esa trocha, prosiguió el montero, conduce á la fuente de los Alamos; la fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal.

sí; porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenía clavados en la mente; unos ojos de un color imposible; unos ojos ... [Footnote 1: la.

La Azucena del Moncayo llamábanla en veinte leguas á la redonda, y bien merecía este sobrenombre, porque era tan airosa, tan blanca y tan rubia que, como á las azucenas, parecía que Dios la había hecho de nieve y oro.

no me he visto nunca con el diablo, y por consiguiente, no sé todavía como las gasta; pero conmigo os juro que todo podrá hacer menos dar que reir, porque el uso de ese privilegio sólo en vos sé tolerarlo.

a Hachaccuna los adoraban porque los tenia por hijos de Viracocha y por cosa muy allegada suya," p. 133.]

Él aulla porque quiere su cena.

porque siempre me llama en tales casos ...

Tanto mejor, amigo mío, y ahora vamos a ver, porque, con el permiso de usted, la haré llamar; en presencia de usted consultaremos su gusto y su voluntad.

Haber seguido humilde los consejos de su experiencia, de su cariño; ¡pero ay! que no pude, porque arrastrada por una pasión irresistible.... DON PEDRO.

que de usted he sido siempre; porque ahora lo conozco,

ni yo sé tampoco lo que te prenda en él, porque fisonomía menos expresiva.... DOÑA MATILDE.

no se hacen nunca ... porque ...

porque una mujer desgraciada no puede estar sin un poco de veneno en su ridículo.

sí, señor, lo mismo, porque hay mujeres que por salirse con lo que se les pone entre ceja y ceja comerán ...

tiene que acabar la tragedia ... porque a la altura en que estamos ...

Porque ... porque ...

porque al cabo, ¿qué ha sido antes de casarse? ¿doncella en casa de un consejero?

Quisiera cepillarme un poco, antes de salir porque el polvillo del carbón.... DOÑA MATILDE.