Bautista y Zalacaín pasaron la travesía metidos en un camarote pequeño dando tumbos.

Además, me preocupa el camarote misterioso, ese camarote entre el suyo y el mío, siempre cerrado, y cuya llave guarda él cuidadosamente.

Apenas bebo un poco, me asalta el recuerdo de mi vecino el hombre lúgubre y quiero averiguar el misterio que guarda en el camarote inmediato.

Bajamos los tres y registramos el camarote principal, la despensa y la bodega, anegados.

Bajamos los tres y registramos el camarote principal, la despensa y la bodega, anegados.

Su compañero de servicio roncaba en un camarote vecino, y él sentía deseos de imitarle, inclinando su cabeza sobre la mesa de los aparatos...

Al principio de su viudez, cuando por las coches les veía dormir en el angosto camarote, con las cabecitas juntas, rozando tal vez la misma madera en que se había aplastado el cráneo de su padre, sentía profunda emoción y lloraba como si fuera á perderlos dentro del fúnebre armazón de tablas, como ya había perdido á su Pascual.

he salido de mi camarote apoyado en un bastón, y arrastro la paralítica pierna por salones y cubiertas, huyendo de los espacios faltos de techo que reciben la caricia cáustica del sol.

Luego silbó suavemente, como un ojeador que indica el sendero, y Fernando abandonó el camarote apresuradamente, seguido en su fuga por los besos que le enviaba Nélida con las puntas de los dedos.

Recuerdo haber pasado una noche angustiosa, una noche de verano en un camarote caldeado todo el día por el sol de los trópicos, y el aire abrasador de la zona tórrida.

Y todo esto me afirma aún más en la creencia de que hay un secreto, un gran secreto, en ese camarote cerrado.

El tercer oficial había salido de su camarote casi desnudo, restregándose los ojos soñolientos.

Se nos presentó el oficial de guardia, al que expliqué, en inglés, quiénes éramos y a lo que íbamos; el oficial nos pasó a un camarote muy elegante, y hubo allí grandes saludos y ceremoniosas presentaciones.

Yo tuve que salir de mi hermoso camarote y marchar a la cámara de los pilotos.

Preparaba yo modestamente mi viaje en otro buque cuando me avisaron que en el famoso transatlántico había un pequeño camarote libre.

Cae su camarote opuesto al mío, también sobre cubierta, en esta banda.

HAMLET.Salgo, pues, de mi camarote, mal rebujado con un vestido de marinero; y á tientas, favorecido de la obscuridad, llego hasta donde ellos estaban.

Recordaba con nostalgia su camarote reducido y ordenado, donde no había un mueble que escapase á su vista ni un cajón cuyo contenido no estuviera en su memoria.

Nadie osaba insinuar una petición por miedo a verla aceptada, teniendo que descender a la asfixiante penumbra del camarote removida por el aleteo del ventilador.

Luego silbó suavemente, como un ojeador que indica el sendero, y Fernando abandonó el camarote apresuradamente, seguido en su fuga por los besos que le enviaba Nélida con las puntas de los dedos.

Vivo en un camarote amplio, situado en el centro del Franconia.

Menospreciamos el abrigo del único camarote del barco para no perder este espectáculo ultraterreno, y seguimos en la cubierta, con las ropas chorreando humedad, temblorosos de frío, mientras vamos pasando entre islas de una temperatura tropical.

Todos los criados del buque sonreían al verla y estaban prontos a afirmar lo que ella les pidiese... Una escena borrascosa de familia cuando el digno señor Kasper y su mujer se levantaron y abrió el hijo la puerta del vacío camarote.

Tal vez un diplomático que va en misión secreta, y por eso huye de la gente; algún financiero que viaja para comprar de golpe todas las vías férreas de América y teme que le pillen el secreto; un empleado infiel que se lleva la caja y tiene el camarote abarrotado de sacos de oro.

Y ahora bien, chico, ¿ha dicho ese Doctor cuanto tiempo tengo que estar acostado en este viejo camarote?