29 Adjetivos para describir pánico

El pánico horrible redoblaba las fuerzas del macarrónico para correr.

Entonces sonó, o creyó él oír que sonaba muy recio, la trompeta de su mala fama; era cobarde, como todos los de su ralea; Madrid estaba sin gobierno y con todas las pasiones buenas y malas en mitad del arroyo; apoderose de él un pánico invencible, y de la noche a la mañana se escapó de aquí, dejando sus negocios en quiebra y hechos un bardal.

En cambio, de la masa insurrecta surgió de pronto el trac-trac de las ametralladoras, semejante al ruido de las antiguas máquinas de coser, el largo y ruidoso desgarrón de las descargas de fusilería, el puñetazo seco y continuo de los cañones de tiro rápido, y en unos segundos quedaron en el suelo la mayor parte de las tropas del gobierno, huyendo las restantes con un pánico irresistible.

Cesó el fuego de cañón, porque parecía innecesario; hubo un momento de pánico indefinible: se nos caían los fusiles de las manos; nos vimos destrozados, deshechos, aniquilados por lluvia de disparos que parecían incendiar el aire, y nos olvidamos del honor, de la muerte gloriosa, de la patria y de la Virgen del Pilar, cuyo nombre decoraba la puerta del baluarte inconquistable.

Este papel, según mi tío, iba en camino de valer muy poco, y con el reciente pánico de la Bolsa de Barcelona, se había iniciado en él un descenso que sería mayor cada día.

En este día supremo: ¡Excelsior! se oye en un extremo; en el otro se oye ¡Adelante! ¡Glorificado el instante en que resurge Triptolemo! América que la dicha encierra vivirá del sol y la tierra; y hoy la tierra, pánico incensario encendido por el destino, perfuma el día argentino en la fiesta del Centenario.

La salida de Napoleón de la isla de Elba produjo en todas las testas coronadas de Europa un enorme pánico.

La travesura de pilluelo vicioso que distinguía a Ana le sirvió para olfatear la horrible timidez, el pánico extraño que afligía a aquel hombre tan pródigo de requiebros, tan aficionado al aroma del amor, y tan incapaz, por carácter, de gustarlo, como los soñadores que contemplan la luna de descolgarla del firmamento.

En aquella tarde, cuando los establecimientos de crédito estaban ya cerrados, el gobierno había lanzado un decreto estableciendo la moratoria, para evitar una bancarrota general á consecuencia del pánico financiero.

La dama estaba preparando sus maletas para huir de Madrid y de la epidemia que empezaba a difundir horroroso pánico en los habitantes de la Villa.

¡A la muralla! Mariquilla, poseída de un pánico imposible de pintar, lloraba queriendo detener á Montoria.

En este día supremo: ¡Excelsior! se oye en un extremo; en el otro se oye ¡Adelante! ¡Glorificado el instante en que resurge Triptolemo! América que la dicha encierra vivirá del sol y la tierra; y hoy la tierra, pánico incensario encendido por el destino, perfuma el día argentino en la fiesta del Centenario.

Su inmenso pánico le dejó sin palabra y hasta sin ideas.

Una bocanada de frío y de olor a abandono, que le azotó el rostro, hízole retroceder estremecida de misterioso pánico.

En todo caso, el pánico monetario de estos días pasados (junio de 1893) parece haberse calmado sin repercutir profundamente en la vitalidad del Estado.

Khodynka, novela corta cuya acción pasa en 1893: se trata de una joven princesa rusa que ha querido tomar parte en una fiesta popular de Moscú, y se encuentra, presa de un gran pánico, pisoteada, medio muerta, y reanimada por un obrero que ha sido él mismo rudamente atropellado.

Poco después se abrió de nuevo una ventana; luego, un postigo; un vecino cambió unas cuantas palabras con otro; uno más osado se asomó al portal, y transcurrido un instante salieron todos a la plaza riéndose del pánico producido por la falsa alarma.

III Donde el lector hallará tres retruécanos no rebuscados sino históricos Por el año de 1772 los habitantes de esta, hoy prácticamente republicana, ciudad de los Reyes, se hallaban poseídos del más profundo pánico.

Los peligros teológicos engendraron el pánico religioso; la facilidad para asustarse y la inclinación a asustar, explotados en el terreno político, produjeron por el peligro político el terror político, en círculo vicioso, y así se produjo en las sociedades cristianas la reversión a los métodos de las sociedades salvajes.

Fortunata, con un pánico semejante al de quien se está ahogando, agarrose a la falda de doña Lupe, y vuelta a soltar un raudal de lágrimas.

Aquellos pequeños útiles de guerra que a tal distancia enviaban la muerte arrojando proyectiles sin interrupción, tomaron a sus ojos un carácter sobrenatural que no titubearon en atribuir al implacable enojo de sus dioses: el pánico sobrevino y la dispersión se hizo general.

Llegaron a la Puerta del Sol; la plaza rebosaba gente; no se podía dar un paso; reinaba un gran silencio y un pánico sordo.

Al saber que los facciosos se hallaban ya en Medina Coeli y avanzaban hacia Guadalajara, el pánico en Madrid fué terrible.

No había peligro para los espectadores, pero un pánico absurdo hizo que todos se lanzasen atropelladamente a la salida; alguien, que luego no se supo quién fué, disparó un tiro contra el león, y en aquel momento insensato de fuga resultaron magullados y contusos varias mujeres y niños.

Fué una escena terrible: el animal, hostilizado por el calor y los lampazos del incendio, realizaba esfuerzos supremos para zafarse; luego, cuando las llamas le chamuscaron los quijotes, su pánico trocóse en desesperación y locura, y tales fueron sus brincos y corcovas, que volcó el carro.

29 Adjetivos para describir  pánico