56 Metáforas para bella

¿Bella soy? aguardad.

Bella debe ser, bellísima; pero con toda su hermosura vence y anonada al hombre.

Bella es en el cielo la hora del alba.

Bella ciudad de situación risueña Y de bizarros Árabes poblada, Era ciudad no grande, no opulenta, Mas ya por su valor tenida en cuenta.

Bella y elegante, con voz de soprano lírica pastosa y simpática, está en condiciones de alcanzar grandes triunfos y días de gloria para su tierra nativa.

Cuando salió de la prisión, donde estuvo algún tiempo encerrado por las ideas moderadas, volvió a sus posesiones del castillo de Monceau en unión de su hermana, bella criatura que se ha dedicado a cuidar a su hermano: parece que ha nacido para hacer la dicha de un esposo.

Bella y soberanamente grandiosa es en este drama, uno de los más notables de nuestro poeta, la manifestación de la senda misteriosa, que recorre la justicia divina para castigar al culpable; y es también excelente la pintura que hace de la fuerza secreta de la sangre, que retiene la mano, ya levantada, del hijo degenerado cuando se presenta su verdadero padre, y maltrata al putativo.

Bella cosa es el entusiasmo, pero qué es al lado del ejercicio y de la disciplina?

Cuando te hablo en mi pecho, Mil cosas digo a tu imagen; Que, a escucharlas, bella ingrata, Fuerza es que las estimases.

Bella es la estampa del cuerpo principal del edificio elevado sobre el principio básico de la línea y de la sobriedad.

Bella sobre toda ponderación es su lujosa fachada.

Bien dijo su pintor y presunto enamorado: «Bella forma mortal passa é non d'arte».

Segura está Regina de que la Bella durmiente, con su traza de aparición y sus frases de parábola, es una pobre mujer que lucha y gime; pero también es cierto que la vió sonreir con placidez suavísima, y levantar los ojos al cielo con divino arrebato, al través de la niebla de sus lágrimas...

La bella almendralina, a pesar de que se llamaba Julia, habia sido no solo parca, sino pertinaz en no conceder a su enamorado, no digamos un favor, ni tan siquiera un dedo de sus blancas manos, para consuelo.

¡Bella teoría! ¡Pero cuán difícil en la práctica!

* * * Triste es la vida, , bella criatura, Pero tambien en ella hay gratas flores, Que llenan con suavísimos olores El sendero, que lleva á la virtud; Hay tambien sus delicias inefables En llenar los deberes de la esposa, La mision de la madre cariñosa, Y aliviar la cansada senectud.

¿Bella, rica, libre, pues es viuda, y en lo más florido de la juventud, va á dedicarse sólo á pensar y á sentir?

¡Bello apresuramiento esta electrificación de su alumbrado público, cuando aun no había llegado el tren! Esta sola nota da la medida del gran espíritu de su fundador.

Bello cartel, á fe mía; y garantida la autenticidad de las piezas.

¿No debes nada, por ventura, ni siquiera la libertad, á la bella cautiva?

Debemos presumir, por lo tanto, que mientras más se conozca, más bello, más sublime, más noble será el concepto de las cosas todas, en cuanto conocidas.

Bello contraste con las tinieblas del fondo de la catedral, vasto sepulcro de piedra donde se sentia el reprimido murmullo de los espectadores invisibles!

Si se permite á alguna estética mezclarse en la moral, el bello crimen existe evidentemente.

¡qué bello es el dolor de una hija!dijo el bebedor de aire soltando resueltamente la pluma, ¡cuán meritorio a los ojos de Aquel que todo lo ve, que todo lo pesa, que da a cada uno lo suyo!...

No el alma a cuál se inclina ni lo que hacer ordena: bella es doña Magdalena, pero doña Serafina es el sol de Portugal.

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