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De donde se infiere claramente que habiendo sido el primer blanco y principal fin de sus Reales ánimos en tan gloriosa empresa la mayor honra de Dios nuestro señor y propagación de nuestra santa fe á que tan frecuente y liberalmente han concurrido con sus Reales haberes posponiendo la extensión de sus dominios á la de la Santa Iglesia,

Blanco García speaks of him as a convert to naturalism, but we feel that his literary creed as manifested practically in his novels, theoretically in the prefaces to Marta y María and La Hermana San Sulpicio, is the result of a natural bent of mind foreshadowed in his early affection for science, just as we may trace much of his fine description and character-drawing to his early observation of city, sea and country.

En otro caso, bien se está el blanco cendal sirviendo de sudario á las rodillas.

La sombra del blanco, visto con el sol y la claridad del ayre, tiene un color que participa del azul; porque como el blanco en no es color, sino disposicion para qualquier color; segun la proposicion que dice: la superficie de qualquier cuerpo participa del color de su obgeto, se sigue que aquella parte de la superficie blanca, en que no hieren los rayos del sol, participa del color azul del ayre que es su obgeto.

Antes de la operacion, alcanzaba á distinguir el dia de la noche; y con mucha luz, hasta conocia lo blanco, lo negro y lo encarnado.

El blanco de las investigaciones es el conocimiento de la naturaleza de los seres; la proposicion pues en que se explicase esta naturaleza, es decir la definicion, debiera ser la última que emitiese el autor.

Al llegar á la puerta de la escalera encontramos á mi tía, digna compañera de su marido, como él robusta y fresca, descubiertos sus blancos y rollizos brazos hasta cerca de los codos, y llevando un gran jarro de leche, espumosa y tibia aún, en cada mano.

No por eso dexó de estimar á los que disputan filosóficamente sobre éste punto, afirmando que los colores primitivos son siete; que el blanco y el negro son los extremos, entre los quales hay uno que está enmedio, y que entre cada uno de estos extremos y el medio hay otros dos en ambas partes: y porque el uno de estos se aproxîma mas al un extremo que al otro, lo colocan de modo que parece dudan en donde ponerle.

Pero todos convenían en que la blanca figura había desaparecido.

10 de las «Ethimologías,» y es la primera y más principal de las piedras preciosas que son blancas, y las más blancas son las más finas y ménos rubias.

Y cuando vió el corredor que estaban allí todos y que la plaza se había llenado con la muchedumbre de corredores y compradores, se subió á un poyo y dijo: «¡Oh vosotros todos, mercaderes y hombres de riquezas! sabed que no todo lo redondo es nuez; no todo lo alargado es plátano; no todo lo colorado es carne; no todo lo blanco es grasa; no todo lo tinto es vino, ni todo lo pardo es dátil.

Ratones arriba, que todo lo blanco no es harina.

Los fetiches holandeses que me han convertido, dicen que los blancos y los negros somos todos hijos de Adan.

Pero donde brilla principalmente el estro de las jóvenes artesanas es en las coplas satíricas: no necesitamos añadir que el blanco preferente de sus sátiras es el mezquino, peligroso y sucio puerto de Sarrió.

* * * * * Más que un inspirado, Blanco Fombona es un orfebre de la rima.

» De Blanco Fombona son las palabras que copiamos de la revista Renacimiento, de la Habana: «La holgazanería española, que es una de las frases hechas más injustas, labora minas en Bilbao, cultiva viñedos en la Mancha y Aragón, cría ganados en Andalucía y ejerce toda suerte de industrias en Cataluña y Valencia.

Blanco de Salcedo era una excelente persona, muy querido por españoles y franceses.

Blanco en cierto modo era poeta, y algunas coplas suyas, ya hemos dicho, formaron ramillete con otras de Herrera y M. Fernández.

¿Pero acaso la más blanca y casta de las amantes ha sido nunca otra cosa que un pomo de divino esmalte, lleno de afroditas y nupciales esencias?

El color de la armadura del caballo, tan negra como el caballero, parecia indicar que así como el blanco estaba en mucha menos proporcion que el oscuro, del mismo modo su sonrisa habia desaparecido bajo el tétrico llanto.

Como el blanco de mis tiros, más que la fiesta misma, ha sido siempre su público, claro está que esas cartas llenas de improperios vienen á confirmar lo que pienso respecto á los furibundos aficionados á toros.

Arnaud, si V. habia pensado que nuestro blanco fuese el saco del inglés, hizo V.

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