6 Metáforas para ciego

La ciega afición de D. Juan a su favoritodice Prescottes la clave para juzgar de todas las turbulencias que agitaron al país durante los últimos treinta años del aquel reinado».

Cien conjeturas se formaron a este respecto, a cual más descabellada, hasta que un ciego, antiguo ladrón y actual consejero del Rey, que formaba entre los del séquito dijo: Que traigan ramas de árboles que estén bien secas y préndaseles fuego aquí adentro, y los que tengan ojos vean desde afuera por dónde sale humo; por ahí seguramente se introdujo el autor del robo.

Al punto dijo Critilo: Este ciego ha de ser nuestra guía, que solos los ciegos, sordos y mudos pueden ya vivir en el mundo.

Que un ciego guíe á otro gran necedad es; pero ya vista y caer ambos en una profundidad de males.

Y como sabían que Rafael gustaba de platicar holgadamente con su amigo, referirle sus tristezas, provocarle á discusiones en que el humorismo se enredaba con la psicología más sutil, corriéndose á veces á terreno un tanto escabroso, determinaron, después de los cumplidos de rúbrica, dejarles solos, que así descansaban ellas de la guardia, y el ciego estaría más á gusto.

¡Oh, cuán ciega i flaca es la razon humana, tan fácil para el engaño i la vileza, tan difícil para la justicia! En donde vuelvo los ojos, no encuentro mas que enemigos, i hasta la sombra que hace mi cuerpo me amedrenta.

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