Su inteligencia infantil no podía darse cuenta de que un ser tan hermoso aborreciese a quien no le había hecho ningún daño, y persistió cándidamente en su amor platónico.

* * * * * ¡Ah! cada hermosa es un amable autócrata, Ley su sonrisa, sus palabras ley, Y una marcha triunfal entre sus súbditos Cada excursión por la imperial Broadway.

¡Qué triste, qué salvaje, y á la par qué hermoso es todo esto!dije á mi buen amigo, al par que ligeramente rozaba con la espuela los hijares del caballo.

¡Qué hermoso es el amor hasta en sus fugaces tormentas! Mientras tanto, los condes de Cotorraso, Lola Madariaga, Clementina y los barones de Rag hablaban del arsénico como medicamento para engordar y poner terso y brillante el cutis.

¿no se necesita un corazon de piedra para ver á estos hermosos animales heridos, destrozados, lanzar el último aliento?

26 Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.

¡Qué hermosa! ¡qué hermosa! ¡Es una aparición celeste! ¿Verdad que sí?exclamé impetuosamente fuera de mi sentido.

Ya que por incidencia he hablado de las venecianas, bueno será decir que son arrogantemente hermosas: las mujeres mas bellas que he encontrado en todos mis viajes.

Todas las cañadas y zanjas que entonces estaban secas, traen porcion de agua, de modo que no se vé otra cosa que hermosos arroyuelos que de todas estas sierras bajan al rio precipitadamente: con lo poco que ha llovido, se abrieron infinitos manantiales, que antes no se conocian por otra cosa que por algun verdor que se hallaba entre las ásperas y áridas serranias.

Nada queda en Constantinopla del pasado; pero ¡cuán hermosa es con su aspecto musulmán!

No te diré si tus hermosos ojos Son dos astros que Dios dejó caer, Para alumbrar los púdicos sonrojos Que tus mejillas suelen encender.

Lo más hermoso era el bosque de naranjos.

¡Qué hermoso es el caballo en su pradería, suelta la nunca esquilada crin, naturales los botes y aires indómitos, que no igualaron el látigo ni la caricia! Al volver la cabeza vi que á aquella hora temprana, bajo un sol ya picón, caminaban á pie dos hombres... Les reconocí.

Hermoso de noble hermosura este campo en que se muestra larga y magnífica la generosidad del cielo y de la tierra.

Y se olvidaban del canto los pescadores cuando no lo oían; pero en cuanto lo volvían a oír, decían, abrazándose como hermanos: «¡Qué hermoso es el canto del ruiseñor!»

¡Qué hermoso es el cielo de Madrid!añadió después de breve silencio.

Hermoso es el cuadro que pintaron nuestros sabios marinos, no sin que se note a primera vista demasiado colorido y alguna que otra incorrección en el dibujo.

—Hermosa es esa dama —respondió don Esteban—, más que sus hermanas.

¡Ay! nosotras las mujeres no sabemos nunca á punto fijo lo que pasa en el corazón de un hombre, y debemos creer por los ojos; pero los más hermosos son á veces los más engañadores.

Las iniquidades de Felipe el Hermoso eran justamente el escudo más fuerte de los caballeros en el ánimo de aquellos piadosos varones, que en el fondo de su corazón deploraban amargamente las debilidades de Clemente V, origen de tanta sangre y tan feos borrones para la cristiandad.

Hermoso es el espectáculo, sobre todo cuando la lluvia ha arrojado al suelo el polvo flotante y el aire está, digámoslo así, rejuvenecido.

Ese es el príncipe de nuestro cielo, Lorenzo, después de Venus; pero, para mí, lo más hermoso son las estrellas dobles... ¿Tú no has visto con telescopio, el alpha del Centauro?

Pero lo hermoso de las casas hindús era la fantasía de los adornos, que son como un trenzado que nunca se acaba, de flores y de plumas.

¡Hermosa es la fraternidad de todas las clases sociales en defensa de la Patria y en los peligros de una guerra!

¡Hermosa era la hija del Mosco!