126 Metáforas para joven

Bastaba mirarlo para comprenderlo así, pues llevaba los signos de su profesión en su indumentaria y sus modales... El joven de talento era por entonces¡más altas acciones lo esperaban!poeta decadente y modernista.

Nuestro joven era gran adorador del sexo bello, y no por cierto de los platónicos; que de haber sido de éstos más de una vez hubiérase librado de graves compromisos que en distintas ocasiones le estrecharon, y de los que había logrado salir por su destreza y valentía unas veces, y otras por sus auríferos doblones, que D. Álvaro prodigaba cuando era caso como hombre generoso y conocedor de los corazones femeninos.

El joven Federico Guillermo de Hohenzollern, hijo mayor de Guillermo II, es un alma sentimental y un corazón impresionable.

Y decimos el escándalo, porque en la manera de presentar Dorotea á Juan Montiño, había dicho á todos: Ese joven es mi amante.

Querida señorita! replicó gravemente el cirujano El crímen, lo mismo que la muerte, no se pega solo á las personas maduras y diformes; los mas jóvenes y los mas hermosos, son demasiado amenudo sus victimas de predileccion.

¡Jóvenes amigas mias! Á vosotras, y sólo á vosotras, toca traer el remedio con vuestras inocentes manos para esta llaga inmensa; casaos con el alma enamorada y no por cálculo ó por interes; y si amais de véras á vuestros esposos, no les pediréis un lujo desenfrenado y loco; os avergonzaréis de esa lucha con las demas mujeres y de esas exigencias que se tragan el sosiego y se pueden tragar el honor de la familia.

La señora González celebró que ambos jóvenes fueran amigos y luego deploró que Adriana, por la hora, hubiese tenido que marcharse.

» Y ellas, llorando, dijeron: «¡Oh señora, he aquí que nuestro joven amo Alí-Nur ha empezado á darnos golpes y nos ha echado!

No hay que pensar, sin embargo, que nuestro joven era un animal dañino.

Por lo general una vieja anuncia una joven.

Yo no como aquídijo el joven, enfundando las manos en sus guantes, como en el Café de París, con unos amigos.

Por lo demás, el joven hacendero era un arca de misterios y sus acciones tan tenebrosas como su semblante.

Para , las jóvenes son como las arpas eólicas en medio de la noche: hay que escucharlas y prestar atento oído, para que sus inefables armonías, que elevan al alma á las celestiales esferas de lo infinito y de lo ideal... ¡V.

la joven lo ató con fuertes ligaduras a las columnas de su lecho, sacó un puñal, y esperó impasible durante una hora a que empezara a desvanecerse el poder narcótico.

Yo soy un médicodije, y este joven es mi ayudante.

La joven baja sin desconfianza....

El joven era bello; pero al verlo María dió un grito y volvió a caer exánime a los pies del incógnito.

No era esta broma, sin embargo, ni otras semejantes las que mortificaban más á la joven.

[imagen] LIBRO PRIMERO FÁBULA PRIMERA El Asno y el Cochino Á LOS CABALLEROS ALUMNOS DEL REAL SEMINARIO PATRIÓTICO VASCONGADO Oh jóvenes amables Que, en vuestros tiernos años, Al templo de Minerva Dirigís vuestros pasos; Seguid, seguid la senda En que marcháis, guiados Á la luz de las ciencias Por profesores sabios.

Le vió casi igual al último día en que entre suspiros y lágrimas se había despedido de él en el Retiro; los años transcurridos habían aumentado su aspecto de hombre grave y estudioso, y María, al verle así, dudó un momento de que aquel joven de aspecto sesudo y frío hubiese sido en París un calvera sin conciencia, que se entregaba a todas las locuras de Crápula.

La joven no era de carácter inocente: no sentía esa curiosidad maliciosa y malsana, que es patrimonio de ciertos temperamentos juveniles; pero no por esto ignoraba la existencia de ese sagrado misterio, productor de la vida, que las más de las veces degenera en vicio.

Una joven como ... Una joven como yo... que no se pertenece; que sólo puede dar a un hombre inconvenientes; que no tiene apellido para sus hijos, no se casa y una mujer como yo cuando no piensa casarse no ama.

Llamó como persona acostumbrada a considerarse hasta cierto punto en la propia casa y cuando le vi entrar en el amplio y suntuoso patio, subir lentamente la escalera y desaparecer en la antecámara del palacete, comprendí mejor que nunca por qué aquel joven flaco, de aspecto tan modesto y de actitudes tan resueltas no sería en ningún caso lacayo de nadie y tuve el sentimiento neto de su destino.

Fernando se sentó á su lado, y dijo así: Cuando me referiste el triste suceso de Valdecines, unas palabras mías te hicieron sospechar que podía ser causa de mis preocupaciones la joven que hallaste á la cabecera de aquel lecho.

Ese joven pindárico, es un ciudadano de los Estados Unidos.

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