4 Metáforas para borracho

El borracho, avejentado prematuramente, era un barón de Berlín, antiguo capitán de la Guardia imperial, que había perdido al juegos sumas importantes confiadas por sus superiores.

Es un flojo y un cobarde cuando no está bebido; pero borracho es una fiera, de modo que ahora lo hacen chupar como un saguaipé para que, por lo menos, meta un julepe á alguno.

Lívido, tembloroso, reprimiendo unos grandes deseos de llorar que acababan de asaltarle, Amadeo preguntó: ¿Es posible?... ¿Tan malo es? De oro es el mozorepuso don Adolfo; había de morirse, y el Diablo, para cargar con él, necesitaría pensarlo mucho: borracho, jugador, mujeriego, camorrista... ¡de todo es el indino! Y afirmó: No parece hijo tuyo.

En este particular, mi desengaño ha sido el más completo: los borrachos, que los hay por gruesas, son silenciosos; pocas veces se presencia una riña; casi nunca arman esas grescas y esos Sanquintines de que pudieran jactarse los borrachines de la raza latina.

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