32 Metáforas para cruz

La gran cruz es el adorno.

El general español se puso á la cabeza de su caballería, é hizo atravesar por allí á sus soldados, exclamando lleno de fe y entusiasmo: «Soldados, adelante, la Cruz es nuestra bandera, y bajo esta señal venceremos:» y los guerreros españoles hollaron el suelo de la libre República de Tlaxcalan.

Afortunadamente, Cruz no estaba en casa.

XV La Cruz de Arrechedera y Urdaneta está en mis cielos, tabla es que sujeta, cuando zozobra, al bien; porque a despecho de las más encontradas ambiciones, tu religión, tu , tus tradiciones, han abrigo recóndito en mi pecho.

Y es que la Cruz es una combinación geométrica natural; de manera que el encontrarse en América no fué motivo para establecer conclusiones de otro orden.

La Cruz sobre el escudo, en el detalle reproducido del petroglyfo, es el complemento simbólico de la escritura sagrada, expresando claramente un anhelo de lluvia.

El malogrado doctor Brinton abogaba por la independencia de origen de todos los signos simbólicos y demás que se encuentran en los diferentes países; pero Wilson opina lo contrario, y si bien concede que la Cruz es una cosa tan sencilla, que en todas partes y en todas las épocas ha podido descubrirse de nuevo, se niega á admitirlo en el caso del swuastica espiral, meandros, griegas y otros adornos por el estilo.

Respecto á la observación del marqués de Monclar, que la Cruz no podía ser emblema de los cuatro puntos cardinales á causa de su colocación vertical, no la juzgamos argumento serio.

De la cruz en torno aprenda la verdad este jentío, y cáigales la venda de los ojos, como en otras edades disipóse el error de los bárbaros del norte....

La Cruz es la figura transcendental en el simbolismo del culto acuático, que hacía del hombre primitivo un observador constante de la atmósfera, á la cual levantaba sus ojos para ver flotar entre las nubes á esas divinidades cuyo rostro y cuyas formas ideó su fantasía, portadoras del vaso resplandeciente y estruendoso.

En primer lugar, debe dejarse definitivamente sentado el hecho de su universalidad, de tal manera que pueda decirse que en América la Cruz ha sido una insignia religiosa empleada por los pueblos que salieron del imperio absoluto del fetiquismo, para entrar al período en que las religiones se valen de signos convencionales en la expresión de las disquisiciones intelectuales y de las ideas consagradas por la creencia colectiva.

Porque si esa cruz que arrastras es como la mía, en tu voluntad está librarte pronto de ella... abreviando el camino.

280 Tal vez en el corazón le tocó un santo bendito a un gaucho, que pegó el grito y dijo: ¡Cruz no consiente que se cometa el delito de matar a un valiente! 281 Y ahi no más se me aparió, dentrándole a la partida; yo les hice otra embestida pues entre dos era robo; y el Cruz era como lobo que defiende su guarida.

La primera cruz de la vía sacra era de mármol y aún se conserva en la fachada del palacio

Esta Cruz de Cozumel, llevada por los naturales en procesión á la orilla de los lagos y ríos en tiempo de seca, fué motivo de largas divagaciones de parte del conquistador, por más que su veneración no fuese el asunto principal en las creencias nativas, pues el dios Cozumel era la suprema divinidad de la isla, y la Cruz tan solo su insignia ó emblema[104].

La Cruz en este país fué objeto de veneración á causa de aparecer como el signo gráfico figurativo de los puntos cardinales y de la rosa de los vientos, siendo aquellos cuatro puntos en toda América cuatro genios del viento, cuatro personalidades míticas tutelares; de modo que cuando se habla del «norte», lo que en realidad quiere decirse es «viento que sopla del norte».

Y la cruz que cada uno ha de llevar y por donde ha de llegar á juntarse con Cristo, propiamente es la obligación y la carga que cada uno tiene por razón del estado en que vive; y quien cumple con ella, cumple con Dios y sale con su intento, y queda honrado é ilustre, y como por el trabajo de la cruz alcanza el descanso que merece.

La cruz esculpida en sus volutas pudiera ser quizás obra de cristianos posterior á la reconquista.

El buen obispo se quedó haciéndose cruces; por fortuna, las cruces de los obispos son de oro y piedras finas y suelen ser regalo de las mismas señoras que tanto les desazonan.

«Apenas, escribe, los españoles se acercaron al Continente de América, en 1518 desembarcando en Cozumel, junto á Yucatán, hallaron muchas cruces, dentro y fuera de los templos y en su patio almenado puesta una cruz grande, en cuyo contorno hacían procesión los indios pidiendo á Dios lluvias, y á todas las veneraban con gran devoción», lo que prueba que era el símbolo de un gran dios atmosférico.

¿Pues para quién, señor, es ese hábito?dijo con un sarcasmo mal encubierto; ¿acaso para la aventurera con quien entretiene al príncipe el duque de Uceda? Para esa el collar de perlas, y más que fuere menester; esta cruz es para otra persona.

Y por que donde quiera que entraba de nuevo, como arriba se dijo, ponia una cruz grande.

Cruz Guíez es el prototipo del gaucho fronterizo.

La Cruz de ceniza, debe ser una reminiscencia del fuego sagrado, pues que á ceniza reduce lo que quema.

286 Lo agarramos mano a mano entre los dos al porrón: en semejante ocasión un trago a cualquiera encanta; y Cruz no era remolón ni pijotiaba garganta.

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