62 Metáforas para genio

Y los demás, todos en coro, repetirán que el genio, la santidad y el heroísmo son aberraciones, locura, epilepsia, degeneración, negarán el ingenio, la virtud y la dignidad, pondrán á esos talentos por debajo de su propia penumbra, sin advertir que donde el genio se resobra el mediocre no llega.

Los genios son los agentes de aquella razón en toda su integridad arquetípica; y por ello escapan a la ley de raza.

Como los niños de los cuentos de hadas, cuando se pierden en obscura y tempestuosa noche, en medio de un bosque lleno de malezas, precipicios y tal vez fieras, veo siempre a lo lejos resplandecer la lucecita que ha de guiarnos a un espléndido alcázar, donde genios bienhechores han de albergarnos, restaurarnos y regenerarnos.

Yo me inclino ya a creer que el Genio de la muerte es el amor mismo.

El genio es simplemente una anticipación: prevé en sus detalles lo que otros no ven aún en sus líneas mayores, y como los demás no ven lo que ve él, lo miran con asombro, se fatigan de su resplandor y persistencia, y lo dejan a que se alimente de propio, y sufra.

El genio es una alta armonía; necesita serlo.

El genio no es un azar ni una enfermedad; ni es, tampoco, un capricho intercalado en el curso de la historia.

Desde entonces el genio abierto y animoso de la primera fué el bálsamo que calmó, ya que no llegara á curar, los desabrimientos y esquiveces de su padre, y el mejor lazo de unión entre las dos familias, tan á menudo aflojado por las intemperancias nerviosas de don Juan de Prezanes.

Entre todos los grandes artistas españoles, el más personal, aquel cuyo genio propio brilla más vigoroso, fué Velázquez.

JOSÉ DEL CARMEN, DIAZ, moreno esclavo, natural de Güines, á quien tambien las musas se empeñaron en...... perseguir, porque en ciertas situaciones el genio es mas bien una calamidad, que un don celestial.

Porque el genio cristiano no habia entre nosotros abandonado de tal manera el campo al genio pagano del renacimiento, que se pudiese decir estinguida su influencia.

El genio epidémico y de las constituciones médicas es la causa que ha inducido á algunos á no creer en la universalidad de la ley de los semejantes.

Quizá el genio sea la compensación de la miseria y de la desgracia, que ser feliz y artista no lo permite Dios, como, con dichosa y amarga lucidez, ha escrito Manuel Machado.

Como poseedor de talismán en comedia de magia, que no cesa de pedir gollerías, seguro de que el genio protector ha de concedérselo todo.

El genio es conocimiento acumulado.

Moralmente y en concordancia con su temperamento artístico, era amante apasionado de lo bello y de lo bueno, sin que el genio del mal conturbase su conciencia, ni los embates de las pasiones socavasen la pureza de sus ideales.

¡Oh, César! eres un espíritu sublime, porque el genio es tu corona.

Con un poco de dinero hubiera podido, quizás, reponerse del todo y, un genio en buena salud, es siempre cosa peligrosa.

Usted niega, como yo, que la poesía sea don funesto, cultivo del dolor; y entiende que no es deformidad ó enfermedad el genio, sino salud más completa, fecunda y dichosa, que la salud de que goza el vulgo.

Afirman, pues, que el genio es como una divinidad que reside en el alma de quien le posee, y a cuyo culto y manifestación debe el poseedor consagrar su vida y sacrificarlo todo: amistad y amor de las mujeres, patriotismo y ley moral.

¿Qué importa que sostenga que el genio es una enfermedad del cerebro, que no vea en cierta delicadeza de moralidad sino un principio de tísis, y que clasifique el entusiasmo y el amor entre los accidentes nerviosos?

el rayo hacía pensar en una larga mirada que el genio, prisionero en el bronce, enviase sobre el grupo juvenil que se alejaba.

El genio no es otra cosa que la espontaneidad de la imaginacion y del sentimiento, que se desenvuelven con subordinacion á las condiciones de lo bello.

El «genio y figura, hasta la sepultura», es una excepción muy rara en los hombres de ingenio excelente, si son longevos; suele confirmarse cuando mueren á tiempo, antes de que la fatal opacidad crepuscular empañe los deslumbramientos del espíritu.

Pero el genio es un factor constante, muy abundante en todas las categorías de la vida, mientras que la oportunidad es un factor variable y esencialmente artificial.

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