215 Metáforas para hijo

No digas blasfemias, que hijo eres de mujer.

El primero que habla es Omequeturiqui, y esto con voz alta; el segundo es su hijo y habla con las narices, el último habla Urapo y tiene una voz semejante á un trueno; el Padre es el dios de la justicia y castiga á los malos, ya con un palo, ya con otro instrumento semejante; el Hijo y el Espíritu son los abogados, pero mucho más la diosa.

El hijo de éste (y adoptivo de Washington) fué el abuelo de Lee.

, mis hijos, si nunca le habéis tomado; acordaos que descendéis de la sangre de Laín Calvo, cuya noble fama y gloria hasta hoy no se ha olvidado, pues que sabéis que don Diego es caballero preciado, pero mantiene mentira y Dios d’ello no es pagado; el que de verdad se ayuda de Dios siempre es ayudado.

El hijo Mamerto es un adolescente taciturno y ojeroso.

Roussel, siempre práctico, no se contentó con que su hijo fuese un simple aficionado.

Pero estos hijos eran agresores y hacían el mal voluntariamente.

Cortaron á otros miembros, y entregáronlos á las mujeres, que con agujas los matasen: á quien apedrearon, á quien acañaverearon, desollaron, despeñaron; y á los hijos de Arze, alcaide de la Peza, uno degollaron, y otro crucificaron, azotándole, y hiriéndole en el costado primero que muriese.

El conde de Barcelona se acerca con una armada para vengar la muerte de su hija; un hijo de la muerta es el Almirante, y el Rey tiembla ya en su capital.

Desde el momento en que descubrí, murmuraba, que mi hijo era el amante de Bekralbayda, el horror que me inspiró el solo pensamiento de robar á mi hijo su amante, me curó de todo punto del amor que tenia hácia ella.

Desde aquel momento el hijo y la madre fueron amigos.

4 Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le hubiere dado a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.

Para ella su marido era su Dios; sus hijos eran sus ángeles.

25 E Ismael su hijo era de trece años cuando fue circuncidada la carne de su prepucio.

31 Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, y no morirán por sus inmundicias ensuciando mi tabernáculo, que está entre ellos.

Los hijos de Watson y de Celinda serían archimillonarios, no conociendo nunca la esclavitud del trabajo ni las angustias de la escasez de dinero, y al ser hombres vendrían á derrochar en París una parte de su herencia principesca, llamando la atención por sus despilfarros y sus brillantes cualidades de seres ociosos é inútiles.

» Todos sus hijos fueron tambien ardientes perseguidores.

[Ilustración] [Ilustración] XLI El hijo de Arias Gonzalo, el mancebito Pedro Arias, para responder á un reto velando estaba unas armas.

A la madre, confidencialmente, le aseguró que su hijo podría ser un buen artista de circo.

Así el oráculo de Apolo no se realizó; mi hijo no fué el asesino de su padre y Layo no murió a manos de su hijo, como tanto lo había temido.

Hijo único de D. Juan, crecido al calor de aquellos seres, era astro de sus noches, alegría de su alma.

Los dos hijos de Joaquín Baranda, que era entonces Ministro de Justicia, fueron de los más audaces en el ataque.

Señor, haced que tenga una vida tranquila, ilustre y pomposa, y que numerosos hijos, buenos como su padre, sean el báculo de su vejez.

¡Hijo de Satanás!murmuró mientras aplicaba su benéfico bálsamo sobre la herida sangrienta.

Este hijo de Océano era de barbas azules y ojos verdes, con haces de juncos marinos en las cejas y el pecho.

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