36 Metáforas para reino

4 Reinar es la mayor suerte, de un ingenio de esta corte.

Su reino de Dios era, sin duda, el próximo apocalípsis que iba á desarrollarse en el cielo.

¡Así anda todo!dijo doña Clara: cuando un reino está sin cabeza...

El señor cura ha acabado por creerla el aviso con que la Providencia querría llamar la atención de la Humanidad acerca de las miserias de la vida, cuyo único reino fuese el cielo; sin embargo, contradictorias sus cristianas esperanzas y sus visiones terrenales, se declara germanófilo, por entender que así la vida mundial se deslizaría mejor bajo férreas férulas de orden y de fuerza.

16 Así que, no sea blasfemado vuestro bien: 17 que el reino de Dios no es comida ni bebida; sino justicia, y paz, y gozo por el Espíritu Santo.

» 004:030 Jesús dijo, «¿Con qué compararemos el Reino de Dios?

V CAPÍTULO DE LA CONQUISTA Mientras el descubridor del mayor de los océanos estaba aún tratando de averiguar sus lejanos misterios, un guapo, atlético y gallardo joven español, que estaba destinado a hacer mucho más ruido en la historia, empezaba a dar que hablar desde los umbrales de América, de cuyos reinos centrales debía ser más tarde el conquistador.

Señaladas fueron algunas en hermosura en el reino de Guarionex y en otras partes desta Isla, pero no tan en comun y general como las gentes del reino de Behechío; en otras muchas cosas eran estas gentes más polidas, por las cuales habia entre nosotros tal manera de decir, que aquel reino de Xaraguá era la corte desta Isla.

Mas no bastaron estas provisiones aunque juntas, para que los moros (cuyos ánimos eran desasosegados y ofendidos) no se levantasen en el Albaicin, temiendo ser echados de la ley, como del estado: porque los reyes, queriendo que en todo el reino fuesen cristianos, enviaron á fray Francisco Jimenez, que fue arzobispo de Toledo y cardenal, para que los persuadiese; mas ellos, gente dura, pertinaz, nuevamente conquistada, estuvieron rehacios.

Otras veces el reino de Dios es el cumplimiento literal de las visiones apocalípticas de Daniel y de Henoch, y frecuentemente, por último, ese reino es el de las almas, y el rescate próximo, es el rescate por el espíritu.

Saliendo desta ciudad y volviendo al camino real, á 30 leguas andadas entramos en el valle de Jauja, donde al presente escribimos este breve compendio, uno de los mejores y más poblados deste Reino; es abundantísimo de trigo, maíz y otros mantenimientos de la tierra, y carnes.

41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será diviso; y habrá en él [algo] de fortaleza de hierro, de la manera que viste el hierro mezclado con el tiesto de barro.

8 Y se enojó Saúl en gran manera, y desagradó esta palabra en sus ojos, y dijo: A David dieron diez miles, y a miles; no le [falta] más que el reino.

En fin, un pequeño reino... Era de los frailes Agustinos, y mi marido lo compró cuando lo de Mendizábal... Currita hizo un gesto de resignación pacientísima, y preguntó: ¿Y qué ha sucedido en el pequeño reino de Mata... esos animalitos?...

No siendo admitido, añádese que propuso otro más ventajoso, y fué ceder á Castilla todo el reino, quedándose solo con el rincón de Algarbe.

23 Y llamándoles, les dijo por parábolas: )Cómo puede Satanas echar fuera á Satanas? 24 Y si un reino contra mismo fuere dividido, no puede permanecer el tal reino.

Dando al pueblo en la paz leyes constantes que a los pobres protejan y a los buenos, o tomando las armas rutilantes contra los enemigos sarracenos, haréis los reinos grandes y pujantes, poseeréis todos más, ninguno menos: gozaréis las riquezas merecidas, y las honras que ilustran a las vidas.

» 013:024 Él les ofreció otra parábola, diciendo, «El Reino de Dios es como un hombre que sembró semilla buena en su campo, 013:025 pero mientras la gente dormía, el enemigo llegó y sembró maleza también entre el trigo, y se fue.

Dejemos eso, y dime: «¿hay muchos golosos de valimientos de los hombres del mundo?»«Enfermedad es (dije yo) esa de que todos los reinos son hospitales.

«El Reino de Dios es como levadura, que una mujer toma y esconde en tres medidas[120]de harina, hasta que toda queda fermentada.

20 Y ahora, como yo entiendo que has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable, 21 júrame, pues, ahora por el SEÑOR, que no talarás mi simiente después de , ni raerás mi nombre de la casa de mi padre.

013:045 «De nuevo, el Reino de Dios es como un mercader buscando finas piedras, 013:046 el cual habiendo encontrado una fina perla de gran precio se fue y vendió todo lo que tenía para comprarla.

En otro tiempo enviaba carteles de desafío al mundo entero; veinte condes y otros tantos duques, sus hijos, sus nietos, cinco generaciones cuyo reino es la montaña, rodeaban como á un rey al patriarca bandido.

Mientras la de Páez daba a entender con su aire melancólico y aburrido que su reino no era de este mundo, y que Ronzal había hecho demasiado atreviéndose a invitarla a bailar, el diputado ponía los cinco sentidos en no equivocarse, en no pisar el vestido ni los pies a ninguna señorita y en imitar servilmente las idas y venidas y las genuflexiones de Trifón.

Hasta el mismo Faraón, si tenía el antojo de hacer algún milagro valiéndose de las tales fórmulas, se exponía á que el cielo le castigase enviando á su reino las más espantosas plagas.

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