98 colocaciones para ciego

» 008:025 Nuevamente puso sus manos sobre los ojos del ciego.

; entiéndanlo los padres; la fantasía, la emocion poética, es lo que más seduce á una jóven; eso que ellos creen que es un puro romance de ciegos, es la tentacion más fascinadora y más irresistible.

En tierra de ciegos....

Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y dióme una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome: "Necio, aprende; que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.

Y cuando reparte golpes, son verdaderos palos de ciego que llueven irremisiblemente sobre los inocentes... Pero este dios, como todas las divinidades, tiene una iglesia que piensa por él y administra sus intereses: la iglesia de los grandes millonarios, directores del mundo.

Yo fui por el vino, con el cual no tardé en despachar la longaniza, y cuando vine, hallé al pecador del ciego que tenía entre dos rebanadas apretado el nabo, al cual aun no había conoscido por no lo haber tentado con la mano.

Son guías ciegos de los ciegos.

Primero se ganó la vida recogiendo boñigas para estercolar huertos, después fue lazarillo de ciego, dio al fuelle en casa del herrero, se metió a zagal de diligencias... por fin huyó de la comarca.

La voz de Santiago, al entrar por la mañana en su cuarto diciendo: «¡Hola, Juanito! arriba, hombre, no duermas tanto,» sonaba en los oídos del ciego más grata y armoniosa que las teclas del piano y las cuerdas del violín.

Torquemada no había soltado aún la mano del ciego, blanca y fina como mano de mujer, de una pulcritud extremada.

En un abrir y cerrar de ojos, se puso la anciana a diez pasos del ciego.

«¡Ha pasado más hambre esa chica que un perro de ciego!», nos decía el muchacho.

Camino del cuarto del ciego Torquemada no abrió el pico, ni nada hubiera podido decir aunque quisiera, porque la elocuencia de la noble señora le fascinaba, y la fascinación le volvía tonto, dispersando sus ideas por espacios desconocidos, é inutilizando para la expresión las poquitas que quedaban.

Fuímos a una, adonde él se acostumbraba apear, y hallamos a la puerta más de doce ciegos; unos le conocieron por el olor, y otros por la voz; diéronle una barbanca de bienvenido.

un rato a estudiar herejías y necedades para los ciegos.

Es realmente consolador el ver con quÈ esmero procura la autoridad gubernativa que las vÌas p˙blicas se hallen siempre limpias de ciegos que canten.

No hacía más que mirar, mirar y hacer memoria de aquel tenebroso mundo en que había vivido, allá donde quedaban perdidos entre la bruma sus pasiones, sus ideas y sus errores de ciego.

Una cosa la trastornaba profundamente: la presencia de un ciego.

" Reíme entre y, aunque mochacho, noté mucho la discreta consideración del ciego.

Mas el pronóstico del ciego no salió mentiroso, y después acá muchas veces me acuerdo de aquel hombre, que sin duda debía tener spíritu de profecía, y me pesa de los sinsabores que le hice, aunque bien se lo pagué, considerando lo que aquel día me dijo salirme tan verdadero como adelante V.M. oirá.

Allá abajo, en el fondo de la sima negra que bordeaban a tientas, con el tacto de los ciegos; donde sólo podían verle los cuervos, que poco a poco dejarían blancos sus huesos bajo el peso de la mochila, mientras en su casa, la familia, hambriento, movida por una remota esperanza, aguardaba que un día u otro se presentase.

En Lausana, uno de los cantones que sobresalen por sus establecimientos literarios y piadosos, existe un colegio de ciegos digno de ser visitado y objeto de admiracion merecida.

En vano explicaremos el color al ciego, y el sonido al sordo.

Aquí, el maravilloso palacio de la emperatriz Placidia, las mansiones de los personajes más importantes del imperio, las termas de Arcadio, la iglesia de la Madre de Dios Hodégetria (conductora de los ciegos) y el alcázar de los emperadores bizantinos, monumento de monstruosa grandeza, mezcla de harem y de convento, donde las vastas salas destinadas á la orgía y á la muerte estaban decoradas con escenas bíblicas sobre fondos de oro.

Todos encontraron excelente el consejo del ciego, y en la tarde del siguiente día se ejecutaron sus instrucciones al pie de la letra.

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