145 colocaciones para pareja

cada oveja con su pareja ... la marquesa con el canónigo en el piso principal ... en el segundo, el abogado con el comerciante ... en el tercero, el agente de negocios con la viuda del coronel ... así en los demás pisos ...

Dándolo por hecho, como lo daba casi siempre, la marquesa puso su consideración en el cuadro venturoso de la vida de aquella pareja incomparable, lejos, muy lejos, todo lo más lejos que ella pudiera, de la peste del «gran mundo».

Á la buena mujer se le va la burra entre tanta maraña, mientras el tío Juan no quita los ojos de la pareja.

La Flor de Mayo y la otra barca de la pareja avanzaban con las velas desplegadas, arrastrando la red del bòu, que cada vez se hacía más pesada y tirante.

Oigo cerca de las risas alegres de la pareja enamorada, que el aire sutil me trae por entre el rumor de la catarata: son felices porque son jóvenes, y su vida ensaya el corto y rápido vuelo en alas de la ignorancia y la ilusión.

Sentíase arrebatada por él en medio del torbellino de parejas y se creía sola.

El preceptor, abandonado de los ágiles brazos de su pareja, cayó al suelo, pidiendo al cielo justicia; la muchacha le enredó una flor entre las blancas guedejas de su peluca de ala de pichón, y dijo así: Toma, amor mío, esta flor en memoria de lo que te quiero.

Este «refresca», para que el Emperador apreciase la abundancia de frutos de la isla, componíase de cien vacas, doscientos carneros, centenares de parejas de gallinas y pavos, de cuarteras de aceite y harina, de cuarterones de vino, de cuarterolas de queso, alcaparras y aceitunas, veinte barriles de agua de arrayán y cuatro quintales de cera blanca.

Cuando se habían alejado largo trecho de la otra pareja, deteníanse un momento á esperarla, y sin llegar á reunirse con ella volvían á correr sobre el camino, encorvado y peligroso, encima del Besaya, que gemía en hervores torrenciales.

Cuando la charanga comenzó a tocar con estrépito, la gente de los pasillos y del ambigú salió al centro a bailar, y poco a poco se formó una corriente de parejas alrededor del salón.

Los últimos giros de las graciosas parejas se extinguieron en los costados del salón, como los últimos círculos del agua agitada mueren en las paredes del estanque; se deshicieron aquellos abrazos convencionales que no ruborizan á las doncellas, y al fin tuvo la condescendencia de callarse el piano homicida que dirigía con su martillante música el baile.

Cuando comenzaron a tocar el piano todos los muchachos se lanzaron en busca de pareja.

Después salió a relucir el tema más común en estos paseos de parejas.

Combate ruda pero severamente la teoría de Darwin sobre el origen de las especies, y demuestra con gran copia de datos y razones, que la humanidad no es el coronamiento del proceso animal, por más que rechace igualmente la procedencia de una sola pareja.

Tras de ellos se formó la fila de parejas, escogiéndose unos a otros según anteriores preferencias o al azar de la proximidad con bizarros contrastes que provocaban risas y gritos.

El Ferrer había disparado la pistola a los pies de su pareja: la suprema galantería de los hombres valientes; el mayor homenaje que podía recibir una atlota de la isla.

El que está apoyado sobre sus engalanadas cabezas, hombre que tiene la suya algo más sucia, calzones de manga corta, con un tirante sólo, chaqueta al hombro y sombrero de copa alta, más que medianamente apabullado, es el dueño de la pareja, y conocido y honrado en su pueblo por el nombre de Antón Perales.

A la mitad de la calle del Turco, y dominando el ruidoso rodar del carruaje, llegó a oídos de la pareja un extraño rumor lejano: esa especie de sordo mugido, amenazador, imponente, que sólo es común al mar encrespado y a las muchedumbres alborotadas...

Detrás la cruz arzobispal y los canónigos por parejas, y en último término el prelado, con su cola roja, extendida en toda su longitud, llevada en alto por dos pajes.

¡Cómo el murmullo del habla Con el susurrar se aduna! ¡Cómo las fuentes perdidas En las tinieblas oscuras, Miman con sus blandos cantos A las parejas que cruzan!....

Pero así como dentro de las casas de esas calles tiradas a cordel se desarrollan trágicos episodios, y laten el amor, el vicio y el crimen, así bajo la capa de buena armonía y mutua consideración de aquella pareja yo adivinaba el mal maridaje, la predisposición tiránica y mezquina del marido y la repulsión inconsciente, fría, tremenda, de la mujer.

Fortunata no pudo comprender el motivo de esto, y creyó que la oscuridad del velo le desfiguraba la realidad de la cara de su pareja.

X El cariño de la enamorada pareja y la angustiosa situación de Pepe crecieron a la par.

Don Elías, que no llegó á entrar en ella por estar ya de bote en bote, con camisa limpia y el sombrero bueno; y sus dos hijas, con los únicos arreos, marchitos y anticuados, que había en la casa para la pareja que estuviera de turno en tan señaladas ocasiones.

Y aquel hogar solitario, constituído fuera de la ley, era como en un monasterio la celda de una pareja enamorada.

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