23 colocaciones para pómulo

Un joven pálido, de pómulos salientes, nariz remangada y ojos claros, pero no serenos, se acercaba en aquel momento a la mesa con la cabeza descubierta.

La señorita Atala era rubia, tirando a rojo; tenía los ojos claros, la cara cuadrada, con los pómulos salientes, y el ademán decidido.

Entre la calma y la media luz de un cuartito, un buen anciano de pómulos rojos, arrugado hasta la punta de los dedos, dormía embutido en un sillón, con la boca abierta y las manos en las rodillas.

Castro le veía aún, como si asomase su cabeza por una ventana del bar; vería tal vez mientras viviese el pergamino blancuzco de su cara, tirante sobre las aristas de los pómulos; la barba roja colgando de sus mandíbulas, como si fuese postiza, y sobre todo, sus ojos sarcásticos, insolentes, de un color verde turbio, igual al de las ostras.

Era un señor ya anciano, con los cabellos enteramente blancos y rosetas encarnadas en los pómulos, ojos vivos y francos y boca grande, sonriente.

Sobre la limpieza de las almohadas reposaba su cabeza bronceña, de pómulos angulosos y enérgico perfil, y en la grave serenidad de la frente, el surco vertical de la reflexión parecía más hondo.

Rita seguía cosiendo, y el choque de la luz con la sombra extremaba las angulosidades tercas de su rostro, la curvatura de la nariz, la demacración de los pómulos, la fortaleza carnicera de la mandíbula.

Estaba repugnante, sabática, con su pelambrera rojiza, mezquina y salpicada de cabellos blancos; sus ojuelos de lobo, amustiados por el miedo entre la miseria de los párpados sin pestañas; la piel seca, rugosa, vieja, sobre la dureza saliente de los pómulos; el semblante espectral, amarillo como el releje de sus dientes.

; los ojos de hombre astuto, hundidos, recelosos, movibles; y trazadas cual arco de ballesta, en el semblante enjuto de pómulos salientes, las cejas muy pobladas.

Era éste un joven de veintitrés a veinticuatro años, de regular estatura, moreno, con los pómulos salientes y la mirada extraviada.

Otro de los asiduos a la tertulia era el capitán Embun, aragonés, hombre fuerte, alto, tosco, de pómulos salientes, que había campeado con los realistas de Eroles, y estaba enamorado de Kitty.

Porque ejercían indecible fascinación sobre el observador aquellas cejas rectas y prominentes, los ojos grandes y febriles, escondidos como en acecho bajo la concavidad frontal, la pupila inquieta y ávida, mucho hueso en los pómulos, poca carne en las mejillas, la quijada robusta, la nariz romana, la boca acentuada terminando en flexiones enérgicas, y la expresión, en fin, soñadora y melancólica.

Sus huéspedes y las chinas hicieron lo mismo, regresando todos frescos y acicalados, con los labios y las mejillas pintadas y lunarcitos postizos en los pómulos.

Unos canastillos de flores penden del techo: y allí se come, se bebe y se fuma, mientras unas cuantas mujeres de jalbegado rostro, con los pómulos y los párpados cubiertos de almazarrón (aristocrático afeite del bello sexo), bien vestidas y mejor peinadas (pero nunca limpias), cantan, al parecer acompañadas de instrumentos músicos, muy semejantes para nosotros a los de tortura, preparan las pipas de los consumidores y les dan conversación.

Sin embargo, no tiene ese tipo que hace á Francia parecer un monótono bazar de muñecas blondas de pómulos salientes y labios gordos y encarnados.

Pero Meg no desplegó los labios; sus ojos seguían bañados de alegría misteriosa y la piel de los pómulos estremecida.

, más que en la reciedumbre de sus pómulos y de sus mandíbulas cuadradas ó en la dureza de su nariz, radicaba en la energía taciturna del entrecejo hirsuto, sombrío como un mal recuerdo.

¡Oh, , María sentía un inmenso placer! Las rosetas encarnadas de sus pómulos así lo decían; el brillo inusitado de los ojos también lo pregonaba.

Media docena de velas altas y delgadas, de pábilo muy fino, porque fuese mayor su duración, alumbraban a la santa imagen, que era de rostro aniñado y yesoso, excepto en los pómulos, donde tenía fuertes rosetas carminosas.

El moro oceánico es en general de regular corpulencia, estatura mediana, de color cobrizo amarillo, propio de la raza malaya; ojos obscuros y rasgados, cejas pobres, nariz roma y labios delgados, por más que el uso del bullo no permita apreciar esta circunstancia; la cara resulta enjuta de carnes aunque ancha por lo saliente de los pómulos.

Las arrugas de ese semblante, lo hundido de esas sienes, lo agudo de esos pómulos, lo contraido de esos labios, lo furtivo de esa mirada, significan, malicia, perspicacia, argucia; no significan un entendimiento liberal, extenso, vario, rico, fecundo, inagotable; me significan el entendimiento de un Voltaire.

, y se le borraron las rosadas tintas de los pómulos.

Abriéndose camino por entre la concurrencia, Rita se acercaba; la sangre que manaba de su labio mordido, la había manchado el corpiño; su menton rojo formaba con la amarillez hipocrática de los pómulos y de la frente, una disonancia de pesadilla.

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