105 colocaciones para latir

El pensamiento de encontrarme en presencia de aquella mujer hizo latir violentamente mi corazón y debí palidecer, porque Pector se echó á reir y me dijo: ¡Diablo!

Entonces sintió que su corazón se ponía a latir con violencia, y durante algunos instantes fue incapaz de avanzar la mano para tomar el oro recuperado.

Ese cuadro que miro y que venero, ese cuadro imponente y terrible, esa elocuencia fervorosa, esa poesía adorable, esa pintura inmóvil y solemne, esa íntima voz del alma que hace latir mi pecho, es un entierro, una limosna, una caridad, unas exequias.

Como templo de la gloria, admirable; como templo cristiano, no habla á mi inteligencia y á mi fe, por más que me haga latir el corazon.

Duraron muy pocos instantes estas vacilaciones mías; y cerrando los ojos de la inteligencia a todo razonamiento de sentido común, es decir, bajándome al nivel de aquellos dos bárbaros, avancé resuelto por la cornisa y llegué a la boca de la cueva, dentro de la cual latían desesperadamente los dos perros, y me hallé a Chisco y a su camarada disponiendo el plan de ataque.

Lea se pasó el pañuelo de encajes por la húmeda frente y comprimiéndose el corazón, que latía con fuerza, continuó: Oye lo que sucedió, imprevisto y monstruoso.

En el zumbar de sus oídos, en el latir de sus sienes ardorosas por la fiebre, creyó percibir el susurro amenazante de aquel avispero.

«Dios me lo perdonedicen en este pasaje los Apuntes, si en el supuesto me engaño, porque bien pudiera ser causa de mi juicio el recuerdo de lo pasado; de aquel desdén, que rayaba en antipatía, con que empapó mi corazón, en una edad en que arraigan las impresiones para el resto de la vida; pero yo no vi nunca en las nuevas atenciones de mi madre uno solo de esos reflejos que llegan al alma y hacen latir al unísono dos corazones.

Golfín tentaba aquella vida próxima a su extinción y observó que bajo su tacto aún latía la sangre.

Su pecho empieza a latir más fuerte; así que perciba....

Ninguno manifestó la menor sospecha y sentí que iba recobrando la serenidad y que mi corazón latía menos apresuradamente.

el Señor la había escuchado, y su corazón latía de amor y de esperanza.

Pero sentía latir en el fondo de su pensamiento una irresistible satisfacción, un orgullo animal, al considerar que este aturdido temible era obra suya.

¡El dolor de la literatura, de los ex literatos, de los hampones pintorescos, de los buscadores de calderilla, como sombras, entre la penumbra de las calles, a la madrugada! ¡Pobre Santaló! Ya no tendrás que buscar los céntimos para la cama, mientras tu corazón latía penosamente como un viejo reloj desquiciado.

Estuvo luego atento, callado, observando el mesurado latir del péndulo; preparó el anteojo con cristal opaco, se puso en el sillón, abrió las compuertas, miró.

De cuando en cuando se pasaba las manos por los ojos, en los cuales decía sentir un peso enorme; se comprimía las sienes, donde latían con fuerza sus arterias o se mojaba con el agua del vaso aquella frente pecosa y chata, bajo la cual ardía un volcán de odios y de futuros proyectos de venganzas.

En su cara latía una continua nerviosidad y una expresión sarcástica; no paraba un momento de moverse, y cuando escuchaba, accionaba y movía nerviosamente los labios.

Mostraba el cielo todavía un fulgor del incendio que circundara al sol en el ocaso; la fronda sostenía en cada rama un susurro glorioso y peregrino; latía una fuente escondida en el huerto, y un mirlo silbó dos veces, como un zagal oculto en la espesura.

] Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir de la jauría desencadenada y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel de hombres, caballos y perros se dirigió al punto que Iñigo, el montero mayor de los marqueses de Almenar, señalara, como el más á propósito para cortarle el paso á la res.

Bajó Inés del torreón, Y llegando recelosa 5 Á las puertas del Cambrón, Sintió latir zozobrosa Más inquieto el corazón.

En estas afirmaciones latía el orgullo sevillano, en perpetua rivalidad con la gente de Córdoba, tierra igualmente de buenos toreros.

Aceptó Ojeda con sonrisa bondadosa estos ensueños, mientras en su interior empezaba a latir la irritación de la protesta.

Quédase pensativa al decir esto y añade después: Pero tampoco soy mala... Cuando algo me despierta de este sueño del corazón, me arrepiento de mis culpas... se recrudece el recuerdo de mis pasados errores y laten con fuerza en mi alma los sentimientos más dulces y afectuosos... ¡Ah! ¡Si yo tuviera fijeza y constancia!

El tío Ventolera pasaba de Riquer a otros valerosos patrones de corsos anteriores a él; pero Jaime, molestado por su charla, en la que latía un deseo de asombrar a la isla de Mallorca, vecina y enemiga, acabó por impacientarse.

latir, to beat, palpitate; to bark, yelp; subst.

105 colocaciones para  latir