255 oraciones de ejemplo con idealista

Y no creería yo cumplir con lo que pienso y con lo que siento, si no terminase este prólogo estampando, al lado del nombre del gran pintor realista de las Escenas Montañesas, el nombre del pintor idealista, rico en ternuras y delicadezas, que ha envuelto aquel paisaje en un velo de suave y gentil poesía.

Los pescadores que intervienen en la obra nada tienen del marinero idealista, del Gilliat de Víctor Hugo (pongo por caso).

En cambio de estos servicios, el sepulturero ayudaba en sus amores al escritor, que era por extremo sensible, idealista de la clase más anticuada, si bien esto se compensaba por su habilidad en escribir billetes amorosos, manifestación literaria á que sólo sus artículos políticos podían igualarse.

Adoraba como un idealista las zafias beldades con su olor a limón y tierra, gozaba oyendo sus conversaciones, prestábalas con el mayor gusto pequeños servicios, aguantaba sus groserías e impertinencias, todo a cambio de poder estarse en un rincón, tímido y sonriente, contemplando los brazos hercúleos, los ojazos insolentes y las piernas como columnas, marcadas por el discreto zagalejo.

Todo esto, a veces, me parecía un programa indefinido, nebuloso, pueril e idealista.

Pero dentro de aquel sepulcro el espíritu idealista del sacerdote se revolvía incesantemente, luchaba con ansia por salir al aire libre y respirar una atmósfera más pura.

Fue más allá y vio claramente que, por debajo de esta aparente lucha, los sistemas de la filosofía moderna idealista se besaban fraternalmente.

Yo creo que el absoluto debe ser algo más rico, más sustancioso que esa abstracción indigente que nos ofrece, por lo común, el monismo idealista.

Aunque profano a la Metafísica, me agradaba oírle cuando disertaba sobre los problemas capitales de la existencia, porque hablaba correctamente y parecía versado en todas las ciencias, y, además, tenían sus discursos un dulce sabor idealista conforme con mis tendencias.

Toda doctrina que no sea idealista, concluye necesariamente en la negación del conocimiento.

El primero nutrido en otros tiempos por el panteísmo idealista, cayendo después en el pesimismo y por fin en el monismo materialista, es hoy francamente anticristiano.

El era una pobre alma cautiva, un sentimental, un idealista ¡oh!, dedicado a la enseñanza de la juventud, de esa juventud en cuyo seno se guardan los gérmenes regeneradores de la patria.

Hacía prodigios el señor García para ir iniciando dulcemente en aquella inteligencia, lo mismo atenta que distraída, los principios de una instrucción que más que a enriquecer el cerebro con gran caudal de conocimientos, se dirigía a despertar el sentimiento místico e idealista y a crear una exagerada devoción religiosa que degenerara en fanatismo.

Idealista, cristiano y lírico, he ahí sus rasgos esenciales.

Este se ve en su primera obra, La Galatea, en la última que escribió, el Persiles y Sigismunda, y en los episodios de tono sentimental e idealista que se intercalan en el Quijote.

Y áun puede decirse que sus celos tienen más noble raíz y fundamento que los de Otelo; pero tanto extremó el autor la nota idealista, que el Tetrarca llega á parecer un energúmeno, fuera de todas las condiciones de la vida humana.

Ya sabéis, con todo, que es un idealista al ser nacional;

* * * * * Después de una representación del «Ocaso de los Dioses», pensaba yo, cómo yerran los sintetizadores rotundos que para mayor comodidad, clasifican á todo pueblo del Norte, como razonador y positivista, y á todo pueblo meridional como idealista y soñador.

No nos es posible, por otra parte, examinar de buena fe ningún sistema idealista absoluto sin tener la impresión de que su autor es ateo: Hegel lo es tanto como Spinoza; sus concepciones, en este punto, se distinguen por palabras: Hegel llama devenir eterno de la "idea" a lo que Spinoza concibe como transfiguración eterna de la "sustancia".

Sólo por eso doy a Emerson el calificativo de idealista, y pocos hombres lo han merecido mejor que él; sólo por eso un hombre estudioso puede enorgullecerse de usar tal nombre, que los ignorantes suelen prodigar a manos llenas a los que abusan de su inocencia para incitarlos a permanecer en el error y la domesticidad.

En ese inequívoco sentido, nadie mejor que Emerson merece llamarse idealista; cuando llamó al conjunto de sus orientaciones idealismo trascendental no quiso adherir estrictamente a la doctrina platónica de las ideas ni a la concepción metafísica hegeliana, sino expresar ese panteísmo naturalista que le inducía a contemplar la divinidad abstracta de las cosas y mostrar como digna de veneración la arquitectura moral del universo.

Todo idealista ha leído con lírica emoción las tres historias admirables que cuenta Vigny en su «Stello» imperecedero.

El idealista es inmolado en los imperios absolutos lo mismo que en las monarquías constitucionales y en las repúblicas democráticas.

De lo útil á todos, no saben decidir los más: nunca fué el rutinario juez del idealista, ni el ignorante del sabio, ni el honesto del virtuoso, ni el servil del digno.

Un programa abstracto es perfecto: parece idealista y no lastima las ideas que cree tener cada cómplice.

255  oraciones de ejemplo con  idealista