1345363 oraciones de ejemplo con que

Su cabeza se hundió en el barro, tragando el líquido terroso y rojizo; creyó morir, quedar enterrado en aquel lecho de fango, y al fin, con un esfuerzo poderoso, consiguió enderezarse, sacando fuera del agua sus ojos ciegos por el limo, su boca que aspiraba anhelante el viento de la noche.

Y tan cierto es esto, que casi me da vergüenza haberme detenido (siguiendo la corriente) en hablar tanto de literatura extranjera, cuando me propongo hacer el debido encomio de uno de los escritores más españoles que han florecido en el presente siglo.

Yo bien que los libros son la expresión de la sociedad, y que la sociedad sólo a medias es discípula de los libros; pero ¿quién negará que cada uno de ellos es leña echada en el fuego de la concupiscencia, incentivo del general descreimiento, piedra en que tropiezan las voluntades mal inclinadas, ocasión nueva de desaliento para las voluntades marchitas?

518 Es para él como un juguete escupir un crucifijo; pienso que Dios los maldijo y ansina al ñudo desato: el indio, el cerdo y el gato redaman sangre del hijo.

789 "Será mejor", decía yo, "Que abandonado lo deje, que blasfeme y que se queje, y que siga de esta suerte, hasta que venga la muerte y cargue con este hereje.

789 "Será mejor", decía yo, "Que abandonado lo deje, que blasfeme y que se queje, y que siga de esta suerte, hasta que venga la muerte y cargue con este hereje.

789 "Será mejor", decía yo, "Que abandonado lo deje, que blasfeme y que se queje, y que siga de esta suerte, hasta que venga la muerte y cargue con este hereje.

885 Con un socio que lo entiende se arman partidas muy güenas; queda allí la plata ajena, quedan prendas y botones: siempre cain a esas riuniones zonzos con las manos llenas.

1100 Voy a hacerle mis preguntas, ya que a tanto nne convida, y vencerá en la partida si una esplicación me da sobre el tiempo y la medida, el peso y la cantidá.

Trocaron el doblón, repartiéronle entre todas igualmente, aunque la vieja guardiana llevaba siempre parte y media de lo que se juntaba, así por la mayoridad, como por ser ella el aguja por quien se guiaban en el maremagno de sus bailes, donaires, y aun de sus embustes.

El les dijo que le guiasen al rancho antes que entrase el día y con él se descubriesen las señas que llevaba, si acaso le buscasen.

El les dijo que le guiasen al rancho antes que entrase el día y con él se descubriesen las señas que llevaba, si acaso le buscasen.

El les dijo que le guiasen al rancho antes que entrase el día y con él se descubriesen las señas que llevaba, si acaso le buscasen.

Podrá el vicio reinar aquídijo para sí;pero las [20] fisonomías, los muebles, todo me indica que estos son los infelices restos de una familia honrada.

El que no cree en Dios no ve causas.

En la yuxtaposicion de las partes de tal manera, que no se puedan separar sino muy difícilmente.

Las representaciones sensibles se parecen en tales casos, á sombras que se atraviesan entre el ojo intelectual y el objeto; la necesidad de estarlas removiendo de continuo, retarda y debilita la percepcion.

de aventurar proposiciones sobre arcanos que nos son desconocidos: pero guardémonos tambien de señalar lindes á la Omnipotencia, llamando imposible lo que á los ojos de una sana filosofía, está en el órden de la posibilidad

En este supuesto, afirmo que no hay ninguna contradiccion en hacer los cuerpos penetrables; y que el análisis de esta materia enseña que la impenetrabilidad de los cuerpos nada tiene de esencial.

] Las dificultades que se pueden objetar contra el augusto misterio de la Eucaristía se reducen á lo siguiente: un cuerpo está sin las condiciones á que están sometidos los otros cuerpos; no produce ninguna de las impresiones sensibles que recibimos de los demás; y por fin, se halla á un mismo tiempo en muchos lugares.

En ambos encontramos un ser privilegiado en la naturaleza; un ser grande, que de un golpe se eleva sobre la region de la materia, y que excitado por las impresiones exteriores, dispierta para una vida que no cabe en este mismo mundo, que le acaba de dispertar.

Por las palabras del sabio cardenal, se echa de ver que entendia la doctrina de Santo Tomás, sobre la indivisibilidad del alma de los brutos, con todo el rigor de los términos, pues que se propone la objecion del modo siguiente.

Yo pretendo ser el primero que ha explicado, cómo el alma percibe lo que pasa en el cuerpo.

Sin saber lo que hacía soltó un botón...

¡re-sangre! si digo que voy a echar al gato esa lengüecita...dijo Tablas abalanzando sus pesadas manos hacia la cara de la Pimentosa.

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