Qué preposición usar con apostar
Yo le daré en el calendario, y está canonizado, y apostaré a ello la cabeza.
Por las espaldas de la iglesia de San Juan, acometieron con igual ó mayor empeño, pero los contuvo D. Martin Cea con su piquete de fusileros, y la caballeria de Calacoto y Juliaca, reforzada con los honderos de estos mismos pueblos que Orellana habia mandado apostar en aquel puesto desde los principios del ataque.
, bailando como loca y jugando como un Yankee, parecía haber apostado con el tiempo á no dejarse vencer....
Aquella noche se mantuvieron los oficiales y guarnicion sobre las armas en las trincheras, y los indios fieles se apostaron por toda la circunferencia esterior de la poblacion, ademas de varios piquetes y patrullas, que estuvieron en continuo movimiento hasta el alba, para observar los que intentase el enemigo, á fin de que estas precauciones evitasen cualquiera sorpresa que hubiesen meditado.
Cuando se vieron dentro del alcance del bomerang fueron retrocediendo paso a paso hasta ponerse a unos seiscientos de la costa, donde se apostaron tras de unas peñas.
Con mi medio siglo encima, me apuesto á todo con el tal D. Carlitos.
A cada una señaló un vecino del pueblo, que se dirigiese y apostase al paraje señalado, y despues de haber hablado con entereza á sus soldados, representándoles su obligacion, el órden que debian observar, la obediencia y resolucion en el obrar, dobló el cuidado y el silencio para seguir á Tupiza.
Este pidió más vino, y se entretuvo en reír alto cuando alguno perdía y en apostar contra el Valencia.
¡Ay del político si el pueblo advierte que está totalmente arruinado! Ése no volverá á brillar, porque no le ha quedado ni un albur, como al jugador sin plata y sin crédito, que no puede apostar sobre palabra.
En tiempo del paso de los gansos silvestres, Marcos Divès se apostaba de ordinario allí, cuando no tenía otra cosa que hacer; y algunas veces, a la caída de la tarde, en el momento en que las bandadas llegaban hendiendo la bruma y describiendo un amplio círculo antes de posarse, el contrabandista mataba dos o tres de aquellas aves, lo cual alegraba mucho a Hexe-Baizel, que siempre se hallaba dispuesta a llevarlas al asador.
Cuatro indios arqueros se apostaron para herir a traición al capitán blanco que salía indemne de los combates, y un día que Ojeda avanzaba por la selva, extrañando la ausencia de enemigos, recibió un flechazo en un muslo.
Más de cincuenta mil duros iban á apostar entre todos, si es que los de Azpeitia tenían redaños para hacerles cara.
En cambio apostaría sin temor a perder, que una casa como el Banco Tellson y Compañía viene prosperando y floreciendo, no diré ya desde quince años atrás, sino de cincuenta.