Qué preposición usar con despedir
Flimnap se despidió de su protegido con breves palabras: -Vendré mañana, gentleman.
El secretario le despidió a la puerta con una fina sonrisa burlona.
Y con ahijús y terribles invectivas en guaraní, bien que alegres todos, despidieron al vapor, que debía ahogar, en una baldeada de tres horas, la nauseabunda atmósfera de desaseo, patchulí y mulas enfermas, que durante cuatro días remontó con él.
Él trató de sonreir diciendo: ¡Si son lágrimas tuyas! Y la despidió con un beso muy grande....
Antes de entrar de nuevo en la ciudad, D. Carlos se despidió del Comendador y de las dos señoritas, y se fué por otros sitios.
Luego, cuando ha pesado las diversas substancias, utilizando los medios prodigiosos que actualmente le suministra la ciencia, tiene que estudiar los rayos coloreados que el agua del manantial despide en un espectro luminoso.
Los socios de la Fontana se habían marchado, cerróse el club y sólo quedaron en la calle los tres amigos y Lázaro, que se despedía para ir en casa de su tío.
Se levantaron de la mesa y pasaron al salón, donde Tragomer, viendo que eran las dos de la tarde, se despidió á fin de volver á su casa á esperar á Marenval.
Conque reciba usted muchos besos de Julieta y atentos osequios de mi esposo; y con expresiones a las amigas, se despide hasta otra esta su servidora, que de veras la estima, JUANA ALUBIÓN DE LOS PEÑASCALES.
Por eso llevaba la cabeza tan erguida que casi daba con el cerebelo en las espaldas, y sus ojos medio cerrados despedían por entre las negras y largas pestañas relámpagos de suficiencia y protección a los presentes.
1180 Y con esto me despido sin espresar hasta cuándo; siempre corta por lo blando el que busca lo siguro, mas yo corto por lo duro, y ansí he de seguir cortando.
La ensenada de Bislig se halla comprendida entre la punta Tagtaba al S. y la de Maslic al N.; el islote Masaburon, que está en medio de la entrada, protege á la ensenada y divide aquélla en dos canales; el islote despide hacia el E. y O. bajos que se extienden 5 cables.
El Curro y el Doctrino bajaron después de haberse despedido desde la puerta y á gritos del poeta clásico.
Se despedían entre fuertes abrazos.
Se despidieron ante la puerta del hotel.
No hay necesidad absoluta de que florezcan á un mismo tiempo las galas del ingenio y el bienestar material de un país; aquéllas, como lo muestra la experiencia, pueden sobrevivir á ésta, ó despedir sobre sus ruinas los últimos destellos.
No quiso su compañía Claudia, en ninguna manera, y, agradeciendo sus ofrecimientos con las mejores razones que supo, se despedió dél llorando.