Así, pues, la responsabilidad de los adefesios en los atavíos que cubren a la burguesía femenina corresponde al pueblo que labora en los talleres de confección y al diablo que anda suelto por muestrarios y escaparates.

Es decir, en el caso de la Argentina, los criollos que se dedicaron al comercio y la ganaderíapues los españoles desdeñaban como oficio propio de negros y villanosy se instruyeron en los escasos colegios y universidades de Córdoba y Chuquisaca, fueron los que constituyeron la burguesía.

¿Quién puede imaginar á la hora presente que triunfe una revolución popular disponiendo la burguesía de mercenarios con mausers, cañones de tiro rápido y ametralladoras? Sí; el amor; esto es, el sentimiento de fraternidad, guiado por la razón, es el que se encargará de resolver este problema, limando poco á poco las irritantes desigualdades sociales.

Son todos ellos simpáticos, pero considero imposible encontrar una burguesía más fea de rostro y que vaya más grotescamente vestida.

El squire había estado acostumbrado toda su vida, a recibir el homenaje de todas las gentes de la parroquia y a pensar que su familia, sus copas de plata y todo lo que le pertenecía era lo más antiguo y lo mejor; y como no frecuentaba nunca a la burguesía de esfera más elevada que la suya, su opinión no admitía cotejo.

Sin embargo, moralistas y sociólogos hay que imputan á la burguesía, entre otros horrendos crímenes, la falta de ideales generosos y el haber reducido los lazos de la familia y las relaciones de los hombres á puras operaciones aritméticas.

Generalmente el motivo de las discusiones era político; don Pedro se burlaba de los revolucionarios, a quien dirigía todos sus desprecios e invectivas, y Andrés contestaba insultando a la burguesía, a los curas y al ejército.

Caruty sonrió y cantó entredientes, mirando con desprecio á una burguesía imaginada, la canción de Ravachol.

Yo pertenezco a la burguesía y sé que si ella muestra a la plebe crédula un paraíso distante, de goces inefables, es para apartar la atención de sus cofres repletos y de la abundancia de sus sementeras.

Entonces sentía yo por la burguesía, por el filisteo negado y petulante, un odio verdaderamente violento.

El Japón, en su vida histórica, sólo ha tenido tres colores: el negro, usado en las ceremonias palatinas por el emperador y sus cortesanos y que las clases elevadas guardan aún; el rojo, que fué el de la nobleza media, y el azul, usado por la burguesía y el pueblo.