34 colocaciones para japoneses

Producíales su vista la misma impresión de espanto y entusiasmo, de temor y fervorosa adoración que a los japoneses el gran Mikado.

Resulta admirable la agilidad del japonés.

Dejamos atrás las plantaciones de caña de azúcar á orillas del mar, los bosques de cocoteros y lianas floridas, las aldeas de japoneses vestidos á lo norteamericano.

En el Japón vivió catorce años seguidos; aprendió su idioma perfectamente; casó con una japonesa; se hizo maestro de escuela para estudiar en los pequeños nipones el génesis de la psicología de los amarillos; y sin embargo, á la hora de su muerte confesó con una franqueza melancólica: «El alma de los japoneses continúa siendo un misterio para .

Aprecio la diferencia de aspectos entre los japoneses de clase superior que han viajado, poniéndose en contacto con los occidentales, y los que nunca salieron del país.

Cuando echamos pie á tierra, los empleados lanzan á gritos un aviso en chino, en japonés y en inglés; un anuncio de mágica influencia para la imaginación; unas cuantas palabras de extraordinaria novedad, preñadas de ilusiones y esperanzas; algo que no puede oirse muchas veces en la brevedad de una vida humana...

Pero lo del Marne torció sus planes: de agresores tuvieron que pasar á la defensiva, y entonces emplearon todo lo que su Estado Mayor había aprendido en las campañas de japoneses y rusos, iniciándose la guerra de trincheras, la lucha subterránea, que es lógica, por el alcance y la cantidad de disparos del armamento moderno.

Cada año aumentaba de un modo alarmante la cantidad de japoneses residentes en el país.

Un buen conocedor podría distinguir a los chinos de los japoneses.

La devoción del japonés por el Mikado puede compararse, como dice Brieux, á la que habría sentido hasta hace poco cualquier pueblo de Europa cuyos reyes fuesen descendientes directos de Jesucristo.

El nombre de Fretum trium fratrum que emplea Gemma Frisius (HAKLUYT, t. III, página 16), indica vagamente una comunicación del Atlántico con el mar del Sur, al Norte de América, y si Ani (BARROW, Voyages into the Polar Regions, pág. 45) significa en japonés hermanos, no causaría extrañeza ver aplicado al estrecho de Behring un nombre asiático, á pesar de las dudas que tan gran distancia de navegación para los japoneses pueda engendrar.

" (Tim McKenna, escritor y filósofo, octubre de 2000) # En todos los idiomas "La investigación sobre la traducción automática debería permitir una traducción automática a los idiomas deseados, pero ofreciendo aplicaciones para cada lengua y no sólo para las lenguas dominantes (por ejemplo la difusión de documentos en japonés si el emisor es de lengua japonesa, y la lectura en bretón si el receptor es de lengua bretona).

Corea es un país de rudos inviernos, y sus habitantes no poseen la dureza de los japoneses para arrostrar el frío.

Y una familia de japoneses: «Osaka—Tokio y Daimio», en un mismo sepulcro, de lujo, cerca de Athos, enterrado bajo una fina placa de porcelana.

En los últimos años otra moda higiénica ha venido á aumentar la fealdad del japonés moderno.

Los alemanes no creen en sus filósofos como los japoneses no creen en sus ídolos.

Varias lanchas de vapor se pegan á nuestro buque y un grupo numeroso de japoneses me busca por las diversas cubiertas.

Junto á dicho lago, los habitantes de Nara establecen un mercado de flores y árboles, donde se puede apreciar la habilidad de los japoneses como jardineros de exportación.

El enorme edificio está lleno de judíos, de americanos, de japoneses, casados con francesas e inglesas, y hasta de chinos.

Dos maestros de lenguas orientales dan lecciones de japonés y de chino, y aprendemos unas docenas de palabras en ambos idiomas que nos permitirán pedir modestamente las cosas más elementales para nuestra existencia.

Los chinos, maestros de los japoneses en tantas cosas, aprecian con mayor entusiasmo, si es posible, esta materia fecundante.

Los que cantaban las glorias del joven mártir, indignábanse y arrojaban las más terribles maldiciones sobre aquellos diabólicos japoneses que tan bárbaramente trataban a los enviados de Dios; pero al hablar así no pensaban que no lo pasaría muy bien un brahaman indio que entrando en una aldeílla vascongada derribase al suelo y patease el santo patrono del lugar.

Este uniforme, mezcla de japonés y de alemán, quedó en una silla, bajo la mirada pensativa del héroe.

No es pueblo de invención, sino de adaptación, como los japoneses.

Asesinato de la reina por los japoneses.

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