313 colocaciones para combate

En algunas ocasiones habían llegado hasta los mismos lugares de combate, oyendo el silbido de los proyectiles.

Eran las señales del combate; el pequeño lo contaba todo llorando.

¡Voto a tal! muchachos, El Gavilán ha echado a pique a un gran buque sardo de tres palos en las costas de Sicilia, después de dos horas de combate; ¿por qué ha de temer a esa corbeta del pabellón azul?

Notó entonces este que había olvidado el pañuelo allá arriba, en el sitio del combate, y volvió corriendo en su busca; el niño, mientras tanto, desasosegado y sin tino, sintiendo tras aquella conmoción tan ruda la natural congoja del vómito, inclinóse demasiado sobre la roca y cayó rodando hasta el mar...

Lo contrario de lo que yo, según he oído decir, presumo que creen la mayor parte de las mujeres jóvenes y bonitas, que hacen de los ojos un arma de combate y como un aparato eléctrico o fulmíneo para rendir corazones y cautivarlos.

Y todo Santa María temblaba de impaciencia y de deseo por conocer el resultado del combate que iba a librarse detrás de la montaña.

Todos éramos de caballería, porque hacíamos las marchas á caballo; pero en el momento del combate los jinetes se convertían en infantes.

EN EL CIRCO Alma bohemia que jamás se abate, gemela de Talión y Prometeo, antes que suene el grito de combate por la arena del circo me paseo.

Eran tres: en el primero se veían los dos buques, con las velas desplegadas, que iban acercándose; el segundo fijaba el preciso momento del fragor del combate, y en el último los dos navíos estaban desarbolados, a punto de irse a pique.

Creados por una época positivista, y adecuados a la ciencia náutico-militar de estos tiempos, que mediante el vapor ha anulado las maniobras, fiando el éxito del combate al poder y empuje de los navíos, los barcos de hoy son simples máquinas de guerra, mientras los de aquel tiempo eran el guerrero mismo, armado de todas armas de ataque y defensa, pero confiando principalmente en su destreza y valor.

Los peñascales negros avanzan desafiando el ímpetu de la ola embravecida, y por las hendiduras de las rocas, huellas del combate secular entablado entre el mar y la tierra, penetra el agua y salta a lo lejos en un surtidor blanco y brillante como un cohete.

Ya no se embarcaban batallones enteros, pero día y noche los hombres de combate iban entrando en la estación, sueltos ó por grupos.

Presentaba un aspecto distinto de cuando lo vió cubierto de hombres, entre las peripecias del combate.

Con el hacha y la espada de combate no tienen igual, pero son muy malos ballesteros, y lo que es con el arco, no se diga.

Así, Sir Guillermo Beauchamp cayó al poderoso golpe de Captal de Buch, pero Percy desarzonó al de Mucident; Lord Abercombe derribó á su vez al señor de Albret y por fin el hercúleo Oliverio de Clisón igualó la suerte del combate con la victoria que alcanzó sobre Sir Raniero Leiton.

Al día siguiente se tuvo noticia del combate de los Arcos, en que fueron destrozados los voluntarios de Ladrón y este hecho prisionero.

, al fin, apreciando los méritos de aquella heroína, que ni un punto se apartaba de su puesto en el combate social, echó una mirada de benevolencia sobre el muestrario y después lo bendijo.

Había traído á unos parisienses que deseaban ver el campo del combate.

La pobre Játiva, de heróica memoria, cuna del Españoleto y teatro secular de tantos combates, no es hoy sino una momia de plaza fuerte, con su castillo derrumbado y sus reductos en escombros.

El director del combate dará tres palmadas, y los combatientes podrán apuntar y hacer fuego á voluntad entre la primera y la tercera palmada.

Porque, al fin, ni el mismo rey puede revocar ya la prueba por combate que tiene decretada á peticion de parte, ni fuera decoroso en vos el solicitarlo.

Pero aun en los genios mas eminentes no ha estado reñida la intensidad de la atencion con su flexibilidad: Descartes estaba elaborando sus colosales concepciones entre el estruendo de los combates; y cuando cansado de la vida militar se retiró del servicio en que se habia alistado voluntariamente, continuó viajando por los principales paises de Europa.

Aquellos rostros ennegrecidos por la pólvora, animados aún por el ardor del combate, aquellos hombres, con los vestidos desgarrados por los bayonetazos, algunos de los cuales sangraban al salir de las tinieblas a la viva luz, ofrecían el más extraño espectáculo.

En América la batalla campal se da por lo común en campo raso, las tropas son poco numerosas, lo recio del combate es de corta duración; de manera que siempre interesa iniciarlo con ventaja.

»Ante el cadáver del malogrado Churruca, los ingleses, que le conocían por la fama de su valor y entendimiento, mostraron gran pena, y uno de ellos dijo esto o cosa parecida: «Varones ilustres como éste, no debían estar expuestos a los azares de un combate, y conservados para los progresos de la ciencia de la navegación».

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