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* * * * * En Marzo partió de Sevilla Pedro de Rojas lugarteniente de Asistente para averiguar «la desaventura acaecida en tierra de moros asy al señor conde de Cifuentes como á los caballeros que con él fueron desta cibdad.

De lo dicho parece ser falso lo que dijo Hernan Perez, marinero, vecino que fué desta ciudad de Sancto Domingo, desta isla Española, que no habia saltado en tierra el Almirante en aquella isla de Guanahaní, ni en otra hasta Cuba, segun refiere Oviedo en su Historia, como aún de parecerá cosa no creible, que una tierra tan nueva y tan deseada, y con tantos trabajos y angustias hallada, no quisiese verla entrando en ella.

Tupac Inca, como lo supo, les envió mensajeros, con grandes presentes para los señores y para los capitanes y principales, diciendo á los embajadores que de su parte les hiciesen grandes ofrecimientos, y quél no queria guerra con ellos, sino paz y hermandad, y otras cosas desta suerte.

Y quando encuentro algun poeta honrado, Digo, poeta firme y valedero, Hombre vestido bien y bien calzado, Luego se me figura ver un cuero, O alguna calabaza, y desta suerte Entre contrarios pensamientos muero, Y no si lo yerre, ó si lo acierte, En que á las calabazas y á los cueros, Y á los poetas trate de una suerte.

«Saliendo yo desta ciudad para Toro, vi junto al camino en ciertas partes hombres asaetados en mucha cantidad, mayormente en vn lugar que se dize Peraluillo, y más adelante en vn cerro alto a donde está el arca, que es vn edificio en que se echan los huesos destos asaetados después que se caen de los palos....

Lúnes, 10 de Diciembre, le garraron los navíos medio cable, que es, arrastráronse las anclas con el viento grande que hizo Nordeste, y, visto que era contrario y no podia salir del puerto para su camino, de descubrir esta isla y lo demas que deseaba, envió seis hombres bien aderezados de armas, que fuesen dos ó tres leguas la tierra dentro, por ver si pudiera haber lengua de la gente desta isla.

¡Más valdrí' á la fermosa tener fijos é nietos, Que atal velo prieto nin que ábitos çiento! [1501] Peroque sea errança contra mío Señor El pecado de monja á ome doñeador; ¡Ay Dios! ¡é yo lo fuese aqueste pecador, Que feçiese penitençia deste fecho error! [1502] ¡Otea de unos ojos! ¡

nuestro Señor la ynperial y real persona de V. M. guarde y prospere en su santo servicio con larga vida del Enperador nuestro señor e acrecentamiento de lo que queda del mundo; desta su ysla Fernandina á XVIII de setienbre de IUDXXX años.

Quien sino ella puebla los mas cimenterios? quien haze ricos los cirujanos desta tierra? quien da contino quehazer a los armeros?

Testigos que lo vieron jurar Pedro Vazquez e Juan Rodriguez vezinos desta villa, etc.

Queda por decir el cómo se amasa el pan cazabí, y cuán fácilmente y cuánto provecho sale dél, porque por entremeter todas las raíces domésticas de que la gente desta Isla para su mantenimiento usaba, no ha tenido en el precedente capítulo esto su lugar.

Ya lo que os debo; Que aunque he entendido muy poco Del caso, porque aquí dentro Llegaban muertas las voces, He entendido por lo ménos Los empeños desta casa.

Donde quiero que veays, Cosa de que os espanteys, Que aunque muy leal amays, Nin por polvos que trayays, Otras cosas fallareys; Traet con vos á mançana, Guardaos de la ballestilla, Porque desta fuente mana Cosa de vuestra anduana, Que non me comple desilla.

por 17 varas de lanzas «que dió con que justasen ciertos caballeros desta çibdad ...» y a Iñigo López astero 1860 mrs.

Y fuera desto, ¿Qué ahorcado no es como un pino De oro, en el comun lamento De las viejas que le lloran? ¿Está por ventura el tiempo Para no ser pino de oro, Siquiera por un momento?

faz de manera que en solo verte ella a ti, juzgue la pena que a mi queda: e fuego que me atormenta: cuyo ardor me causo no poder mostrarle la tercia parte desta mi secreta enfermedad: segun tiene mi lengua e sentido ocupados e consumidos: tu, como hombre libre de tal passion: hablarla has a rienda suelta.

Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque, por conjeturas verosímiles, se deja entender que se llamaba Quejana.

Que non vendan armas ni nenguna maña de metal á los yndios, so las penas que se discen; nin a otras personas de fuera destos Reynos, las penas de la premática.

» Y don Américo Castro, anotando en la Vida del Buscón, de Quevedo (pág. 89 de la edición de Clásicos Castellanos), aquel pasaje en que dice: «pero yo entiendo que los pasteleros desta tierra nos consolarán, acomodándole a [un ahorcado] en los de a cuatro», comentó: «los de a cuatro: pastel de a cuatro reales.

No estoy en esorespondió Avendaño-; porque pienso antes que desta ciudad me parta ver lo que dicen que hay famoso en ella, como es el Sagrario, el artificio de Juanelo, las Vistillas de San Agustín, la Huerta del Rey y la Vega.

No creo ha habido en el mundo ciudad que en tan breve tiempo haya crecido en número de monasterios, ni iguale á los religiosos que en ellos sirven á Dios, alabándole de dia y de noche, y ejercitándose en letras para el bien de las ánimas, como esta de Los Reyes, habiendo ayudado muy poco ó nada los príncipes y gobernadores destos reinos al edificio dellos.

[imagen] TABLA de los Incas y Capaccuna, Señores que fueron destas provincias del Perú.

Así es dijo Sansón, y el buen Sancho Panza está muy en la verdad destos casos.

" Yo le puse bien derecho enfrente del pilar y doy un salto y póngome detrás del poste, como quien espera tope de toro, y díjele: "¡Sus!, saltá todo lo que podáis, porque deis deste cabo del agua.

Acordaron los Reyes, con parecer del Almirante, que estuviesen siempre en esta isla á sueldo y costa de Sus Altezas, por su voluntad empero, 330 personas desta calidad y oficios, y forma siguiente: 40 escuderos, 100 peones de guerra é de trabajo, 30 marineros, 30 grumetes, 20 artífices, ó que supiesen labrar de oro, 50 labradores del campo, 10 hortolanos, 20 oficiales de todos oficios y 30 mujeres.

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