29 Metáforas para terceras

Su fuerza Caballeria lijera 200 Idem del Cuzco 150 Idem de Quispicanchi 200 Idem de Andaguaillas 200 Infanteria de Lima 900 Indios fieles de Maras, Gayabamba y Chincheros 2,000 TOTAL 2,950 Tercera columna.

¡Y si á pesar de todo volviese! ASÍ TERMINA LA JORNADA TERCERA ELOGIO DE DON RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN LO ESCRIBIÓ VARGAS VILA EN ESTE AÑO DE MCMVII SEGUROS de que serán gratas á nuestros lectores, publicamos aquí las páginas donde el admirable escritor americano loa al admirable escritor de Castilla.

] La primera especie de actividad solo puede convenir á los seres mudables; la segunda puede convenir á los inmutables, que sean causa; la tercera es una actividad que puede convenir tanto á los mudables como á los inmutables, prescindiendo absolutamente de la idea de causalidad.

El tercero era un adolescente, seco de carnes, nervioso, con una palidez verdosa y los ojos de mirada astuta.

De los tres métodos probables, excuso decirte que he adoptado el último; pues los dos primeros requerirían un descubrimiento previo cada uno, mientras que el tercero es una aplicación de aparatos conocidos.

Lo tercero es bien pasar por la consideracion ¿qué causa legítima ó qué justicia tuvieron estos Betancores de ir á inquietar, guerrear, matar y hacer esclavos á aquellos Canarios, estando en sus tierras seguros y pacíficos, sin ir á Francia ni venir á Castilla ni á otra parte á molestar ni hacer injuria, violencia ni daño alguno á viviente persona del mundo?

La tercera, es la conducta de la Comision observada con las tribus Pampas, perjudicàndolos en el reparto de los intereses, ó especies comunes à todos.

El tercero es una consecuencia del primero, y el último término de la afeccion de los capilares arteriales, de donde resultan los depósitos tofáceos, las periostosis, las sensaciones quemantes, las escoriaciones, las úlceras costrosas, los sudores nocturnos, los tumores eréctiles, los condilomas.

Bajar a prima suele una tercera, Mas siendo prima el ser tercera es cosa Divina, nueva, milagrosa y rara; Y digo que si Orfeo mereciera Hacer con vos su música divina, A los que adormecía enamorara.

El tercero, es de todo el cuerpo, peinándose al mismo tiempo, lo cual se hace en los baños públicos, yendo los hombres por la mañana y las mujeres por la tarde.

El tercero era la fiesta del Niño Jesús, y al día siguiente la del Cristo; todo con misas y sermones y bailes nocturnos al son del tamboril y la dulzaina.

Aquellos grandes caballeros tenían tres armaduras: la primera era de valor, era el corazón; la segunda, de acero, era su vestido; la tercera, de granito, era su fortaleza.

La tercera fué la época federal y de independencia, inaugurada por Guillermo Tell y los cantones de Urí, Schwyz y Unterwalden, coligados para sacudir la dominacion de los Habsbourg representada por el odioso Gessler.

En esto que se sigue no se trata más de decir y contar las leyes que los indios de Nueva España tenían en cuatro cosas: la primera, es de los hechiceros y salteadores; la segunda, es de la lujuria; la tercera, es de las guerras; la cuarta, es de los hurtos.

El tercero, un testigo, unido a los dos asesinos por la fatalidad y por unos listones de madera, era un hombre que gritaba, pidiendo socorro, y abría mucho la boca, enseñando los dientes y las encías.

La tercera es la influencia de protección y de subvención.

¿Y el tercero? El tercero es un joven de gallarda y agradable presencia, de voz suave, modales distinguidos, más terrible por solo, según dicen, que los otros dos reunidos, y aunque no tiene título oficial, parece disfrutar de un gran poder; pasa por agente secreto de Juárez.

El primer escalón fue mi mérito, el segundo mi resolución, el tercero la lisonja, el cuarto la envidia... ¿Pero qué habla usted de convenios reservados, de pactos deshonrosos?

Hay tres especies de esta pimienta ó axí; la una grande, cuasi como un dedo, y que llega á pararse muy colorado, y otra redonda, que parecen propias cerezas, y esta especie quema más, y ambas las dichas son domésticas; la tercera es menudita como la pimienta que conoscemos, y ésta es toda silvestre que nasce sin sembralla en los montes.

Y el tercero, por último, que montaba un buen caballo de guerra e iba un poco más lujosamente ataviado, era un mozo de presencia muy agradable, de gran soltura y despejo, de fisonomía un tanto maliciosa y en la flor de sus años.

El tercero es la ocupacion en otros exercicios, que con nuevos cuidados y negocios se olvidan los rastros de la antigua pasion, exercita las armas, corre caballos, juega la pelota, que Augusto César, acabadas las guerras civiles, se dió á este exercicio; y de Marco Aurelio Antonio se lee que fué tan gran jugador de pelota; y Mucio Cévola fué en ello muy diestro, y Dionisio Siracusano se holgaba mucho en el juego de la pelota.

Á lo que se me alcanza, hay tres árbitros en este asunto, á saber: el señor Page, fidelicet, señor Page: yo mismo, fidelicet yo: y por fin y remate el tercero es mi posadero de la Liga.

La tercera es prima de ambas, y ha venido del pueblo en busca de acomodo.

Una cuenta que dieron don Adrian de Warnes, D.ⁿ Juan Francisco Basurco, y Don Francisco Suero como Diputados del gasto hecho en la expedicion contra Indios el dicho año, el que suplió el dicho Don Francisco Basurco e tres fojas útiles en la primera esta la cuenta, la segunda es un Memorial pidiendo Basurco el costo suplido, y la tercera es un recivo de lo que percivió a cuenta.

Por último, la tercera es una recopilación interesantísima de los datos publicados por el Centro de información comercial creado recientemente en el Ministerio de Estado.

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