El único enemigo de este poder espiritual con tendencias de temporal, era, como ya dijimos, el alférez.

Zeus, que todo lo ve, es testigo de que no celaría yo nunca los males que viniesen a amenazar la tranquilidad de mis conciudadanos y nunca el enemigo del Estado podrá ser mi amigo, convencido de que de la salud de la patria dimana la nuestra y de que no se echan de menos amigos cuando la nave del Estado navega sin riesgo.

Otro grande enemigo de la felicidad del rico es el amor propio, monstruo voraz nunca satisfecho que pide más cuanto más le damos.

El último, verdadero y peligroso enemigo de toda creencia en el pensamiento contemporáneo, ha sido el antecristo alemán, que fué empujado por la amenaza de una espada de fuego hasta el manicomio.

¿Para atraernos otros enemigos?

El guía de los socialistas en España, al sentarse por primera vez en el Congreso, debió procurar ante todo que el enemigo, el contrario, esto es, el buen burgués, acabara de perder el miedo, tranquilizándose, en comunicación directa con el fantasma, que no es cosa del otro mundo, aunque puede serlo de otro mundo...

Pasando por esta villa para el viaje que he dicho, avisé al capitan Limburg, que la gobernaba, que estuviese con cuidado, porque sabía que el enemigo queria dar una escalada á aquella tierra, ordenándole que en sabiendo que el enemigo estaba en campaña, estuviese él con toda la gente de guerra á las murallas todas las noches, y que de dia doblase las guardias á las puertas.

Por Celedonia, que días antes fue a pedirle limosna, sabía que su enemigo estaba en el campo; pero no pechaba la infeliz que tuviera el antojo de escribirle.

Enemigo irreconciliable de éste era el capellán D. Juan Vigil, director espiritual de los alumnos, maestro de doctrina cristiana, y catedrático de latinidad y retórica y poética.

¡Enemigo, este es tu justo castigo! [Va á darle una puñalada.

Los enemigos estuvieron á la defensa como gente plática, y juntos resistieron con mas daño de los nuestros que suyo; pero al fin, dado lugar á que nuestros armados se pegasen con el fuerte, y comenzasen con las picas á desviarlos y á derribar las piedras de él, y los arcabuceros á quitar traveses, estuvieron firmes hasta que salió un turco de galera enviado por el comendador mayor á reconocer dentro, con promesa de la libertad.

013:039 el enemigo que la sembró es el demonio.

Primero es menester que se refrene El vicio que entre todos se derrama, Que si este no se quita, en nada tiene Con ellos que hacer la buena fama: Si este daño común no se previene, Y se dexa arraigar su ardiente llama, El vicio solo puede hacernos guerra Mas que los enemigos desta tierra.

El enemigo es, por otra parte, digno de él, y no le ahorra alabanzas.

Los dos experimentaron cierta emoción al pensar que el enemigo estaba á tan corta distancia, oculto en el suelo, en una invisibilidad misteriosa que aún le hacía más temible.

Facundo deja de fingirse federal como lo entendían los hombres de las ciudades; es el enemigo de todos los que llevan frac, es el elemento bárbaro que se presenta en toda su desnudez, y es preciso hacerlo sentir a los ilusos que se cuentan aún entre sus partidarios.

Los enemigos de su Dios eran sus enemigos: los enemigos de su Dios eran los enemigos de su patria.

Los enemigos son los extranjeros.

Al fin, el enemigo fué sobre el fuerte, y las compañías que estaban dentro se le rindieron, sin esperar batería.

Esto separaba mucho á los republicanos de los bonapartistas, pues aunque los bonapartistas se llamaban liberales, eran en general enemigos de los hombres civiles.

Bravos colombianos, En cien crudas batallas vencedores, Mirad allí los enemigos fieros Que buscando venís desde Orinoco: 5 Suya es la fuerza, y el valor es vuestro, Vuestra será la gloria; Pues lidiar con valor y por la patria Es el mejor presagio de victoria.

Mi enemigo era mi hermano.

Morsamor, entre tanto, parecía invulnerable, pero también sus enemigos eran más que los hombres de que él disponía.

7 Sea como el impío mi enemigo, y como el inicuo mi adversario.

Terrible enemigo del cuerpo es la incontinencia, y de ella han sido víctimas muchos reyes, y por ella han sido asolados florecientes imperios.