25 colocaciones para sima

Si pasa desde el fondo de las simas á la arista de los precipicios y en todas las variadas formas que se ofrecen á la vista, conserva el monte su inmaculada blancura.

A pesar mío, mis ojos se dirigían hacia la zona iluminada que aparecía redonda sobre la boca de la sima; miraba con amor la guirnalda de verdura que adornaba el borde del pozo, las grandes ramas con su follaje superpuesto, que los rayos del sol doraban alegremente, y los pájaros lejanos volando con libertad por el azul del cielo.

¿Y cómo sabias que existia Zairah? Un dia estaba triste, muy triste; dijo Jacub, sentándose sobre una de las asperezas del borde de la sima con la misma tranquilidad que si no hubiera tenido delante un enemigo: velaba yo, apoyado en las almenas en la torre grande de la alcazaba de Cairvan: brillaba como ahora la luna triste y sombría.

Había echado la sonda en la sima de la estupidez y de la maldad humanas y sabía a qué atenerse.

Unos ratos parece que se para, que gime vencido por el horror del viento y que va á hundirse de popa; otros, que se precipita de quilla en la cuesta abajo de las simas que abre el vendaval.

Porque á cada paso que damos en él, descubro mayores profundidades en la sima de tus errores, y no quiero, al perderte para siempre, perder contigo la esperanza de tu salvación.

La altura de la cátedra era como un despeñadero sobre una sima de tentación: el orgullo, la vanidad, la falsa ciencia estaban allí, con la boca abierta, monstruos terribles, en las obscuridades del abismo.

8 Huid, volveos, escondeos en simas para estar, oh moradores de Dedán; porque el quebrantamiento de Esaú traeré sobre él, al tiempo que lo tengo de visitar.

Al sentir sus ladridos, la dama se estremeció, y aguijó su caballo que partió por el descenso del barranco, y se dirijió como una flecha al borde de la sima.

Capaz del bien y el mal, así como no se levanta de un vuelo hasta la cima de la heroica virtud, tampoco se despeña de un golpe en la sima de la iniquidad.

No hay colores sobre la tierra que puedan ser comparados con los que ostentan los habitantes de las simas abisales.

Como a un cuarto de legua detrás del pueblo se erguía Monte-Dalarza, impracticable a la derecha por una serie de ásperos peñascales y cortado a la izquierda por un tajo, con honores de sima, que lo separaba del resto de la sierra.

30 Huid, idos muy lejos, meteos en simas para estar, oh moradores de Hazor, dijo el SEÑOR; porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra vosotros ha formado designio.

Tentó asimismo con las manos por las paredes de la sima, por ver si sería posible salir della sin ayuda de nadie; pero todas las halló rasas y sin asidero alguno, de lo que Sancho se congojó mucho, especialmente cuando oyó que el rucio se quejaba tierna y dolorosamente; y no era mucho, ni se lamentaba de vicio, que, a la verdad, no estaba muy bien parado.

Es esto tan cierto, que en la Historia de Saint Dié por Gravier, jamás se encuentra el nombre de Hylacomylus, mientras el canónigo Gualterio Lud, es mirado como bienhechor de Saint Dié, por haber establecido la imprenta que dirigía, y cuyas producciones mostraba con vanidad, llamándolas monumentos, honor de este pueblecito perdido al pié de las simas de la montaña de los Vosgos.

Miradijo empañecida la suplicante voz de la mujer, mira cómo atrae esa hermosura trágica del torrente, esa profundidad de la sima con misterio de tumba...

Esto es como bálsamo que se derrama en mi corazón y purifica y refrigera todo mi sér; brazo misterioso que se enlaza con el mío, y, sacándome de la sima tenebrosa, me acerca á los demás hombres, y hasta parece que me eleva hacia Dios...

Me la ha contado el alma del mismo Abraham, hermano lagarto, dijo ofendida la culebra; y si no hubieses sido cobarde y hubieras bajado al último suelo de la sima, al palacio encantado y maravilloso donde pena Abraham por desobediente á Dios, el alma de Abraham te hubiera contado tambien esta historia.

se da por aviso particular que si alguna madre tuviere hijos pequeñuelos, traviesos y llorones, los pueda amenazar y espantar con el coco, diciendoles: guardaos, niños, que viene el poeta fulano, que os echará con sus malos versos en la sima de Cabra, ò en el pozo Airon.

Sus ardores de poeta perdido en la política delatábanse algunas veces, como esos volcanes ocultos bajo una sima de nieve se revelan con lejano trueno.

Este arroyo se llamaba y se llama Lamiocingoerreca, que quiere decir el arroyo de la sima de las lamias.

Creyó morir desmenuzado, hecho polvo sobre aquel cuerpo que le agarrotaba, absorbiéndole con la fiera voracidad de esas simas lóbregas donde desaparecen de un golpe los torrentes sin dejar una gota de su avalancha tumultuosa.

«No hay sitio alguno en los Alpesescribe un historiador de aquellos tiemposque pueda compararse con la aspereza de las simas y bosques de la isla de Santo Domingo».

Un espejo de la vida, pero de las entrañas, y de las más negras, de ésta; una bajada a las simas de la vileza humana; un libro de alta literatura y de filosofía acibarada a la vez.

Y una tarde, ya te acuerdas, hermano lagarto, al encontrarse Jamné en un bosque solitario, en este mismo bosque al lado de esta sima, vió llegada para él la ocasion mas propicia para deshacerse del viejo padre, y apoderarse de su tesoro y de su hermana.

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