Por fin la dobló cuidadosamente, y después de haberla metido dentro de un sobre grande, la dirigió a una persona de vulgar apellido, residente en la República del Pánuco.

Don Modesto se puso muy erguido; tomó en su mano un pliego cuidadosamente doblado y sellado, apretó lo más que pudo al cuerpo el brazo, bajo el cual se hallaba la desventurada rotura, y presentándose ante el magnate, le saludó respetuosamente, colocándose en la estricta posición de ordenanza.

Ella, la verdad sea dicha, aunque tenía una razonable contestación que dar á aquella pregunta, no se atrevió; y doblando tristemente su obra, fué á sepultarla en la cómoda.

Hubo un silencio que no se empleó más que en mirarse los ojos a los ojos, y en gozar ambos del dolor del cuello de Bonis doblado hacia atrás.

» El rey dobló la carta lentamente, se soslayó de nuevo, y la guardó en su bolsillo.

Tomó de la mesa el periódico, lo dobló pausadamente, y lo guardó en el bolsillo.

Y he de comenzar por aquella gran follona la cuartana, por quien jamás dobla campana.

Iban las tranquilas olas Las riberas azotando Bajo las murallas solas, Musgo, espigas y amapolas page 99 Ligeramente doblando.

Iba Cabeza Negra á repetir el golpe, cuando sintió su muñeca cogida como con unas tenazas de hierro y vió á su lado á Tristán, el hercúleo arquero, que doblando hacia atrás el cuerpo del normando, haciendo gala de su increíble fuerza, acabó por romperle el brazo y tenderlo cuan largo era sobre las tablas del puente.

) ¡Ah! ANDRÉS (Siempre con voz opaca.) Le alcanzaron la nieve y el mal... y le dobló la muerte allá arriba.

La Santa dió un grito: Se dobló blandamente como una flor cuando pasa el viento, y quedó tendida, desmayada, con el rostro pegado á la tierra.

Al volver una isleta del bosque, donde el camino doblaba bruscamente, los dos, que seguían marchando juntos, sin cambiar una palabra, entregados a sus pensamientos, halláronse con la punta de la hacienda que venían arreando los peones.

Cogía las servilletas adamascadas, rígidas por el planchado, y las doblaba caprichosamente con una rapidez de prestidigitador.

Entretanto don Juan había doblado la esquina.

Adelantaba la limpieza del desván: Manolita, con sus brazos nervudos, manejaba los trastos; Rita los clasificaba; Nucha los sacudía y doblaba esmeradamente; Carmen tomaba poca parte en el trajín, y menos aún en la jarana: dos o tres veces se eclipsó, para asomarse a la galería sin duda.

Como si se tratara de un personaje, el Magistral saludó a Celedonio doblando graciosamente el cuerpo y extendiendo hacia él la mano derecha, blanca, fina, de muy afilados dedos, no menos cuidada que si fuera la de aristocrática señora.

El terreno se iba doblando gradualmente, cruzábamos una sucesión de medanitos, que se encumbraban por grados, divisábamos una ceja de monte, y en lontananza, hacia el Sudoeste, las alturas de Poitaua, que quiere decir: Lugar desde donde se divisa, ó atalaya.

Fue asaltada de noche por las tropas de Mugueith; y cuando al dispertar se vió por todas partes cercada de invasores, no pudo hacer mas que doblar humildemente la cabeza y sufrir la ley de los vencidos.

Con mucho gusto, sobrinarespondió mi tío doblando inmediatamente su diario.

El vértigo de Paquita Juárez fue un estado crónico desde que la casaron, muy joven, con D. Antonio María Zapata, que le doblaba la edad, intendente de ejército, excelente persona, de holgada posición por su casa, como la novia, que también poseía bienes raíces de mucha cuenta.

comprende que está alli enterrado un héroe y dobla involuntariamente la rodilla.

Algunas de ellas sólo tienen una existencia temporal; después de haber manado durante cierto número de horas, se secan repentinamente; los pequeños saltos de agua cesan de susurrar, las paredes de su balsita se secan y las hierbas que humedecía se doblan lánguidamente.

Las dueñas referían, á propósito de la noche de difuntos, cuentos temerosos en que los espectros y los aparecidos representaban el principal papel, y las campanas de las iglesias de Soria doblaban á lo lejos con un tañido monótono v triste.

Se estremeció su cuerpo; dobló majestuosamente la cabeza, y murió el león padre.

Lucero, que casi se había puesto de pie sobre los cuartos traseros, se humilló entonces hasta doblar mansamente las rodillas haciendo una reverencia.