23 Metáforas para imaginación

No chisporrotea en ella la sangre, como en las andaluzas oficiales de otras comarcas; pero su imaginación, sus nervios, la médula de sus huesos, los suspiros de su boca, son amor y sólo amor.....

Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda.

La imaginación es en aquellas cabezas una cavidad lóbrega y fría donde jamás entra un rayo de luz ni resuena un eco melodioso.

Mis insomnios eran dulces y placenteros, y mi imaginación era como un celaje poblado de angelitos.

¡La muerte bebiendo; la muerte resistiendo la sed! En la edad de los sueños floridos; cuando nacen las esperanzas, y los horizontes del deseo no tienen límites, y la imaginación es cuadro maravilloso en que se pinta el mundo poblado de armonías y fragancia, para sólo hubo penas y tristezas.

La fábula, llámese paganismo o idealismo cristiano, [20] ya no existe, y la imaginación está de cuerpo presente.

Tímido de natural, de fácil imaginación y frías pasiones, criado luego en el retiro y las prácticas de devoción, sin otra amistad y compañía que el conde de Lerma, que se amoldaba mañosamente á sus gustos piadosos y los favorecía con su hacienda y consejos, cuando llegó á verse en el trono fué su primer cuidado el desprenderse del peso del Gobierno y depositarlo en los hombros del favorito.

Ya se entiende que la imaginación poética del Doctor estaba en completa discordancia con su inteligencia cultivada y con su espíritu crítico.

Las cosas una vez tocadas y poseídas pierden su mérito; desvanécese el prestigio, rómpese el velo con que nuestra imaginación las embellecía, y exclama el hombre desengañado: ¿Es esto lo que anhelaba?

Porque hay tremendos detalles en que la imaginación se pierde: por ejemplo, la mía, sobre las laxas y lisas y doradas cabelleras inglesas, no podía concebir los rizados breves... ¡, , lo que fuera horrible en una corta laxitud!... ¡Horrible!, ¡horrible! * * * * * La imaginación es una solemnísima embustera y una infeliz inocente.

La imaginación que sobreexcita una narración brillante es el enemigo mayor del que viaja; porque acontece con frecuencia que todo lo pensado con líneas holgadas resulta pobre, lo de tonos vivos, descolorido; donde creyó hallarse una sacudida nerviosa el espíritu no despierta ni concibe, resultando empobrecido, para la imaginación ardiente, lo que fantaseó la descripción colorista de un escritor de raza.

Tengo motivos para creer que la imaginación es su facultad predominante.

Y muchas veces me he preguntado cómo había podido conmoverme mi héroe, alegre y regordete, cuando mi imaginación estaba bajo la influencia de personajes quiméricos, que tan poco se le parecían.

Su viva imaginación es muy a propósito para llevarles a grandes excesos en bien o en mal, y cuando obran instantáneamente como los niños, y después de cumplir su gusto, vuelven de nuevo a su tranquilidad habitual, que es como la de un volcán dormido.

La imaginación es madre de toda originalidad; deformando lo real hacia su perfección ella crea los ideales y les da impulso con el ilusorio sentimiento de la libertad; el libre albedrío es un error útil para ejecutarlos.

La imaginación es la maga que trasforma el mundo y lo embellece.

La imaginación no puede concebir un marco más siniestro para el drama de la muerte: un camastro en una choza; ni eso siquiera, un montón de trapos sórdidos en una cabaña abandonada, podrida y agrietada, en la que, por lástima, se ha dejado instalarse a aquella desgraciada con sus crías, abortos demacrados, medio desnudos, sucios, enmarañados y rabiosos como animales hambrientos que se disputan un hueso.

La Sole hubiera llegado a querer a Aviraneta si éste hubiese sido como las demás personas; pero don Eugenio no paraba en nada: su imaginación estaba siempre en movimiento.

Extendía las manos y sus dedos se agitaban en el aire buscando un fantasma, un vapor impalpable, y luego cerraba los brazos apretando entre ellos aquel ser misterioso que su imaginación la ofrecía, en tanto su bello semblante expresaba placer y sosiego subidísimos.

¿Podría, se atrevería Vd., a negar los hechos que le acusan? Negarlos a bulto no, explicarlos , y de manera que Vd. misma se convenciese que no soy el malvado que su imaginación la pinta.

Disponen de la voluntad que manda á la imaginación, y la imaginación es un pintor loco que anima con los colores de su paleta el lienzo gris de la realidad.

Creen que esas imaginaciones son poesía....

Si se empleaba más juego de máquinas, dependía esto, en su parte principal, del capricho del director de escena, sobre todo, si, con arreglo al argumento de la pieza, el lugar de la acción tenía en la mejor inteligencia de ésta influjo decisivo, y venía á ser elemento integrante de ella, no bastando que la imaginación de los espectadores la supliese.

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