201 Adverbios para describir cómo vivan

Gillespie habló rápidamente al joven vestido de mujer, para convencerse de que vivía cerca de él, en el mismo edificio.

El padre de Gilberto vivía lejos en el Oeste.

En un pequeño lugar de Aragón, y allá por los años de mil trescientos y pico, vivía retirado en su torre señorial un famoso caballero llamado don Dionís, el cual, después de haber servido á su rey en la guerra contra infieles, descansaba á la sazón, entregado al alegre ejercicio de la caza, de las rudas fatigas de los combates.

Además, como disponía de una fuerza superior, necesitaba usarla, lo mismo que el atleta, incapaz de vivir tranquilamente sin dar golpes contra algo para ejercitar sus músculos.

Entonces se cubrirán de gloria los hombres de corazón recto; los leales y patriotas lucharán contra una plebe desenfrenada; lucharán por el derecho, por Dios y por el Rey; vivirán eternamente en la memoria de todos, y sus nombres serán en lo venidero un emblema de justicia y de honradez.

Por esto no había podido vivir jamás con su hijo: su excesivo gasto, y sobre todo el despilfarro, los caprichos escandalosos de Clementina, la irritaban, la amargaban todos los instantes de la existencia.

Vivían modestamente.

Esta clase de hombres, que viven únicamente para la galería, producen alternativamente cólera y desprecio.

La tropa tenia mucha popularidad, porque se componia de proscritos Italianos de Milan, Venecia, Roma y Nápoles, hombres de familias honradas, y que careciendo de recursos para subsistir habian organizado una compañía filarmónica para no ser gravosos á nadie y vivir honradamente.

Mi madre vive ya constantemente en nuestra casa de Izarte.

En efecto se manifiesta enamorado de una jóven plebeya totalmente inocente y sencilla, que vive pobremente con su madre y que se deja seducir luego.

¡Pues de lo que en su casa le dan! Sentí ganas de entrar en el gabinete de Castro Pérez y estrangular al escribano, el cual siguió diciendo: ¡No puedo hacer otra cosa! ¿En qué puede ganar más un chico que acaba de salir del colegio, y que vive, acaso por necesidad, en esta ilustre y magnífica Villaverde?

Por más que la generación actual se precie de vivir casi exclusivamente de sus propias ideas, la verdad es que no hay adelanto en nuestros días que no haya tenido su ensayo más o menos feliz, ni error al cual no se le encuentre fácilmente la veta a poco que se escarbe en la historia para buscarla.

Ahora viven aparte, formando una casta especial, y, ¿por qué no decirlo?, están sometidos á la esclavitud, y sólo la muerte puede librarles de ella.

Tenía para vivir cómodamente como soltero y para sufragar todo el costo de la vida del gran mundo.

Pero, cuando, a la mañana siguiente, me di exacta cuenta de que Marta había realmente vivido todo lo que yo no hacía más que soñar, eso me turbó por completo, y desde un rincón obscuro, la examiné sin interrupción, con mirada temerosa y escrutadora, como a un ser que perteneciera a otro mundo.

Si carecía de familia, gozaba de preciosísima libertad, y como sus necesidades eran escasas, vivía holgadamente de su trabajo, sin deber nada á nadie, sin que le quitaran el sueño cuidados ni ambiciones; pobre, pero tranquilo; desnudo el cuerpo, pero lleno de paz sabrosa el espíritu.

Los gestos, las palabras, todo en su persona era de un hombre superior al medio en que vivía actualmente.

Y más abajo, en el margen del celebrado río, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua.

En lucha con el enorme pino, que desde muchos siglos vivía libremente en las faldas del monte, se sienten poco á poco poseídos de ese furor que se apodera siempre de los hombres consagrados á destruir otras existencias.

Todas sabían que tenía una mujer, allá en Bilbao la Vieja, una antigua costurera con la que vivía maritalmente.

Hay muchas personas que, como yo, viven principalmente por los ojos; debería tenerse cuenta de ellos y cuidárseles la decoración.

Si no me desprecias, si me perdonas, si no me crees indigna, nos casaremos, aunque rabie doña Inés de que yo no sea monja, aunque don Andrés te retire su favor, aunque se nos haga imposible la permanencia en este pueblo y aunque tengamos que irnos por ahí, acaso a vivir miserablemente.

Éstos se reducían á formar una banda de jóvenes de buen humor, despreocupados y poco temerosos del peligro, que desde allí en adelante vivirían alegremente del producto de su valor y á costa del país, hasta tanto que Dios se sirviera disponer de cada uno de ellos conforme á su voluntad, según hoy á me sucede.

Para vivir santamente bastaba con la sabiduría de los sacerdotes y la ignorancia popular, que proporciona una beatífica tranquilidad.

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