28 Adjetivos para describir florecillas

Las florecillas blancas y rosadas de los frutales caían muertas sobre el fango: el granizo las despedazaba; todo volvía atrás; aquel ensayo de primavera temprana había salido mal; vuelta a empezar, cada mochuelo a su olivo.

Bien podía ser que escribiese a su amada llenando el papel con versos ingenuos y simples, como la florecilla azul que apunta en el alma de toda pasión germánica.

Y desde entonces, por mucho que la princesa se deleitase en contemplar las flores que representaban vidas de esclavos y montones de riquezas, siempre se le iban los ojos hacia la florecilla humilde, cuya semilla trajo el aire misterioso de regiones lejanas.

Entonces escribió usted Cumandá y se la dedicó al director de la Academia ó más bien á la Academia misma, ya que usted ruega al director que presente la obra á la Academia, y termina diciendo: «Ojalá merezca su simpatía y benevolencia, y la mire siquiera como una florecilla extraña, hallada en el seno de ignotas selvas, y que, á fuer de extraña, tenga cabida en el inapreciable ramillete de las flores literarias de la madre patria.

La florecilla silvestre por poco se muere aquí de asfixia física y moral.

La niña me miró, con los labios trémulos, abiertos sobre sus grandes ojos como dos florecillas franciscanas de un aroma humilde y cordial.

Por todas partes nos sentimos unidos con el Universo, y en relación, así con la estrella lejana, perdida en los abismos del cielo, como con la humilde florecilla hollada por nuestros piés," de modo que, sin negar al clima su influjo como medio, damos á éste la latitud que le corresponde.

No obstante, los que crían y peinan las doradas hebras de esta rica florecilla son los más pobres de la Mancha, porque el cultivo del azafrán es muy costoso y el mucho esmero que exige embebe todas las ganancias.

Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene á con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no qué cascabeleo ideal... Come cuanto le doy.

¿Ha visto usted aquel campo virgen, aquella primaveral vegetación, que es la misma de las campiñas de Flandes, y que el artista reprodujo tallo por tallo y salpicó de innumerables florecillas que parecen también vírgenes, impregnadas de un rocío tan puro? , lo estoy viendo y lo veré toda mi vida.

Este recuerdo será para la florecilla azul cogida juntos y que se secará solitaria en la mejor página del libro de mi vida.

Llevaba muy apretado un puño de florecillas lánguidas, los despojos del jardín otoñal.

Caminaba absorta, con la cabeza baja, y en su enmarañada cabellera asomaban algunas florecillas mustias, que soltaban á cada paso los pétalos muertos.

Colgaban del techo pintado el fresco de unas caprichosas guirnaldas de hojas y flores como las de la enredadera, unos cestos de alambre cubiertos de cera roja, que les hacía parecer de coral, todos llenos de florecillas naturales, brillantes y pequeñas, y a menudo adornados con las hebras de una parásita que crecía sobre los árboles viejos de la finca, y era, por su verde blancuzco y por crecer en hilos, como las canas de aquella arboleda.

Así como bailando se vuelve una mujer, con los pies juntos y arrimados al suelo, poniendo apenas uno delante de otro, de igual suerte se volvió aquélla hacia sobre las florecillas rojas y amarillas, semejante a una virgen que inclina sus modestos ojos, y satisfizo mis súplicas aproximándose tanto, que llegaba hasta la dulce armonía de su canto, y sus palabras claras y distintas.

Así como bailando se vuelve una mujer, con los pies juntos y arrimados al suelo, poniendo apenas uno delante de otro, de igual suerte se volvió aquélla hacia sobre las florecillas rojas y amarillas, semejante a una virgen que inclina sus modestos ojos, y satisfizo mis súplicas aproximándose tanto, que llegaba hasta la dulce armonía de su canto, y sus palabras claras y distintas.

Hasta huye de los burros y de los hombres... XVI LA NOVIA El claro viento del mar sube por la cuesta roja, llega al prado del cabezo, ríe entre las tiernas florecillas blancas; después, se enreda por los pinetes sin limpiar y mece las encendidas telarañas celestes, rosas, de oro...

¡Oh! quien quiera que seas, esclamó, muger ó hurí, fruto bendito de una muger, ó arcángel del sétimo cielo; héme aquí que es la tercera vez que abandonando á mis guerreros vengo en tu busca: héme aquí ciego sin la luz de tu hermosura, y si no apagas con tu amor la sed de mi corazon, moriré como la triste florecilla á quien faltan los rayos del sol.

Lóbrego y obscuro, como la luna de un espejo de acero, el pantano dormía, y las florecillas acuáticas se desmayaban en sus bordes.

Siguieron el paseo hablando poco y deteniéndose a cortar las florecillas más vistosas para hacer un bouquet.

Ya deshecha la florecilla adivinadora, tira el mozo, con desdén, el tallo escueto, y se queda mirando cómo una pareja de mariposas blancas glorifica en la dulzura de la brisa su breve existencia de un día de sol.

El ambiente era fresco y balsámico, mullido y espeso el césped sobre que marchaba, y salpicado de bellas florecillas; una armonía sensual parecia salir de entre las enramadas; una ambrosía suavísima halagaba los sentidos.

Siento una dejadez, un quebranto, un abandono de la voluntad, una facilidad tan grande para las lágrimas; lloro tan fácilmente de ternura al ver una florecilla bonita o al contemplar el rayo misterioso, tenue y ligerísimo de una remota estrella, que casi tengo miedo.

Este recuerdo será para la florecilla azul cogida juntos y que se secará solitaria en la mejor página del libro de mi vida.

Era como el perfume de una florecilla enfermiza que languidece al soplo del invierno, pero que se abriría al sol si la brisa del mediodía viniese a barrer las nubes.

28 Adjetivos para describir  florecillas