28 Adjetivos para describir peste

Ana y S. Benito, y dentro de la iglesia, para aplacar la cólera divina manifiesta en la terrible peste que padecia la ciudad.

Mas fuera la conversación con la hija o fuera con la madre, o fuera con las dos a la vez, casi siempre comenzaba por esta tesis, u otra semejante declamada en altas voces por cualquiera de ellas: Pero ¡válgame la mi Madre Santísima! ¿qué dirá usté, señor don Marcelo, de esta mala peste que le ha caído en la casona?

¿Hay en la América latina muchas enfermedades endémicas? Expliquémonos: En la zona tórrida es posible que encuentre Ud. fiebres palúdicas, el hookworm, y en los barrios desaseados de algunas comunas, algunos casos de fiebre amarilla y de peste bubónica; pero la América latina va conquistando poco a poco los enemigos de la salud y de la vida.

En la pequeña capilla ardía una sola luz en una gran lámpara antigua de oro, puesta allí por los orgullosos hijos de la ciudad tres siglos atrás, cuando temieron la invasión de la peste negra.

Mal haya aquellos cuya ambicion desencadena sobre la tierra esa peste abominable; pero malditos sean tres veces los que atentan á la patria con mano parricida!

] Una ciudad floreciente está sumergida en el sueño, la aurora alumbrará su desolacion: la horrible peste ha caido de repente sobre los habitantes durante su descanso.

«Y quedasteis... en que no puede venir a verme, por temor a que nos contagie de esa peste asquerosa.

Reinaba en España, durante la época revolucionaria, cierta peste lírica, agravada con la persistente inoculación del romanticismo francés.

Joaquín de Yegros y Lorenzo Fanlo montaron á caballo en su seguimiento, y fueron á alcanzarlos por unos cerros hacia Salta; mas siendo mucha la espesura de los bosques, y fragosidad de las sierras, se desmontaron, y á pie los siguieron, con increíble fatiga, porque no huían por vía recta, sino oblícua siempre, porque decían que así no les podría seguir la peste, cansada de los matorrales y revueltas.

La cortesana que no ha separado nunca del palacio de César sus impúdicos ojos, peste común y vicio de las cortes, inflamó contra todos los ánimos, y los inflamados inflamaron a su vez y de tal modo a Augusto, que mis dichosos honores se trocaron en triste duelo.

Fuimos en casa del cacique: habia entonces entre los indios una cruel peste, ocasionada de la hambre, porque los dos años antes la langosta habia destruido tanto el grano y todos los frutos, que casi no les dejó qué comer; y esto nos atemorizó tanto, que como tampoco llevásemos mucha comida, no pudimos detenernos en la provincia.

Policia admirable que hacia la felicidad de la cristiandad antes que el abominable Lutero hubiese desencadenado al mismo tiempo la libertad relijiosa y la libertad civil, doble peste de la que el mundo no se curará?

Me cuidaron, como he dicho, con cariño y solicitud, y sin temor al contagio de la peste espantosa.

En el año 1573 una peste general hizo grandes estragos en el país.

Y aquel hijo que ella tenía llegaría a ser un hombre, y a saber que era rico, muy rico, y tal vez a envanecerse, y de seguro a rozarse con la peste tramposa y desvergonzada que todo lo corrompía; y, sin embargo, no quería ella hacer de su hijo un ignorante droguero, porque valía para mucho más y debía serlo.

Basta recordar que la peste humana, que puede ser detenida con sólo matar ratones desde que se ha encontrado su bacilo, aniquiló la cuarta parte de la población de la Europa, cuando las epidemias eran combatidas con rogativas y procesiones, en el siglo XIV.

Ni la implacable peste que arrebató a seis mil de los moradores del Callao lo acometió un instante; pues Rodil había empleado el preservativo de hacerse abrir fuentes en los brazos.

Cuando la peste levantina se introdujo en Sevilla en 1649, se dió el caso de que fallecieran todos los presos y dependientes de la Cárcel, quedando abandonada durante los meses que duró la cruel y asoladora epidemia.

Reinaba en España, durante la época revolucionaria, cierta peste lírica, agravada con la persistente inoculación del romanticismo francés.

Yo soy la peste, que todo lo barro y todo lo ando, paseándome por toda la Europa, sin perdonar la saludable España, afligida de guerras y calamidades: que allá va el mal donde más hay.

Y tiene todos los síntomas de la peste actual, señoraobservó míster Robert;lo malo está que la botica grande, es decir, los Bancos, no despachan ya.

Fuimos en casa del cacique: habia entonces entre los indios una cruel peste, ocasionada de la hambre, porque los dos años antes la langosta habia destruido tanto el grano y todos los frutos, que casi no les dejó qué comer; y esto nos atemorizó tanto, que como tampoco llevásemos mucha comida, no pudimos detenernos en la provincia.

Como esta anciana señora tenía la fama (que después le costó la vida) de ser parte principal en todos los trabajos de nigromancia que continuamente se estaban ejecutando, la multitud le abrió paso franco y se apartó de ella, pareciendo temer el contacto de sus vestidos, como si llevaran la peste oculta entre sus primorosos pliegues.

Y no librará á los dánaos de la odiosa peste, hasta que sea restituída á su padre, sin premio ni rescate, la moza de ojos vivos, é inmolemos en Crisa una sacra hecatombe.

Yo soy la peste, que todo lo barro y todo lo ando, paseándome por toda la Europa, sin perdonar la saludable España, afligida de guerras y calamidades: que allá va el mal donde más hay.

28 Adjetivos para describir  peste