Qué preposición usar con peces
Eran dragones rojos y verdes, serpientes de enroscada cola, peces de lomo redondo, todos con alas, con escamas de diversos colores y con ojos enormes.
Ni se digna dirigirles una sola mirada, dedicado completamente á vigilar al pez en su madriguera.
Nada quería decir de los peces del Océano.
Un rato estuvo abriendo estuches, y á la tía Roma, que jamás había visto cosa semejante, se le encandilaban los ojos de pez con los resplandores que de las cajas salían.
Otras veces emplean una red con bolsas donde caen los peces al saltar.
Sabía cazar los peces a tiros; ponía lazos a las nutrias en la cueva de Amaviturrieta, que se hunde en el suelo y está a medias llena de agua; echaba las redes en Ocin beltz, el agujero negro en donde el río se embalsa; pero no empleaba nunca la dinamita porque, aunque vagamente, Tellagorri amaba la Naturaleza y no quería empobrecerla.
El administrador de la Aduana de Irún debía el puesto que ocupaba a nuestro Pez, y también él era Pez por el costado materno, con lo cual, dicho se está que las niñas se traían a España media Francia.
Tienen Cañales, i no tienen mas Peces de para efte tiempo: de aì adelante comen las Raìces.
¡Qué buena pareja hacen el delito y la superstición! Aquellos miserables que quebrantaban sin escrúpulo los mandamientos eternos de su Hacedor, no se atreverían a comer de los animales de uña indivisa ni del pez sin escamas.
Es cosa de notar ver que acometa Este pequeño pez á todo humano.
En un pequeño establecimiento de piscicultura, oculto por las murallas de un parque, y vedado á los transeuntes, he podido formarme una idea de la ciencia y habilidad profundas que debiera tener un buen recriador de peces para el buen éxito de su empresa.
En los freos amontonábanse las olas con remolinos furiosos, pero bastaba un golpe de barra, una desviación de la proa, para quedar al abrigo de una isla, balanceándose la barca en aguas tranquilas, paradisíacas, límpidas, con un fondo visible de extrañas vegetaciones, en el que bullían los peces entre chisporroteos de plata y relámpagos de carmín.
Célebre apotegma de D. Manuel María Pez sobre el orden armonizado con la libertad, y la libertad armonizada con el orden.
Peces con figura de hombre16.
Tan general es su existencia y uniforme su disposición, que se las encuentra casi con los mismos caracteres en toda la serie de los vertebrados, desde el pez hasta el hombre.
Logomaquias, hombredijo D. Manuel apartando de sí con desprecio la carta de su amigo el Canónigo, cacique y faraute de los Peces en buena parte de la Mancha.
El martín pescador y martín cazador, que se alimentan de peces é insectos.
En invierno tienen un anafre, o sea una estufita portátil, para tener agua caliente y poder quitarle la crudeza, pues en España, por una especie de hábito hidrópico, se bebe como peces durante todo el año.
Había cuatro o cinco Peces entre los oficiales generales del ejército, todos con buenos lotes en direcciones o capitanías generales.
De niño había tenido el amparo de otros peces mayores y de los Pipaones, que también eran Peces por la rama materna.
Los domingos pasaban juntas las dos amigas toda la tarde en la casa de una o de otra, y allí era el comer dulces y el contarse cositas, sentadas al balcón, viendo las idas y venidas del crítico desde la calle de los Tres Peces a la de la Magdalena.
Célebre apóstrofe de D. Manuel Pez contra las improvisaciones.
Tiraba Pez hacia lo poético y filosófico, y Rosalía, oyéndole con henchimiento de vanidad y de nariz, aplastaba contra esta la rosa, cuya fragancia les envolvía a entrambos.