29 Adjetivos para describir ascuas

9 Y como descendieron á tierra, vieron ascuas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. 10 Díceles Jesus: Traed de los peces que tomasteis ahora.

19 No os vengando á vosotros mismos, amados; antes dad lugar á la ira: porque escrito está: Mia es la venganza: yo pagaré, dice el Señor. 20 Así que si tu enemigo tuviere hambre, dále de comer: si tuviere sed, dále de beber: que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.

Una presoniya está chalaíta por usté(al llegar aquí la bruja clavó en Pacheco las ascuas encendidas de sus ojos)y un convite le ae dar quien bien la quiere... Amorosica de genio me es usté; pero cuando se atufa, una leona brava de los montes se me güerve... Que no la enriten a usté y que le yeven toiticas las cosas ar pelo de la suavidá, que por la buena, corasón tiene usté pa tirarse en metá e la bahía e Cadis...

Veíase en él una pequeña ascua: era la lumbre de un cigarro.

Sorprendida por la repentina asiduidad del esposo, doblaba el cuello; pero se desmejoraba, demacrábase su faz, y sus ojos relucían, como ascuas atizadas por la fiebre, detrás de los negruzcos párpados.

Es un ascua desnuda, atizada, flamígera, ígneo carbunclo, que lanza hacia lo alto dos rayos sublimes.

Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones.

Resplandece en el fondo el estofado riquísimo del altar, semejante á inmensa ascua de oro cuajada de diminutos ángeles y querubes que aletean quemándose en el seno de aquella nube incandescente, y como si la combustión les diera vida.

Es un ascua desnuda, atizada, flamígera, ígneo carbunclo, que lanza hacia lo alto dos rayos sublimes.

La noche había obscurecido, y los ojos de Paulita, que siempre en momentos dados habían tenido brillo extraordinario, resplandecían aquella noche como dos ascuas fosforescentes, cuya luz hacían más penetrante y siniestra la obscuridad de sus párpados, ennegrecidos por el insomnio, la fiebre y la excitación moral de que estaba poseída.

El baptisterio de la iglesia parroquial estaba cubierto de colgaduras de raso carmesí con flecos dorados; la pila brillaba como un ascua de oro, iluminada por grandes cirios.

Estaba en ascuas, impaciente porque llegase Tor para llevarla á casa.

Alumbró después con su fósforo las profundidades del horno, cuya boca guarnecían ascuas inflamadas, y allá en el fondo se vieron tres ó cuatro torterones enormes, que acababan de cocerse.

Y todo por envidia de los del barrio de San Pascual, porque aquel año los devotos de San Roque se habían gastado un ojo de la cara para hacer las cosas en grande: fué la banda de la ciudad, se dispararon más de dos mil morteros, y había incluso un estandarte nuevo, todo recamado de oro, que pesaba más de un quintal, según decían, y que en medio de la muchedumbre parecía un ascua de oro mismamente.

Íbanse todavía musitando romances del tiempo medioeval, originados sabe Dios en la cuna de qué bárbara cosmología, calentados en el ascua misteriosa del Cristianismo, y entrañados en España por la vena del «camino francés» que inflamaron los peregrinos extranjeros al son del Ultreya, el cantar salmódico de Santiago el Mayor.

Encontró ladrones; pero no ladrones de buen tono, no ladrones fashionables como José María, que parecía una ascua de oro, montado en su brioso alazán.

Por un rato perdí toda la exaltación guerrera y el furor patriótico que antes me dominaban, para no pensar más que en la probabilidad de beber, previendo las delicias de un sorbo de agua, y anhelando apagar aquellas ascuas pegajosas que en mi boca revolvía.

Y allí principia un ascua de fuego producida por cuatro o cinco mil linternas de todos tamaños, formas y colores

Anda de una parte a otra, y da tan grandes bramidos de cuando en cuando, que pone miedo; mas nunca rebosa ascuas ni ceniza, si no es algún humo y llamas, que causa la claridad susodicha, cosa que no hacen otros volcanes; por lo cual, y porque jamás falta el licor ni cesa de bullir, piensan muchos ser oro derretido.

El sol se dilató; era una gran ascua redonda que perforaba la cinta de bruma azul.

Dejáronle al fin en el sosiego que necesitaba; instalámonos en el salón contiguo; llegó la mujer gris con el brasero encogollado de ascuas resplandecientes; púsole en la caja que estaba allí, y nos sentamos alrededor de ella, sin perder de vista al enfermo, Mari Pepa, su hija y yo.

Creía que entre las rojas ascuas del hogar habitaban espíritus de fuego de mil colores, que corrían como insectos de oro á lo largo de los troncos encendidos, ó danzaban en una luminosa ronda de chispas en la cúspide de las llamas, y se pasaba las horas muertas sentado en un escabel junto á la alta chimenea gótica, inmóvil y con los ojos fijos en la lumbre.

No había más que una sirviente inútil con quien doña Rebeca reñía de la mañana a la noche; escaseaban las viandas, y apenas si unas ascuas rusientes daban allí una idea remota de hogar.

Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones.

A la luz de las estrellas y á la mucho más viva de los millares de cirios de la Basílica iluminada de alto abajo, hecha un ascua de fuego, adornada como para una fiesta y con las puertas abiertas de par en par, por donde se desliza apretándose el gentío ansioso de contemplar al Pontífice,se ve, destacándose de la roja muceta orlada de armiño que flota sobre nívea túnica,

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