Kasper, con un pie en el escalón, parecía querer entrar; apretaba el mango del cuchillo de monte y su rostro tenía una expresión terrible.

Carmen quiso apartar de él los ojos, y ya no pudo; miraba, alargando el cuello, y su mano derecha se crispaba, calculando la violencia del golpe... En aquel instante la niña, como instrumento elegido por el Destino para precipitar la venganza de la madre, cogió el mango del cuchillo y la hoja salió de la vaina, con relampagueo deslumbrador.

En estos días la arena no echa fuego, como en el verano; espejean los charcos dejados por la marea; el liquen de las rocas verdea más al sol; en los agujeros redondos formados por los mangos de cuchillo se escapan burbujas al pasar la ola; las algas negruzcas forman madejas semejantes a correas, y los fucus y las laminarias y las gelatinosas medusas brillan en el arenal.

Pasaron unos cuantos segundos, y de pronto vio caer al suelo la toalla, que pocos días antes colocara con pudorosa cautela, a modo de tapón, notando al mismo tiempo que por el agujerito destinado a la llave asomaba un mango de pluma, con el cual don Juan había empujado el lienzo hasta tirarlo.

El capitán leía sentado cerca de la mesa; la muchacha estaba haciendo la cena allí mismo; el viejo criado raspaba el mango de una azada.

Cesaba de brillar entre los sarmientos el acero de las azadas, y la larga fila de viñadores despechugados frotábanse las manos, entumecidas por el mango de la herramienta, y lentamente extraían de la faja los avíos de fumar.

El buen hombre quedó en la facha más grotesca imaginable; es decir, esgrimiendo amenazador un mango de latón mondo y lirondo.

Digo que hay un caimán cogido,afirmó León, é introduciendo el mango de la caña en el agua, continuó: ¿Oís ese sonido?

Cuando se las hubo lavado, enjugó el hierro del hacha y en seguida empleó tres minutos en jabonar el mango, para hacer desaparecer las salpicaduras de sangre.

Meñique, sereno como una rosa, abrió su gran saco de cuero, metió el mango en el pico, lo puso en el lugar que marcó el rey, y le dijo: «¡Cava, pico, cava!»

Se limpia la casa cuando vienen el teniente alcalde y el médico del Ayuntamiento con sus bastones de borlas, y se ha de dejar sucia cuando viene el... Pero cállese usted hombre, por amor de Diosesto se lo decía al ciego de la guitarra, que habiéndose enterado de la presencia de la señora, quiso que esta conociera la suya, y se acercaba tanto, que al fin parecía querer meterle por los ojos el mango del instrumento.

Tomó uno de ellos, y al ir a llenar los claros del impreso, se quedó pensativo, mordiendo el mango de la pluma, como poeta que no halla consonante.

[Nota 9: Fruto del árbol terebintaceo nombrado mango.

El jamon se corta de la manera siguiente: Se toma el mango con la mano izquierda, se cortan las carnes á lonjas perpendiculares, comenzando por el lado opuesto al mango; despues de esta primera operacion, se pasa el cuchillo horizontalmente á la base de las tajadas para separarlas unas de otras.

Los venden a la puerta de la plaza por una bicoca, y está hecho de papel basto pegado a un mango de caña o de palo, y los morenos galanes los regalan como una delicada atención para el cutis de sus trigueñas queridas; mientras que las clases más modestas, especies de salamandras, soportan en esta ocasión el fuego mejor que en la guerra, y preferirían achicharrarse vivos a lo auto de fe que perder estas tórridas fiestas.

Tengo el alma condenada al infierno, por haber jurado á caballeros amigos míos, que erais buenos soldados y bravos mozos, y cuando la Sra. Bridget perdió el mango de su abanico, respondí sobre mi honor de que tú no lo habías tomado.

Los almendros de la Huerta del Obispo, que derramaban en otros tiempos lluvias de flores sobre la cabeza de Feli, parecían ahora escobas plantadas por el mango.

Su padre les había puesto el mango tan liso y reluciente con sus manos, él no habría podido hacerse otros más lisos y relucientes que aquéllos, ni aun trabajando doscientos años.

Ved centenares de hombres haciendo cabezas de alfileres ó pulimentando mangos de cuchillos.

Don Juan se quitó de la boca el mango de pluma y escribió con letra clarísima cinco mil pesetas.

Venirse abajo el paño de manos, retirarse el mango de pluma y mirar ella por el agujerito, todo fue uno.

¡Terrible mujer la tía Basilisa! Un día, porque se le olvidó el nombre de la hoz, le rompió el mango sobre las costillas.

, al ver a las muchachas, se paró de pronto, y soltando el mango de la cuchilla, y sacudiéndose el tabaco, como un perro cuando sale de bañarse sacude el agua, se les acercó todo sudoroso, y con un sobrealiento terrible: Aquí se trabaja firme... dijo con ronca voz y aire de taco.

Al mismo tiempo, por las escalas ascendían nuevos servidores llevando unas escobas de crin sostenidas por mangos larguísimos.

Los australianos se acercaban a la carrera, dando gritos y blandiendo sus azagayas de puntas de hueso y sus hachas de piedra verde, sujetas a los mangos con goma xantorrea, que es solidísima.