Qué preposición usar con dioses
Para evitarlo, salió de la iglesia de la Merced el Señor Sacramentado, cuya diligencia no sirvió de otra cosa que á aumentar el delito de aquellos bárbaros con el mayor sacrilegio: porque desprendidos de toda humanidad, faltaron tambien á la veneracion y respeto debido al Dios de los cielos y tierra, pues no hicieron caso de su presencia real, y continuaron el asalto de la casa.
No te rías ... aquel objeto era la ajorca de oro que tiene la Madre de Dios en uno de los brazos en que descansa su divino Hijo....
Este celoso párroco fué el principal móvil para que los Cochabambinos se arraigasen en la fidelidad, vinculando Dios por este medio en aquella provincia el remedio de tan detestable sublevacion: porque no bien comprendieron el altivo pensamiento de los rebeldes, de pasar á los filos del cuchillo á todos los que no fuesen legítimamente indios, cuando armados con solas lanzas y palos, salieron con denuedo, y les hicieron conocer su esfuerzo.
Al escuchar entonces el grave tañido de la campana, que sonaba lento y acompasado, indicando la oración, todos los ruidos cesaron; todos aquellos corazones en que rebosaban la felicidad y la ternura se elevaron a Dios con un voto unánime de gratitud, por los beneficios que se había dignado otorgar a aquel pueblo tan inocente como humilde.
Imagínese cuántos naufragios pueden haber ocurrido durante un período tan largo; cuántos habrán venido á visitarnos forzosamente de esos hombres gigantescos que navegan en sus casas de madera más allá de la muralla de rocas y espumas que levantaron nuestros dioses para librarnos de su grosería monstruosa....
¡Os trajo Dios a mi puerta! ¿Dónde le dejáis? TERESA.
¡El padre es como el Dios del Cielo! EL MANCO LEONÉS Muestre su noble sangre volviéndose atrás por el camino que traía, joven caballero.
Con su envidioso odio á los cultos extranjeros, los profetas judíos maldijeron más de una vez los «altos lugares» en que los pueblos vecinos colocaban á sus ídolos, pero no procedían ellos de otra manera y miraban á las montañas para evocar á los ángeles que los socorrían: sobre una montaña se elevaba su templo: también conversaba Elías con Dios sobre una montaña.
¡Dichosa ceguera la de aquellos cuyos ojos cerró Dios al venir al mundo!
Dicanto ipabpabareng ti agsapata iti nagan ti Dios á nan~gina.
A Dios hasta la vista.
Adora á Dios sin que en sus ideas religiosas entre para nada tratar de profundizar ninguno de sus misterios, llevándole su misma ignorancia al fatalismo que predomina en la generalidad de los indios.
He vivido en Dios desde la cuna: no sé lo que soy, no sé si he vivido.
Las Musas eran nueve hermanas hijas de Júpiter y de Mnemosina, diosa de la memoria.
Vedla reinar en la llanura extensa Donde Dios entre mármoles la abisma: Antes del mundo fué la tumba inmensa, Ahora es la inmensa tumba de sí misma.
Hace pocos años, todavía habría sido difícil al europeo llegar hasta el vértice de la montaña, porque los kleptos helenos, de infalible puntería, ocupaban todos los desfiladeros: allí se habían fortificado como en una ciudadela enorme, y desde allí, renovando la lucha de los dioses contra los titanes, emprendían expediciones contra los turcos del monte Orsa.
Y los Dioses de la Tierra, los Príncipes y Grandes, digo, deuen imitarle en esto.
Con baja y enferma voz e inclinadas mis manos en los senos, puesto Dios ante mis ojos y la lengua en su nombre, comienzo a pedir pan por las puertas y casas más grandes que me parecía.
Como el Sr. de Santa Cruz me dijo el otro día en casa del Sr. de Pez que deseaba conocer las publicaciones de las casas de Barcelona que tengo el honor de representar... ¿O quiere usted Cortesanas célebres, Persecuciones religiosas, Hijos del Trabajo, Grandes inventos, Dioses del Paganismo...? iv Basta, basta, no cite usted más obras ni me enseñe más carteras.
Aquí me encuentro, junto a la iglesia que tanto adoro por los muchos recuerdos de las oraciones que he dirigido a Dios bajo su bóveda, en compañía de mis pequeñitas (que están en el cielo), cuando veníamos a rogar en ella todas las noches; estoy también rodeada de libros, demasiado tal vez.
Venus, diosa del Amor y de la Belleza, hija de Jupiter y de Diana, y, segun otros, surgida espontáneamente de la espuma de mar.
Por supuesto que también los hombres son negaos: no lo tome usted a mala parte; pero ¿se le figura a usted que el marío de mi ama no está dejao de la mano de Dios pa dirse a la Habana ú donde sea, mientras ella está tan reguapa que da gloria, y más fresca que una rosa? Lo que yo digo: si él está en el otro mundo, ella como si estuviera viuda, y las viudas son del diablo.
¡Cuántas súplicas, cuántas promesas hizo durante toda la noche á Mahoma y á todos los Dioses para que por medio de un milagro sorprendente y ostensible cambiaran á Bradamante en mejor sexo! Todos fueron inútiles y quizás el cielo no hizo otra cosa sino reirse de ella.
6.ÉTICA NATURALISTA El concepto panteísta de la divinidad, que convierte a Dios en una abstracción pura, en una fórmula, contrasta evidentemente con otros sentimientos ancestrales de la humanidad, que llevan a concebir uno o más Dioses con realidad propia, ajenos a la Naturaleza, Dioses vivos y actuantes, con aptitudes o funciones distintas de las humanas, capaces de justicia y de perfección absolutas.
Porque todos estos, de lo que les sobra echaron para las ofrendas de Dios mas ésta de su pobreza echó todo el sustento que tenia. 5