28 Metáforas para sabio

Pasó el solterón la lengua por los labios, volvió a oir el canto del ruiseñor, y contento de la creación, de la amistad, por un momento, exclamó: ¡Excelente! ¡Eres un barbián! Excelentísimo señor benedictino, ¡bendita sea la Orden! Son unos sabios estos reverendos.

En la vida privada, señores, los sabios son una calamidad, lo mismo que en la pública.

Aunque en su República ó Utopía apenas ha de haber ignorantes, y en cambio ha de haber pocos pleitos que sentenciar y poquísimos delitos que castigar, todavía entiende el Sr. Bellamy que la ciencia del derecho es tan sublime y la administración de la justicia función tan egregia, que sólo á los sabios la confía, mirando como profanación sacrílega que cualquier ciudadano lego intervenga en ella.

Sólo los sabios indígenas podían conocerlos.

El mismo sabio, y más aún el poeta, por excelente crítico que sea, no se pueden consolar con la conciencia y seguridad de su valer, por los demás hombres desconocido o negado.

Que eran cobardes, decia Un sabio, por parecerle Que nunca andaba una sola; Yo digo que son valientes, Pues siempre van adelante, Y nunca la espalda vuelven: Quien las llevare consigo, Á todo podrá atreverse, Pues en ninguna ocasion No haya miedo que le dejen.

Por otra parte dizen los sabios que es grande descanso a los afligidos tener con quien puedan sus cuytas llorar.

14 A Griegos y á bárbaros, á sabios y á no sabios soy deudor.

Siempre acompaña á la virtud la invidia: y así, prudente lector, dixo bien aquel sabio, que la miseria sola podia estar en el mundo segura y sin temor de invidia, considerando los innumerables inconvenientes que por ella suceden, y los daños en que han incurrido tantos ilustres varones.

EL SABIO Te engañas

Es de suponer que los sabios Llano Zapata y Dr. Patrón están en un error al aseverar que ninguna raza especial fué la constructora de los colosales monumentos de Tiahuanaco.

El cacique Mariman me aseguró haber divisado la ciudad desde el cerro de los Cochinos, que se halla en la laguna de Ranco, y que sabia eran los españoles de Osorno, que nunca fueron vencidos, que son muchos, y muy valientes.

EL SABIO La fe de quien á oráculos acude, Sólo es superstición que la fe ahoga.

Otro sabio de otra especie fué más curiosamente escuchado, sobre todo por los oyentes femeninos.

Alegría tenia la seduccion de la gracia, la incitacion de la que tiene y sabe hacer uso de los medios de agradar, el aturdido desgaire de la niña, alternando con el indisputable despotismo mujeril; el quiero y no quiero del capricho, lo picante de la burla, lo salado del chiste, dones todos que tan poco valen y tanto merecen, y que hacen patente cuán sabios fueron los griegos en personificar al Amor en un niño ciego.

Yo también me he equivocado, señora, porque pensé que los sabios como su marido serían los hombres más prudentes y los más delicados.

Lo que especialmente hizo darse de calabazadas á los sabios fueron ciertas imponentes ruinas que la tradición popular llama del Palacio frío, sin que hasta hace poco tiempo se consiguiese averiguar el origen de tal nombre, que contrasta con el aspecto de lo que del edificio resta en pie.

Sabio es el lema tradicional de su torneo: Fe, Patria, Amor.

Qué bello será el dia en que, caidas las máscaras, los locos sean los sabios y los sabios sean los locos! Será entonces; allá por los años 2,000, cuando piadosos peregrinos, tan numerosos como las hormigas, visitarán la celda donde, cual nuevo Daniel, yo anunciaré el porvenir.

¿Era su marido el sabio?...

Advirtieron que los sabios y entendidos eran los mercaderes.

Y sólo después de 1.600 años consagrados a producir los héroes de la otra vida, y los sabios del otro mundo, cuyas imágenes pueblan los nichos de las iglesias, pudieron las naciones cristianas empezar a producir, al fin, los sabios de este mundo y los héroes de esta vida, cuyas estatuas se levantan en las plazas públicas para ofrecer nuevos modelos de conducta a las nuevas generaciones.

Cuanto más sabio y más bello sea ese organismo, mejor nos entenderán los hombres; y con ello habráse dilatado más nuestro espíritu.

Divertíos, gozad de la vida, nada teneis que temer; los insensatos están bajo de llave, turbarian vuestra quietud; cuantos mas son los sabios tanto mas se rie.

Un sabio puede ser el primer sabio de su época.

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