Qué preposición usar con muñeca
Salomé se colgó en la muñeca de la mano izquierda un ridículo, donde puso, además de sus espejuelos, un frasquito de esencia y otras baratijas.
Concebía a los hombres como muñecos de una pieza con un solo resorte, y los dividía en nobles, indiferentes y viles, según la pasión dominante.
Todas montan al lado izquierdo y desconocen el uso de la espuela, sustituyéndola con flexibles latiguillos que suspenden de la muñeca con una cadenita de plata.
Momaren se arañó las muñecas en la obscuridad, preguntándose qué poder infernal al servicio de los envidiosos de su gloria había conseguido realizar esta catástrofe....
Estaba herido en ambas muñecas por una explosión de obús, y sin embargo continuaba en su sitio.
¿Puedo regalar mis muñecas a las niñas?le preguntó.
¡Oh! ¿por qué, amada mía? Primero, porque nada hay más incómodo ni más enojoso que esos muñecos para una mujer que ama la sociedad... segundo, porque cuando se es bonita desea conservarse el mayor tiempo posible... y los niños, es sabido, son los verdugos de la belleza.
Se empeña en que me quede á comer aquí, en que pasee en sus caballos y en sus coches, en que me lleve todas las rosas... Si ya sabemos, señor tratante en blancos, que tiene usted buen cocinero, buenos caballos, un gran jardinero, y muchos muñecos del baratillo.
No se sentía una atmósfera de deseos, de fiebre; era un baile de gente apagada, de muñecos con ojos de aburrimiento o de cólera.
Su mayor gusto era andar con teatros de juguete y mover a los muñecos en la escena.
Se me antojó que Clarita era una muñeca para mi diversión.
Las mujeres usan el mismo traje que las igorrotas, con la única diferencia de ser de color blanco, así como el de los hombres, muy aseado, y bordadas las orillas de colores cuando están de gala; desde la muñeca al codo se atan unos anchos brazaletes de abalorios de colores, tan apretados, que les suele producir inflamación en el brazo y la mano.
¡Y qué mala, Magdalena Con tantas cintas y lazos, A la muñeca sin brazos Enterrándola en la arena! Conversan allá en las sillas, Sentadas con los señores, Las señoras, como flores, Debajo de las sombrillas.
Quiero vengar a mi señorito... ¡Yo mato la zorra, yo! El anciano, sin saber de dónde la sacaba, apretaba al mismo tiempo con tal fuerza las muñecas del presbítero que a éste le costó trabajo reprimir un grito de dolor.
Y, todavía, se tiene el muñeco por unos cuantos centavos, mientras que el hombre... Sí, ya sé, ya séreplicó la abuela distraída.
Mathys se acercó a la joven, la miró con los ojos hechos ascuas y exclamó, apretándole las muñecas hasta deshacérselas: Ten cuidado, dime la verdad, porque si me engañaras, sería capaz de todo... ¿Dónde está el aya? No lo sébalbuceó la joven, que temblaba de miedo.
Señoresafirmó Calleja,repito que todos esos son unos muñecos al lado de Romero Alpuente.
Allí, con su enorme muñeca entre las rodillas y sentada en el suelo, parecía hablarle y no tardó Lady Clara en comprender que reproducía la entrevista ocurrida hacía unos instantes.
Muñeca no... muñeca pa Lalina...
(Deja la muñeca sobre una silla.
"He fabricado muchos muñecos desde que soy bruja, pero se me figura que éste es el mejor de todos.
¡Ah! ¡Horrible! Ha caído como un desbaratado muñeco entre el vuelo de las faldas del chaquet y de sus brazos extendidos; se le han desprendido las zapatillas por el aire, y las olas le recogen, le hunden..., le arrastran en su diáfana profundidad verdosa bajo nuestra atónita mirada...
Me resigno á esta obscuridad impotente y tristísima, y á ser un muñeco sin iniciativa, sin voluntad, sintiendo el honor y no pudiendo expresarlo...