203 oraciones de ejemplo con acercó a ella
Su desazón y sus temores se acrecentaron al ver que don Andrés se acercó a ella; la acompañó mientras bajaba la cuesta, la requebró con más fervor que respeto, le recordó los besos de la antesala y le hizo las más atrevidas proposiciones.
Longino se acercó a ella, la saludó con socarrona finura y le dijo en voz baja, casi al oído: No sea usted tan dura y tan sin entrañas.
Conoció que Anita contemplaba con gusto los ademanes y la figura de don Juan y se acercó a ella el buen Quintanar diciéndole al oído con voz trémula por la emoción: ¿Verdad, hijita, que es un buen mozo?
Al fin se acercó a ella, y hablándole casi al oído: Después de todomurmuró, no hay para qué se apure usted tanto.
Mustafá se acercó a ella cojeando; se sentó, me miró, y siguió con sus dolientes gruñidos.
Pepe, sin vacilar, se acercó a ella y, en voz baja, con acento de sinceridad, la dijo: Señorita, esta vez no me ha traído la casualidad, sino la astucia; pero, si mi presencia la enoja, no volveré jamás a verla a Vd. No necesita Vd. decir una sola palabra: me bastará su silencio...
Cuando se disponía a abrir, Krilov se acercó a ella y, sonriendo amistosamente, la miró a los ojos.
¡Dios mío, qué desgraciada soy! Krilov se levantó de un salto, se acercó a ella y se puso a agitar furiosamente el puño cerrado ante su rostro, conteniendo a malas penas su deseo de golpearla.
El ermitaño se acercó a ella con la obsequiosidad de un tendero que ensalza los géneros del establecimiento.¿Iba aquello mejor?
La niña se acercó a ella temblando como siempre y le entregó los libros.
En cuanto el joven Corneta, dando pruebas de buen gusto, se acercó a ella y le hizo el honor de dirigirle algunas palabras galantes, ¡adiós Grass! ¡adiós Godofredo también!
Quizá por esto Joaquinita, mientras tomábamos el chocolate a la mesa del conde, se acercó a ella con fisonomía atribulada para decirle medio llorando: ¡Ay, hija, cuánto la compadezco a usted en este momento! ¡Qué triste debe de ser casarse sin tener junto a sí a una madre! Más triste es no casarserespondió secamente mi esposa, con una intención que hizo subir los colores al rostro de la imprudente.
Luego se acercó a ella, le tomó una mano, que llevó a sus labios, y viendo que aun estaba temblorosa, dijo: ¿Le da miedo, acaso, mi presencia?
El cura se acercó a ella y le dijo: Hija mía, cálmate, cálmate.
Emilio, cambiando de tono, se acercó a ella y, pasándole el brazo cariñosamente por encima de los hombros, le dijo: Tienes razón en esto, como la tienes en todo cuanto dices.
El canadiense se acercó a ella con las manos alzadas al cielo en señal de paz y exclamó: Ríndanse VV.
¡Asqueroso! Alfonso se acercó a ella y quiso darle un beso; ella se defendió; al fin, las dulces paces quedaron hechas.
, ¡ven aquí; yo te lo mando! Después, adivinando que la infeliz, falta de voluntad, no podría moverse, se acercó a ella a pasos lentos y mirándola siempre.
Decidióse y se acercó a ella, bajando la voz: ¿Viste a Volvoreta? Vi.
José Golondrina se acercó a ella: ¿No ve, niña, que quien la vea la ha de querer y se ha de poner celoso de que usted lo defienda?
Se acercó a ella y le tendió una mano, casi sin mirarla.
Al fin se acercó a ella; tenía los ojos brillantes y los labios temblorosos; puso ambas manos sobre los hombros de la joven, fijó su ardiente mirada en ella, e inclinándose, de repente, le besó los pies.
Después se acercó a ella como quien dice «ya podemos hablar».
17 Y cuando él se acercó a ella, dijo la mujer: ¿Eres tú Joab?
Mi tío se acercó a ella, tendiendo los pies frioleramente.