42 Adverbios para describir cómo altos

En lo alto, cerca de los pináculos de piedra blanquísima, mostrábanse las campanas tras de enormes rejas, como pájaros de bronce en jaulas de hierro.

Allá en lo alto está el dios Siva, que destruye y crea

Nuestro jóven le miró de alto abajo, y exclamó:«Pues compadre, está usted adelantado, para la edad que tiene!» Frase que le valió un coro de carcajadas de todos los que le rodeaban, un tremendo bofeton del militar-paisano, y la probabilidad de pasar la noche en la prevencion con todos sus compañeros, que salieron bizarramente á su defensa.

Las aguas corren aquí con mucha fuerza al sur y al norte, siguiendo el órden de las mareas, y la tierra del cabo es medianamente alta, con algunos mogotes.

Mis sueños cuando apenas niño o adolescente, mis sueños cuando joven, ya lleno de vigor, fueron el verte un día, ¡joya del mar de Oriente! secos los ojos negros, alta la tersa frente, sin ceño, sin arrugas, sin manchas de rubor.

El techo, de tétrico roble, era excesivamente alto, abovedado y primorosamente esculpido con los tipos más extravagantes y grotescos de un estilo mitad gótico, mitad druídico.

El país puede dividirse en dos grandes regiones físicas: la del este y del centro, que es generalmente alta; y la del norte y del oeste, que contienen extensas llanuras y valles.

Acaso Gonzalo fuese un poco más alto.

Era una dama extremadamente alta, de bastantes años, enjuta, con ojos negros de mirar imponente, los blancos cabellos pegados a la frente con goma.

Finalmente, sólo el vértice es bastante alto para ver el sol, dominando la curva de la tierra; se ilumina como con una chispa: parece uno de esos prodigiosos diamantes que, según las leyendas del Indostán, fulguraban en la cumbre de las montañas divinas.

Y dice muy alto ciertamente del esprit de corps de la profesión y del honor personal de sus miembros que la historia de este hombre haya sido totalmente desconocida a la prensa y, según creo, a toda la nación.

Agria y destemplada voz, gritando desde lo alto de la escalera pillo, tunante, llamó al Doctor á su obligación.

X LAS POSADAS DEL CAMINO Seguimos viajando toda la tarde y toda la noche, haciendo en cada posta nuestros acostumbrados altos, amén de los que hacían por su gusto los conductores de la diligencia.

Era un hombre todavía joven, con el cuidado vigor que proporciona una vida de ejercicios físicos: alto, membrudo y esbelto, la tez morena, grandes ojos grises y el rostro largo, completamente afeitado.

De Santa-Cruz al rio Gallegos vuelve á ser la tierra moderadamente alta, y luego hasta el cabo de las Vírgenes es la costa baja.

El pueblo ha adquirido a través de los siglos, una moralidad media más alta, muchísimo más alta, que la de los señores cardenales y obispos católicos que le invitaban a la locura y al libertinaje dentro de los propios templos de Jesús.

Allá á lo lejos, hacia el sudoeste, divisábamos dos montañas no muy altas, como á unas dos millas de distancia y por encima de una de ellas aparecía una tercera eminencia, notablemente más alta que las otras, y cuya cumbre se miraba todavía envuelta entre las gasas de la niebla.

Pussy, que no estaba para burlas, hizo alto, precisamente entre Ben y el blanco del tiro.

¡Yo! ¡no, señor! ni me importa conocerla; es muy natural que el que viene por primera vez á Madrid, después de comer y beber, pregunte si el rey es alto ó bajo, hermoso ó feo; lo mismo me ha acontecido á ; sólo que en vez de preguntaros por el rey, os he preguntado por la reina.

Se remueve todo con la espátula de madera; se pone a cocer en un molde alto y redondo previamente untado con manteca y espolvoreado de harina.

La aguja debía de ser, no obstante, primitivamente más alta, más elancé.

La prosa tersa, impecable, del primero; su frase alta y serena, de ondulaciones tenues, como un mármol de Amariarna; mórbida sin flacideces; seria siempre como un hijo de dioses, arrancado á los flancos de una estatua, le ha dado puésto eminente en nuestra América toda; y lo tienecosa raramuy alto en su patria misma.

Realmente, la política española nunca ha sido nada alto ni nada noble; no era muy difícil convencer a un madrileño de que no debía tener confianza en ella.

Llegó á tocar con la proa esta tierra, relativamente alta entre las tierras inmediatas.

El estado de gracia viene de lo alto, repentinamente, como á San Pablo en el camino de Damasco, pero también puede obtenerse, mediante la oración y las prácticas religiosas.

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