24 Verbos a usar para la palabra sacra

[20] Esta puerta, que pertenece al orden dórico, lleva en el centro del friso un tarjeton en que se lee: Reinando la sacra católica y real magestad del rey D. Felipe nuestro señor, segundo de este nombre, año 1571.

Por suerte, hanos acorrido la sacra amistad, personificada en Adelina Gurrea, gentil poetisa insular, morante ahora en España, y en dos ilustres directores de periódico, que son algo más que periodistas: José María Romero Salas, de "El Mercantil", de Manila en esta oceánica ciudad conocido, entre literatos, por "El Maestro", y Joaquín Pellicena Camacho, eximio periodista en España.

Completamente fuera de , dejó caer las sacras y tomó las manos de Nucha para convencerse de que, en efecto, existía la siniestra señal....

Pulsaré mi laúd con valentía, Que en ello cifro mi ventura sólo, Y como alumno del divino Apolo Él me dará su sacra inspiración.

Subió al monte y depositó la sacra carga.

Ojalá, ¡padre Júpiter, Minerva, Apolo!, ninguno de los teucros ni de los argivos escape de la muerte, y librándonos de ella nosotros dos, derribemos las sacras almenas de Troya.

Los profetas de Israel, que iban clamando contra las iniquidades de su época, sin respetar ni á las testas coronadas, ¿qué fueron, descontada su sacra misión, sino satíricos andantes? La antigüedad, más realista cien veces que nosotros, no concibió el drama con personajes inventados; y los dramaturgos griegos fundaron su teatro en sucedidos históricos y en interioridades regias.

Magestad, porque a la verdad, conviene mucho.=Nuestro señor la ynperial persona de V. Magestad Guarde e prospere con acrescentamientos de muchos mas reynos; desta su ysla de Cuba e cibdad de Santiago a XXI de novienbre de IUDXXXII años.=De vuestra sacra cathólica Magestad su muy humillde vasallo que sus ynperiales pies e manos bessa.=Pedro de Avendaño.

» 647 Respondióle Sarpedón, caudillo de los licios: «¡Tlepólemo! Aquél destruyó, con efecto, la sacra Ilión á causa de la perfidia del ilustre Laomedonte, que pagó con injuriosas palabras sus beneficios y no quiso entregarle los caballos por los que viniera de tan lejos.

¡Oh eterno Amor, mal el Hombre De tus beneficios usa! ¿Qué mucho, pues, que tal vez Digan sacras Escrituras Que me pesó de haber hecho Al Hombre?

Elegía a las Musas Esta corona, adorno de mi frente, Esta sonante lira y flautas de oro Y máscaras alegres, que algún día Me disteis, sacras Musas, de mis manos Trémulas recibid, y el canto acabe, Que fuera osado intento repetirle.

Y no librará á los dánaos de la odiosa peste, hasta que sea restituída á su padre, sin premio ni rescate, la moza de ojos vivos, é inmolemos en Crisa una sacra hecatombe.

Como la sepultura entre los romanos, estaba íntimamente ligada con los sacra gentilicia ó ritos de familia, tenia suma importancia, contrayendo las personas que se enterraban juntas una especie de fraternidad íntima y de parentesco[1057].

Así perezcáis los demás teucros hasta que lleguemos á la sacra ciudad de Ilión, vosotros huyendo y yo detrás haciendo gran riza.

se cubre de mil graciosas chucherías, mitad sacras, mitad profanas.

» 167 Cuando esto oyó la sacra potestad de Alcínoo, asiendo por la mano al prudente y sagaz Ulises, alzóle de junto al fuego é hízolo sentar en una silla espléndida, mandando que se la cediese un hijo suyo, el valeroso Laodamante, que se sentaba á su lado y érale muy querido.

Mi adoración y el cántico de gloria Que de el Pindo atónito ya espera: Baja a oírme de la sacra esfera ¡Oh radiante deidad! Y tu mirar más nítido y süave, He de cantar, que fúlgido lucero; Y el limpio encanto que infundirnos sabe Tu dulce majestad.

Acto continuo, ordenaron la sacra hecatombe en torno del bien construído altar, laváronse las manos y tomaron harina con sal.

Volvieron todos al palacio, precedidos por la sacra potestad de Alcínoo, y sentáronse en elevadas sillas.

Cujus libri auctoritatem, dice el Cardenal, sancti habuerunt in reverentia et veritatis sacras per eum confirmarunt.

El bestial elemento se solaza en el odio a la sacra poesía y se arroja baldón de raza a raza.

La humanidad ha visto esta sacra persona con distintos ojos, ora con los de Alberto Dürer, ora con los de Rafael Sanzio, o bien con los de Van Eick o Bartolomé Murillo.

Habialo este prelado mandado hacer en Roma á toda costa, y se componia de capa pluvial, casulla, dalmáticas, dos paños de púlpito y seis capas, todo de lama de plata bordada de oro, con las correspondientes albas de esquisitos encajes, á que acompañaban sacras de plata de moderna hechura, trabajadas tambien en Roma.

El gran Príamo no permitía que los teucros lloraran: éstos, en silencio y con el corazón afligido, hacinaron los cadáveres sobre la pira, los quemaron y volvieron á la sacra Ilión.

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