178 colocaciones para deberé

Cuando acabó de hablar con el alcalde, se levantó, y haciéndome una seña me presentó a aquel honrado personaje, a quien no solamente saludé, sino que, en cumplimiento de mis deberes militares, me presenté oficialmente, habiéndome excusado él con suma bondad de la fórmula de presentación en la casa municipal esa noche, aunque ofrecí poner en sus manos mi pasaporte al día siguiente.

Por muy extraño que yo fuese a sus creencias, la había comprendido y había admirado su fe robusta y activa y aquel imperioso sentimiento del deber que podía más que sus timideces y hasta que su compasión.

V. imaginó que yo iba á matar en mi alma todo remordimiento, toda vergüenza, toda idea del deber á que había faltado, todo temor de Dios, todo respeto á mi honra, todo sentimiento amargo de su pérdida, todo miedo á las penas del infierno, todo aguijón en la conciencia.

El sentimiento de protección, la conciencia de los deberes que tenía que llenar hacia su hermana, le hacía no pensar en mismo.

¿Quién dirá si Valeria llegó por gratitud a la locura, o a la suma piedad por la noción del deber?

En su palabra, una música seductora que embelesa los entendimientos y ensordece la voz del deber en la conciencia.

¡Es mio! Eso no significa nada, cuando se obra contra la ley sagrada del deber.

Yo he trabajado en el campocontinuó éste, y por experiencia que sólo puede emprenderse un negocio con trabajadores de raza blanca o con emigrantes de Europa, que conocen el valor del dinero, ahorran y tienen un concepto exacto de los deberes de la vida.

También lo eran la envidia y el respeto que le inspiraba aquel pobre menestral marchando al encuentro de la muerte con otros seres igualmente humildes, enardecidos todos por la satisfacción del deber cumplido, del sacrificio aceptado.

Y cómo el que se ahoga se agarra a lo primero que alcanza con las manos, y Vuecencia tiene poca práctica para esos fregados, porque ha nacido para cosas más altas y más nobles..., cumplo con un deber, hasta de conciencia, dándole respetuosamente este aviso.

Parecía natural que quien tan puntualmente había desempeñado las obligaciones de administradora de la heredad y de las cosas a ella adscritas, se sintiese satisfecha de misma y más dispuesta para el desempeño de sus deberes como ama de casa.

No es la culpa de ellas solamente, sino tambien de la sociedad, que ha querido echar sobre la mujer la carga de todos los deberes, sin reconocerle ningun derecho.

Su vida era una vida recta, firme y llana como el camino del deber.

Su ambiente es una ciudad de Suiza; el drama se desarrolla entre refugiados nihilistas, y es la lucha ardiente del deber impuesto por la fe política contra una pasión violenta y arrebatadora.

Estrakenz insistía en la necesidad de mi inmediato matrimonio, al cual me impulsaban también mis deseos, hasta el punto de hacerme vacilar en la senda del deber.

El dió ejemplo de abandono de su deber como agricultor, puesto que en lugar de arar la tierra haciendo el trabajo por el que su amo le pagaba, se pasaba el día rezando.

Se nos podrá objetar, que si el derecho de la enseñanza primaria obligatoria descansa en el deber de la conservación del cuerpo social, cae por tierra nuestro argumento, apenas se demuestre que ningún peligro corre el Estado porque se deje á los padres en una prudente libertad para cuidar de la instrucción de sus hijos, habiendo naciones cultas que viven sin admitir tal principio en su legislación.

Pero que exige e impone, con la fuerza imperiosa de un deber de conciencia, la obligación de considerar en la Grandeza una carga a la vez que un honor; de servir de ejemplo en los pensamientos, en las palabras, en las acciones y en las costumbres;

No: no quiso el Redentor, después de muerto, aparecerse a ninguna virgen ignorante, a ninguna casada cumplidora de sus deberes, a ninguna viuda sorbida por la devoción; sino que radiante de esplendorosa gloria, circundado de luz, se apareció a una pobre pecadora.

Hija adoradaañadió Fúcar,se trata aquí del honor, del deber, de las conveniencias sociales, de la moral absoluta y de la moral consuetudinaria...

Sin embargo de aquellas precauciones, no faltaron víctimas del deber y de la caridad; varias veces los cadáveres llevados al panteón recibieron balazos á través de su féretro, como si no hubiera sido certero el golpe que la muerte les había dado en el corazón.

Cuando, por ejemplo, ve usted en el mundo una madre de familia cuidadosa de sus deberes, celosa de su dignidad, buena esposa, buena madre, y adicta de una manera absoluta a aquel cuyo nombre lleva, ¿qué piensa usted?

Así, Madrid ha sido recientemente la Coblenza de los traidores de Méjico, lo mismo que en Paris forman sus Coblenzas en caricatura los malos ciudadanos de otras de nuestras jóvenes repúblicas, quienes, olvidando que en el suelo extranjero la PATRIA no es un partido, sino una madre comun, posponen la santidad del deber nacional al interes oprobioso de las venganzas políticas.

Quiere usted mostrarle una fidelidad que en realidad no siente; quiere usted alcanzar, con la observancia de un pretendido deber, la fama de mujer constante y fiel.

Este papel tomó á mis ojos el carácter de una especie de deber, cuando reconocí, como muchas advertencias me lo habían hecho presentir, que un león devorador, bajo las facciones del Rey Francisco I, rondaba furtivamente á mi joven protegida.

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