78 oraciones de ejemplo con flor de lis

Y enjugándose con su finísimo pañuelo una lágrima, que, falsa o verdadera, apareció en sus ojos, dejaba ver al descuido la bellísima flor de lis que traía en el pecho, y una magnífica pulsera de oro, en que con sus gruesos brillantes se leía incrustada la cifra de Isabel II.

Pedro López aseguró al día siguiente, bajo su firma, en las columnas de La Flor de Lis, que el espíritu de Meyerbeer había abandonado la mansión de las armonías para inspirar en el Real el estreno de Dinorah.

Su compte-rendu de usted nos asegura el triunfo... Que toda esa gentecilla cursi vea su nombre en La Flor de Lis, ensalzada por el reporter elegante de los salones, y es nuestra para siempre... ¡Fuera escrúpulos!... ¡La de Martínez, bellísima!... ¡La García Gómez, encantadora!...

Pedro López había dicho, y millares de lectores lo vieron en La Flor de Lis, que el ángel de la caridad había sentado sus reales en el palacio de la celestial condesa de Albornoz...

Entre los mil primores y monerías que la adornaban, veíanse ante el cubierto de cada caballero pequeños bouquets de violetas para el ojal del frac, puestos en diminutos vasitos de cristal, ligeros y diáfanos cual si fuesen de aire petrificado, y teniendo todos en el centro una pequeña flor de lis, lindísima maravilla natural, criada a fuerza de cuidados en las estufas de Currita.

¿Pues no ve usted que lleva el bouquet una flor de lis?...

Entró en la casa y no vio a nadie a quien preguntar, recorrió 30 todos los jardines y al fin vio una planta con una flor de lis tan bonita, que se decidió a llevársela.

París sonríe al pompón y al penacho, y a la flor de lis y al sombrero del Cabito, y al caballo negro y al toupet blanco; pero París sonríe sobre todo, como Atenas, como Roma, a las altas ideas y a las acciones magnas.

Hay maneras de expresión que da el obscuro destino, y no exijáis a una pálida flor de lis que tenga los colores violentos de una rosa roja, ni modestia a la cola del pavo real, ni un solo de ruiseñor al papagayo.

Es un hermoso mito, que redunda en alabanza de Amor y de la madre Tierra, «de cuyo vientre moreno brota la savia de los troncos robustos, y el oro y el agua diamantina y la casta flor de lis: lo puro, lo fuerte, lo infalsificable.

Una vez voló un clavel de su tallo hecho mariposa roja, y una estrella descendió fascinada y se tornó flor de lis.

Tu diadema asombra a los astros y tu luz hace cantar a los poetas, perla en el Océano infinito, flor de lis del oriflama inmenso del gran Dios.

FLOR DE LIS.

Hoy flor de lis he sido; Pues tal suerte he tenido En la ventura fea, Siempre en amor lo sea, Si para ser dichosa, Tanto vale con él no ser hermosa.

Siempre, Flor de Lis, temí En mi amor este suceso, Poco siento, pues el seso No vengo á perder aquí; Que á estorbar mi casamiento Viniese el moro.

Corrida estoy, Flor de Lis, De que así mi amor se agravie; ¡Ay hombres! ¿vuestra fe es ésta?

Si el águila de Buonaparte no consiguió anidar en la sierra aragonesa, la flor de lis de los Borbones no echará raíces seguramente en la llanura de Castilla; Ariosto canta: «Che non lice che’l giglio in quel terreno habbia radice!» Esta condición inveterada de abierta hostilidad o, mejor dicho, de neutralidad armada, ha hecho que estas regiones fuesen poco agradables para el turista observador.

La bicicleta ha juntado al príncipe con el hortera, la «Mors» une el chocolate con la flor de lis.

Es un hermoso mito, que redunda en alabanza de Amor y de la madre Tierra, «de cuyo vientre moreno brota la savia de los troncos robustos, y el oro y el agua diamantina y la casta flor de lis: lo puro, lo fuerte, lo infalsificable».

El grueso del [mar] era de un palmo, y su labio era labrado como el labio de un cáliz, o de flor de lis; y cabían en él dos mil batos.

II Sala lujosamente amueblada, donde se están haciendo los preparativos para una fiesta FEBO, FLOR DE LIS,

FLOR DE LIS (aparte).¡Hacer traición á su prometida! ¡Á , que no pienso más que en él! ¡Ay! ¡cuánto sufro con sus ausencias y cuánto padezco también al mirarle! Cuando le veo, menosprecia mi gozo; cuando no viene, desdeña mis lágrimas.

FLOR DE LIS (que ha estado escuchando).De vos se acuerda siempre todo el mundo.

FLOR DE LIS (aparte).¡Qué pronto ha obedecido á la señal de Febo! ESCENA IV Los mismos y LA ESMERALDA (Entra la gitana tímida y confusa.

Esta es mi rival... (Flor de Lis arranca la banda de manos de Esmeralda y se desmaya.

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