39 Metáforas para juegos

Si unos juegos eran del agrado de determinadas tribus y otros juegos de otras, el juego de pelota era común a casi todas.

Entre los necios y hombres de poca estima es eso, y entre los que andan jugando, á hurta cordel, el juego de la corre-vela, pero, entre los discretos y nobles, miéntra más familiaridad y más conversacion, más causa es de amistad, y así os quedá y holgaos entre esta gente de palacio, y regocijaos bien, que yo, Pinardo, acabo de representar la comedia Serafina llamada.

Desengáñate; el juego... no es broma.

882 Me habia ejercitao al naipe, el juego era mi carrera; hice alianza verdadera y arreglé una trapisonda con el dueño de una fonda que entraba en la peladera.

Los ingleses creen que el juego del palo es cosa suya, y que ellos no más saben lucir su habilidad en las ferias con el garrote que empuñan por una punta y por el medio; o con la porra, que juegan muy bien.

El hombre inferior limítase a economizar, aprovechando útilmente lo que posee para no ser vencido; el juego desinteresado es un derroche y revela superioridad.

Es que el juego no es sino distracción.

No; el juego, el mío, no es diversión, no es broma, no es desinterés, no es finalidad sin fin...

El juego es un empleo de la imaginación.

El juego también es empresa de hombres.

El juego es el escollo donde choca la codicia de la raza china; hay en Chinatown calles enteras donde se juega, á pesar de la policía, que persigue tenazmente á cuantos van á dejar sus economías en los tugurios de San Francisco.

El juego es un esfuerzo por salirse de la lógica, porque la lógica lleva á la muerte.

Y se ha dicho que el juego es un exceso, una sombra de la vida... lo mismo que se ha dicho del amor.

El juego artístico de esta especial mujer es la fascinación misma.

Ni juegos ni músicas me eran gratos; no paraba yo atención en la hermosura de mis paisanas, ni en la elegancia y gallardía de Gabriela.

En aquel verano mis juegos favoritos fueron los guerreros, y muy especialmente las luchas de honda, de flecha y de boxeo.

El juego es una imagen de la vida: los fuertes triunfan sobre los débiles.

, porque soy una matona, ¿no es verdad, tío? Ya sabes que los juegos de manos son juegos de villanos.

Es lo mismo que el juego en gran escala y usted es jugador, ¿no es cierto?

Su juego es a modo de una lección experimental para los amigos y para los espectadores.

El juego, como es de suponerse, es la manía, la locura de California, aunque se dice que está prohibido: tal circunstancia influye para que las casas de juego no tengan la apariencia ni el lujo que otros establecimientos análogos; pero en cambio, el consumo de licores exquisitos es extraordinario en esos lugares en que se improvisan y se pierden grandes fortunas.

Allí también se decía que se conspiraba y que el juego era el manto con que se envolvían intrigas políticas; pero más bien parecía lo contrario.

Es de advertir, como ya se ha indicado que el juego ó mejor dicho la matanza del gallo, constituye en Filipinas un vicio estancado, cuyo desarrollo lo explota el Estado concediendo el monopolio de abrir galleras en sitios, días y horas determinadas al mejor postor.

El juego, bajo todas las formas posibles, era su sola ocupación; jamas leían con fundamento; y cuando la música de prima noche se hacia oír en los escotillones digerian la comida bailando rabiosamente la jota ó la cachucha, ó cantando en coro estrepitoso el himno de Riego.

En su orígen este juego homérico, que tiene mucha semejanza con algunos de los que Ercilla describe en la Araucana, se efectuaba retobando un pato dentro de una fuerte piel, á la cual se adaptaban varias manijas de cuero tambien.

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