Qué preposición usar con ver
Los corregidores, poseidos de una ambicion insaciable con cuantiosos é inutiles repartos, cuyo cobro exigian por medio de las mas tiranas egecuciones, con perjuicio de las leyes y de la justicia, se les habia visto en algunas provincias hacer reparto de anteojos, polvos azules, barajas, libritos para la instruccion del egercicio de infanteria, y otros géneros, que lejos de servirles de utilidad, eran gravosos y perjudiciales.
¡Quiero ver a mi muerta!... ¡Acaso me hable! EL CAPELLÁN Esos son delirios, Señor Don Juan Manuel.
En el momento en que su camarada intento acercar sus labios ardientes á los de doña Elvira, habían visto al inmóvil guerrero levantar la mano y derribarle con una espantosa bofetada de su guantelete de piedra.
Por lo que habiéndose visto con maduro acuerdo todos estos motivos, en nombre de Dios, Nuestro Señor, y despues de él, en el de nuestro referido Monarca, Inca, vengo á convidarles mas bien con la paz y concordia, que á hacerles guerra.
EL CABALLERO Yo veo de noche como los lobos, y con tal que la avenida no se haya llevado ninguna puente....
Algunas de ellas, que ya se consideraban en edad de matrimonio por haberles apuntado la barba, contestaban á estas miradas con guiños, que equivalían á frases amorosas, evitando el ser vistas por las ceñudas matronas sentadas á su lado.
Pero la palabra es un vano soplo, ven á verme en mi sueño, ó á las horas de mis desvelos, ven á sentarte á mi lado; he cesado de estar solo, mi soledad se halla turbada por las furias.
El mar, que visto desde lo alto del buque sólo estaba rizado por suaves ondulaciones, era ahora una interminable sucesión de montañas enormes de angustioso descenso y de sombríos valles, en los que el bote parecía que iba á quedarse inmóvil, sin fuerzas para emprender la ascensión de la nueva cumbre que venía á su encuentro.
Le suplico que no cuente nunca al profesor que me ha visto sin velos.
Aún testifican la verdad de mi relación algunas informes ruinas que, cubiertas de jaramago y musgo, se alcanzan á ver sobre su cumbre desde el camino que conduce á este pueblo.
Llevaba una hora de pie, mirando hacia la ciudad, espiando las amplias avenidas que alcanzaba á ver entre los aleros, y en las cuales hormigueaba un público continuamente renovado, cuando sintió con insistencia un cosquilleo en uno de sus tobillos.
Si Filipinas tuviera una verdadera historia, se vería hasta qué punto fueron los frailes españoles en las memorables jornadas en que el invicto Simón de Anda dejó la toga por el talabardo, oponiendo la fuerza á la fuerza, la espada á la dominación, la argucia á la mayoría y el heroismo á la desigual lucha.
A todas horas soñaba con ella, la veía ante sus ojos cada vez más incitante y apetecible.
Aqui se ve del primer modo: ¿Que eso te habia de negar?
No recuerdo en qué sacristía he visto aquel cuadro; pero recuerdo que lo he visto para no olvidarlo jamás.
Su boca es pequeña, aunque de labios un tanto gruesos; sus pómulos pronunciados; la frente deprimida; los dientes pequeños y ligeramente coloreados por los jugos del buyo, y mórbidas y correctas sus formas, según podemos ver bajo la transparencia de su rica camisa de piña.
Encontró á uno que no se parecía en nada al que había visto durante su ensueño, ocupando juntos el mismo bote cuando abandonaron el buque próximo á hundirse.
en ese momento cuando Old, que iba adelante, vió tras el alambrado de la chacra a míster Jones, vestido de blanco, que caminaba hacia ellos
Al amanecer, el piloto vió hacia el cabo de Machichaco un barco que le pareció de guerra, y forzando la marcha entró en Zumaya.
Ca dize sant Gregorio que menos fieren al onbre los dardos que ante son vistos é mejor nos podemos guardar de lo que ante hemos visto.
Es la que se dice: cría cuervos... ¡Ah! Señor de Martos, señor de Figueras, señor de Pi... a cuenta que ahora no conocen a este pobrete de Izquierdo, porque lo ven maltrajeao... pero antes, cuando Izquierdo tenía por sí las afloencias de la Inclusa y cuando Bicerra le venía a ver pal cuento de echarnos a la calle, entonces... ¡Hostia!
En la veloz carrera apresuradas Las horas del ligero tiempo veo Contra mí con el cielo conjuradas.
Mi padre clasificaba a todas las personas que veía según ciertos rasgos de la fisonomía, y aseguraba: «ése es noble», «ése es vil», e inmediatamente se dedicaba a imaginar la biografía del desconocido, con los conflictos dramáticos que le habían sucedido o que le habían de suceder.
Todos los que tal vieron quedáronse horrorizados.
Gran cosa es ver do se naufraga, irse á pique en plena luz, con conocimiento del sitio, de las circunstancias y de los recursos de que se puede echar mano.