46 Adverbios para describir cómo aquellos

Como nunca pude satisfacer mi curiosidad, viendo de cerca aquellas formidables máquinas,

Pero cuando la naturaleza ha acabado por separar el desastre, los sitios más agradables de la montaña son precisamente aquellos en que lo escarpado se ha sacudido para llenar de rocas su base.

De allí a poco, descubrió don Quijote un hombre a caballo, que traía en la cabeza una cosa que relumbraba como si fuera de oro, y aún él apenas le hubo visto, cuando se volvió a Sancho y le dijo: Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: "Donde una puerta se cierra, otra se abre".

Para ellos, que entendían por derecho únicamente aquello que no torcía el cumplimiento de sus pasiones y caprichos, el hombre-cosa de la antigua Roma tal vez no pensaba, era una máquina de trabajo; al paso que el hombre-cosa actual, estaban plenamente convencidos, pensaba al menos en tres cosas: en el modo de sustraerse al trabajo, en quemarle la sangre a su detentor, y en obrar siempre en oposición a sus miras, deseos e intereses.

Me apoderé de Lea por el aspecto exterior de mi vida, que era justamente aquel á que le hacía más sensible su naturaleza italiana.

Acelyn pudiera ser algún Selim que bajó por allí; pero esto sería dar crédito á la chacota que dan á los anticuarios y epigrafistas con el cuento aquel de que uno de ellos interpretó una piedra donde se leía: Por aqui baxo selim, diciendo que por allí pasó Selim; sino que luego hallóse en otra el final: pia, y efectivamente era aquello un albañal.

Luego el cielo espléndido y aquellos lejos de Carabanchel, perdiéndose en la inmensidad, con remedos y aun con murmullos de Océano... ¡sublimidades de la Naturaleza!...

Aborrecía todo lo extranjero, y muy particularmente aquel París, donde imaginaba que los Quiñones de León no tenían influencia muy decisiva.

Realmente aquello era un engaño, sólo posible con una persona ignorante en cosas de medicina; mas la situación de Julia no dejaba por eso de ser tremenda.

32 Empero de aquel dia, y de la hora, nadie sabe ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el mismo Hijo, sino el Padre.

Guzmanes y Zúñigas primero, luego Toledos, Benavides, Ponces de León y Haros, al paso que perdían á la nación en el gabinete, la deshonraban en los campos de batalla, principalmente aquellos Guzmanes á quienes el mismo rey D. Felipe contaba por los enemigos más funestos que en aquel siglo hubiese tenido España, poco antes de su muerte.

Allá por los años de 1470 era todo aquello muy distinto.

Indudablemente aquello era un cañón chico, suficiente para acabar con un delantero tan insignificante como él.

El traje y porte de este Dios es puntualmente aquel en que la fantasía loca de los poetas representa á su Caronte, pálido el semblante, la frente horrorosa, sin cabellos la cabeza, cubierto de llagas é inmundicias el cuerpo, y por vestido un trapo con que cubrirse honestamente.

¡Monstruosa síntesis de los tiempos, no se sabe á dónde irá á parar barajando con sus propias invenciones y prodigios nuevos las reliquias y curiosidades que ha conservado de aquel atrás remoto! XIX La Marquesa se va á la música.

» Acordéme entonces de la perplejidad en que me vi cuando me encontré con el duque de Lerma en semejante caso y del medio que me valí para salir de ella, el cual practiqué aún más afortunadamente; quiero decir, que en mi informe di el mejor colorido que pude a los lances más escabrosos y toqué ligeramente aquellos que me hacían poco honor.

La selva entierra literalmente aquello, de tal suerte, que puede presagiarse una ruina en razón de su espesura.

Nada se había oído allí, por las trazas, de aquellas morrás que se dieron él y Muergo en la obscuridad del portal.

Llamaba la atención su peinado en sortijillas, batido, engomado y puesto con muchísimo aquel.

Es de notar que si se combinan dos movimientos en el objeto, uno en nuestra direccion y otro en otra, percibimos este y aquel.

«El primero, en un sermon á cierta funcion de jubiléo, concedido nuevamente por su Santidad, queriendo hacerse cargo á un mismo tiempo assí del nuevo jubiléo, como de un esquilon nuevamente fundido, que pocos dias ántes se havia colocado en el campanario de la Iglesia, traxo oportunamente aquello de Ecce nova facio omnia, y añadió immediatamente lo otro de Laudate eum in cymbalis jubilationis, laudate eum in cymbalis bene sonantibus.

Era aquel mismo pasante de Mr.

¿Cuál es, cuál es?—saltó Marcones como si quisiera quitar al preopinante aquel pero de la boca para saborearle pronto.

Él así lo practica; mas decir en los pasillos á un sujeto (probablemente aquel mismo socio mordaz que cierta noche le llamaba señor cura) que el Padre Sánchez es una verdadera especialidad en la invención de citas.

Y ahora, si queréis saber quiénes podían ser aquellos feísimos animalejos que se habían escapado de la caja, os diré que eran la familia entera de los males del mundo.

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