36 Verbos a usar para la palabra sonora

Luego, soltando una sonora carcajada, exclamó: ¿Lo ves, infeliz, lo ves?...

Esto casi me haría creer que mi humilde persona es objeto de interés y que usted... El condesito se detuvo indeciso, como si no se atreviera a terminar su pensamiento; pero la baronesa, lanzando nuevamente su sonora carcajada, exclamó

Amparo, que no se dejaba sobar por nadie, según decía a cada momento, aunque a cada momento se pusiese en contradicción consigo misma, presa de un furor irresistible, con los ojos llameantes de ira, alzó la mano tomando vuelo y descargó en las limpias y amoratadas mejillas del prócer una sonora bofetada.

Pasó así tan largo tiempo, page 89 Que pudiera haberse duda De si es hombre, ó solamente Mentida ilusión nocturna; Pero es hombre, y bien se ve, 5 Porque con planta segura Ganando el centro á la calle Resuelto y audaz pregunta: ¿Quién va?y á corta distancia El igual compás se escucha 10 De un caballo que sacude Las sonoras herraduras.

Luego empezó á reir, dándose sonoras palmadas en uno de sus muslos de relieve elefantíaco, lo que marcó su enorme redondez bajo la ligera faldamenta.

Si la voz del silencio interrogas, del febril, del genial, del que brama, del que llena de sangre los cráneos, tañendo sonoras campanas de plata: pasará galopando mi Chusma por las teclas de luz de tu alma, cual si Dios, con sus manos, pulsase la gran sinfonía final de las causas.

Cyrano va marchando, poeta y caballero, al redoblar sonoro del grave Romancero.

Gonzalo, pronto, como un gran niño que era, a pasar del llanto a la risa, sonrió primero y dejó escapar al fin sonoras y formidables carcajadas con los chistes de su amigo.

Por más que digan sonoras...

Cuando el príncipe menos lo pensó, el hombre republicano le dió un par de sonoras bofetadas.

LA GUARDIA BLANCA CAPÍTULO I DE CÓMO LA OVEJA DESCARRIADA ABANDONÓ EL REDIL La gran campana del monasterio de Belmonte dejaba oir sus sonoros tañidos por todo el valle y aun más allá de la obscura línea formada por los bosques.

A pesar de los mil murmullos y gritos de tan gran número de gentes, que reían, chillaban, hablaban o disputaban, el majestuoso sonido del órgano y el canto sagrado de los frailes, repercutiendo en las altas bóvedas del templo, salía a veces de él y se difundía en ráfagas sonoras sobre los asistentes que se hallaban más cerca.

La joven nobleza también ha sabido divertirse de bastante sonoras y extraordinarias maneras.

Hicimos andar la nave muy rápidamente, y, al hallarnos tan cerca de la orilla que allá hubiesen llegado nuestras voces, no se les encubrió á las Sirenas que la ligera embarcación navegaba á poca distancia y empezaron un sonoro canto: 184 «¡Ea, célebre Ulises, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz.

Maltrana escuchó en silencio la sonora arenga del importante personaje.

Sara, manoteando y estremecida por sonoras carcajadas, llamábala madama Pompadour, nombre que nadie sabía de dónde lo sacara y por qué lo aplicaba a Ana María.

Al ir desfilando esta procesión, la multitud entusiasta lanzaba sonoros vivas y altos gritos de admiración y de aplauso, mientras que estremecían el aire el estruendo de las salvas de artillería y el repique de campanas de todas las iglesias de Roma.

Pero los poetas han llenado el mundo de bellas mentiras, sonoras metáforas, falsas imágenes y seductoras demencias.

El melancólico rumor del viento entre las hojas se mezclaba algunas veces durante la noche al eco lejano de los torrentes, al mugido de la tormenta que se alzaba en el horizonte, á los sonoros tumbos de los mares.

Grande fue el aturdimiento de la señora; pero no tanto que le impidiese oír un sonoro ronquido varonil, y, como volviese la cabeza para averiguar de dónde venía, descubrió al teutón durmiendo panza arriba y con la boca abierta en el lecho de Lolita.

Se oyen pasar las sonoras «parrandas», reuniones de muchachos y muchachas del pueblo, que van cantando coplas por las calles, coplas que recuerdan la celebración del día, la Virgen en el pesebre, José, el niño Jesús, el buey y la mula.

Y apeándose al momento, quitó de los caballos los sonoros cascabeles.

al sonoro raudal de un despeñado cristal, digo a estos olmos sombríos: ¿Dónde estáis, jamones míos, que no os doléis de mi mal? Cuando yo solía cursar la ciudad y no las peñas (¡memorias me hacen llorar!), de las hambres más pequeñas gran pesar solíais tomar.

A las diez, Pepita toca el piano, cuyas notas resuenan sonoras en la plaza.

Por la mañana al levantarse veía desde la ventana la niebla inmóvil que llenaba el valle de Ustariz, las casas musgosas que echaban humo por las chimeneas y escuchaba las campanas que retumbaban sonoras y acompasadas en el aire silencioso.

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