Entre un mancebo apolíneo y un vejete horrendo, de verrugosa nariz, el pintor elige el segundo y disputa de buena fe que es más hermoso pictóricamente.

No fué tu exclusiva misión la del canto apolíneo.

Hugólatra, discípulo de Banville, compañero de Baudelaire, de Mendès, de los jóvenes poetas que hoy peinan canas o duermen en la tumba, Glatigny vivió en un tiempo de entusiasmo que hoy nos parece tan lejano, y exprimió el jugo de sus «viñas locas» y lanzó, lleno de un fuego apolíneo, sus «flechas de oro».

Billini, presidente, no desdeña ni los dones apolíneos ni los atractivos de la novela.

Yo he respirado los perfumes de la Rosa y me he herido en las Espinas del camino... Del sol me he abrevado con el que nació en el Mediodía y no he perdido nunca su don apolíneo; y con brazos de fuego he penetrado la floresta del misterio, clamando, por donde Mæterlinck habla en voz baja... Largas páginas tendría que escribir para hacer un estudio de esta producción de psíquicas piedras preciosas.

Desde sus primeros versos hasta esa serena y sentida Nocturna ingemiscentis meditatio que, en los instantes mismos de su Extrema Unción, pulía y repulía clásicamente, el favor apolíneo se revela, al propio tiempo que el apego a las formas ilustres y a la lengua sabia, que hacen del sagrado scholar uno de los últimos cisnes que habría el de Mantua acogido con placer en su lago sonoro.

Los pastores apolíneos sabían entender las cosas.

Con Joaquín Dicenta fuimos compañeros de gran intimidad, apolíneos y nocturnos.

Yo tengo casi el doble, y sin palma; y el instrumento apolíneo creo que se me quedó en Buenos Aires... Llego al Lido en momentos en que puedo presenciar un lamentable espectáculo.

Cuando Orfeo tañía su lira había sonrisa en el rostro apolíneo.

La suya la tiene excelentemente cuidada, y ha de dar en tal concurso apolíneo nuevos y plausibles sones.

Por lo que a mí toca, hoc era in votis, y he aquí por qué aun estoy y estaré siempre enredado entre los profusos y dificultosos para la marcha en el mundo de laureles apolíneos.

La épica no es triste ni es alegre: es un arte apolíneo, indiferente, todo él formas de objetos eternos, sin edad, extrínseco e invulnerable.

Nietzsche ha insistido mucho en la diferencia del tipo apolíneo (claro, luminoso, armónico) con el tipo dionisíaco (obscuro, vehemente, desordenado).

Los primeros filósofos griegos afirmaron la inmortalidad por contradicción, saliéndose de la filosofía natural y entrando en la teología, asentando un dogma dionisíaco y órfico, no apolíneo.

De sobremesa, apareció en el comedor un joven de la misma edad de Meg; el perfil apolíneo, rasgados é insolentes los ojos, la boca carnal, el cabello rubio y abundosamente ensortijado, fuerte y desenvuelto de cuerpo.

Pues si os marcháis yo me retiro á mi cuarto; anoche he dormido mal declaró Meg con enorme desdén hacia el joven apolíneo, el cual estaba visiblemente azorado y dolido.

»Eurípilo, que hicimos acudiera »Al apolíneo oráculo, tornando »Trajo esta, en solucion, voz lastimera: »Griegos: los vientos aplacasteis, cuando »Marchabais á Ilíon la vez primera, »En el ara una vírgen inmolando: »Si en la vuelta anhelais propicia calma, »Sangre verted, sacrificad un alma.

»Ni tu piedad ni el apolíneo velo Te hurtaron, Panto, á la enemiga hueste; Y el justo, el santo del troyano suelo, Rifeo, cae, sin que amparo preste A su virtud (¡misterio grande!) el Cielo.

Vosotras, mis Tagides, que criado habéis en mí un ingenio nuevo ardiente: si siempre en verso humilde celebrado fué de mí vuestro río alegremente, dadme un son apolíneo sublimado, un estilo grandílocuo y corriente: así las nuestras aguas Febo ordene no envidien las que corren de Hipocrene.

Ya el apolíneo rayo visitaba los Nabateos montes encendido, cuando el Gama saltar determinaba en la tierra, por agua apercibido: la gente en los bateles se aprestaba, cual si el engaño fuera ya sabido, mas puede sospecharse fácilmente, que el corazón fïel a pocos miente.

La serena armonía clásica reemplaza á la pujanza impetuosa: el Idealismo dionisíaco se convierte en Idealismo apolíneo.

A este bien os llamo, gloria del Apolíneo sacro coro, amigos, a quien amo sobre todo tesoro; que todo lo demás es triste lloro.